TEATRO EN UN SOLO ACTO (OBRA N° 10)
Por Francis Berti
TITULO:
DESOLACIÓN INSTROSPECTIVA DE LA CRUDA VERDAD
TEATRO EN UN SOLO ACTO
ESCENARIO: Tres escenarios prácticamente ensamblados, como que cada participante supiera y no supiera quién es. Los focos de luz son tenues y apenas iluminan los espacios, dejando la mayor parte del escenario en una penumbra inquietante.
PERSONAJES:
LA DESOLACION.: (su vestimenta se resalta por ser una sucesión de diferentes y no diferentes telas sin medida, sin un patrón definido, como si hubiese robado un trozo de cada época. Su voz es lenta, llena de urgencia y desdén).
LO INSTROPECTIVO: (su presencia destella lo primordial. Lleva una sola tela, lisa y sin costuras, de un color su razón primordial. Su voz es grave, profunda, con una solemnidad que pretende ser eterna).
(Telón arriba. El escenario está vacío. Se escucha un sonido lejano, como un arrullo metálico. Por el lado derecho, entra LA DESOLACIÓN. Su vestimenta es una sucesión de diferentes y no diferentes telas sin medida, sin un patrón definido, como si hubiese robado un trozo de cada época. Su andar es lento, casi arrastrando los pies. Se detiene en el centro de su escenario y mira a su alrededor, sin entender. Por el lado izquierdo, entra LO INTROSPECTIVO. Su presencia destella lo primordial. Lleva una sola tela, lisa y sin costuras, de un color en su razón sin color. Su andar es solemne y calculado. Se detiene en el centro de su escenario y observa a La Desolación, sin decir nada).
LA DESOLACIÓN: (Con una voz lenta, llena de urgencia y desdén). Hay un silencio. No sé de quién es. No sé si es mío o si es tuyo. Me duele. Pero no hay dolor. Solo un eco.
LO INTROSPECTIVO: (Con una voz grave, profunda, con una solemnidad que pretende ser eterna). El silencio no es dolor. Es la antesala de la verdad. Un vasto vacío que te obliga a escuchar lo que has estado callando. Y en ese vacío, solo existimos tú y yo.
LA DESOLACIÓN: (Gira su cuerpo lentamente hacia Lo Introspectivo, como si lo descubriera por primera vez). No me interesan tus verdades. No me interesan tus vacíos. Solo busco un lugar donde mi eco no rebote. Un lugar donde mis telas, mis retazos de vida, tengan un sentido.
LO INTROSPECTIVO: (No se mueve. Su voz sigue siendo un murmullo profundo). El sentido no se encuentra en un lugar, se crea. Se teje con los hilos que te atreves a tocar. No con los que te pones para ocultar lo que eres.
La lucha teórica
LA DESOLACIÓN: (Se ríe, un sonido seco y amargo). Te equivocas. No me pongo estas telas para ocultar. Me las pongo para no ser definida. La identidad es una prisión. Un patrón. Yo me niego a tener un patrón. Mi fuerza está en la arbitrariedad, en el caos. En la desolación. Porque en la nada, no hay nada que perder. ¿De qué sirven tus principios, tu tela única y tu solemnidad, si al final, todo se disuelve en el mismo lugar?
LO INTROSPECTIVO: (Su voz se vuelve un poco más dura, pero sigue siendo un murmullo). Estás confundiendo la libertad con la falta de dirección. Mi principio no es una prisión, es un mapa. Una forma de navegar por el caos sin ahogarse. Mi ubicación es mi entereza, mi única tela. En mi soledad, encuentro la fuerza para no perderme en las modas de cada época. Yo soy yo, siempre, en cualquier lugar. En cambio, tú eres el reflejo de todo, y por lo tanto, no eres nada.
LA DESOLACIÓN: Y en ese no ser, soy todo. No me atrapes en tu lógica. En tu necesidad de ser algo.
La entrada de La Cruda Verdad
(En ese instante, la luz del escenario cambia. El foco de luz se apaga, y un haz de luz intenso cae sobre el tercer escenario, hasta ahora oculto. En él, de pie, está LA CRUDA VERDAD. Su presencia es contundente. No lleva vestimenta, solo el reflejo de todo lo que los otros han rechazado. Su voz no es un susurro ni un murmullo, es una voz que no tiene eco).
LA CRUDA VERDAD: (Mirando a ambos, sin un ápice de emoción). Se han equivocado. Ambos. Ustedes no son la desolación y la introspección. Son solo el eco de la mentira que se dicen a sí mismos. La desolación no es una ausencia, es la certeza de que no son nada. La introspección no es una verdad, es el miedo a que no sean nada.
(Lo Introspectivo se estremece. Sus manos, que hasta ahora había mantenido firmes, se abren y la tela que lleva se cae, revelando que debajo no hay nada).
LA CRUDA VERDAD: Tu tela, tu principio, no es tu entereza. Es el hilo que tejiste para no ver que la soledad que tanto predicas no es una elección, es el destino. Un destino que te negaste a aceptar.
(La Desolación grita, pero no hay sonido. Sus telas, esos retazos de vida que tanto se esforzó por mostrar, se desprenden de su cuerpo y caen al piso, convirtiéndose en cenizas. Debajo de ellas, solo hay vacío).
LA CRUDA VERDAD: Y tu caos, tu arbitrariedad, no es libertad. Es el miedo a ser juzgada por ser tan común. Tan insignificante. La desolación es la última defensa de la vanidad.
(Los tres escenarios se unen en uno solo, y los personajes se disuelven, fusionándose en un solo ser. El telón baja lentamente, dejando a la audiencia en un silencio sepulcral).