FRANCI BERTI TIENE EL AGRADO DE PRESENTAR “UNA NUEVA SECCION QUE YA CONSTA EN SU PAGINA WEB” “CON EL TITULO DE “TEATRO (DRAMATURGIA) Francis Berti aclara que todas la obras publicadas pueden ser utilizadas sin costo. Para aquellos que deseen estrenarlas. Solo mencionar al autor.
La siguiente obra en un solo acto lleva el título de “TEMPO-DESTEMPO Y UNA HORMIGA”
Personajes:
- EL TIEMPO: Una figura serena y antigua, vestida con ropajes que parecen hechos de estrellas y polvo de siglos. Sus movimientos son lentos y deliberados, su voz, un murmullo profundo y constante, como el fluir de un río inmemorial. Lleva consigo un reloj de arena que nunca se vacía del todo.
- EL DESTIEMPO: Una figura inquieta y errática, con vestiduras que parecen desordenadas y fragmentadas, de colores cambiantes y caóticos. Sus movimientos son impredecibles, su voz, un eco que se desvanece y regresa, a veces un susurro, a veces un grito. Lleva consigo un puñado de engranajes rotos y agujas desprendidas.
- UNA HORMIGA
Escenario:
Un espacio etéreo y atemporal, donde la luz cambia constantemente, pasando de un amanecer eterno a un crepúsculo sin fin. Hay elementos que sugieren tanto el orden como el caos: un antiguo reloj de sol que proyecta sombras imposibles, fragmentos de espejos que reflejan imágenes distorsionadas, y un sendero que se pierde en la niebla. En el centro, un pedestal vacío.
(La escena comienza con EL TIEMPO de pie, inmóvil, observando el fluir de la luz. EL DESTIEMPO irrumpe en el escenario, tropezando ligeramente, sus engranajes tintineando.)
EL DESTIEMPO: (Con un suspiro exasperado) ¡Ah, de nuevo aquí! El mismo lugar, la misma… (Mira a EL TIEMPO con una mezcla de cansancio y resentimiento) …presencia.
EL TIEMPO: (Sin inmutarse, su voz resonando con calma) El mismo lugar, sí. La misma eternidad que nos convoca, Destiempo. ¿Acaso esperabas otra cosa? ¿Un desvío, quizás?
EL DESTIEMPO: ¿Desvío? ¡Mi existencia misma es un desvío! Mientras tú te deslizas con la precisión de un torrente milenario, yo me fragmento, me disperso, me convierto en el eco de lo que pudo ser y nunca fue.
EL TIEMPO: Y en el eco de lo que fue, pero no debió ser. Tu sombra es tan necesaria como mi luz, Destiempo. Sin el error, ¿cómo aprendería el humano a valorar la exactitud? Sin el sufrimiento que provocas, ¿cómo entendería la dicha de un instante perfecto?
EL DESTIEMPO: (Ríe, un sonido áspero y hueco) ¡Ah, la naturaleza humana! Siempre buscando la perfección en tu abrazo, Tiempo, y siempre cayendo en mis trampas. ¿No te cansa verlos tropezar una y otra vez con la misma piedra? ¿No te duele ver cómo sus “razonamientos” los llevan a callejones sin salida, a acertijos que ellos mismos crearon?
EL TIEMPO: Me duele, sí. Cada instante malgastado, cada promesa rota, cada lágrima derramada por un “no querido” que se aferra a tu esencia, Destiempo, es un peso en mi fluir. Pero también veo la resiliencia, la búsqueda incansable de la luz, el deseo de enmendar lo que tú desordenas.
EL DESTIEMPO: ¿Resiliencia? ¡Ingenuidad! Se aferran a la ilusión de control, a la idea de que pueden “ganarte”, de que pueden “recuperar” lo que se les escapó. Y yo, que soy el eco de sus deslices, el recordatorio constante de su imperfección, soy el que carga con el peso de sus lamentos. ¿Crees que es fácil ser el error, Tiempo? ¿Ser la causa de su angustia, aunque sea por su propia mano?
EL TIEMPO: No es fácil. Ninguno de los dos eligió su carga. Tú eres la sombra inevitable de mi paso, la distorsión que revela la forma. Y yo soy el testigo silencioso de tus estragos, el que debe seguir adelante, arrastrando consigo las consecuencias de tus caprichos y de sus propias equivocaciones.
EL DESTIEMPO: (Se acerca al pedestal vacío, lo golpea con un engranaje roto) ¿Y qué hay de este vacío? ¿Qué acertijo es este que los humanos no pueden resolver? ¿Por qué, a pesar de todo su ingenio, siguen buscando algo que no existe, algo que tú, con tu paso incesante, te llevas antes de que puedan siquiera nombrarlo?
EL TIEMPO: (Su mirada se posa en el pedestal, un atisbo de tristeza en su voz) Ese vacío, Destiempo, es el espacio para lo que aún no ha sido. Es la esperanza, el sueño, la posibilidad. Y ellos, en su búsqueda, en su constante equivocación y redescubrimiento, lo llenan y lo vacían, en un ciclo que tú y yo observamos, cada uno desde su propia perspectiva de sufrimiento.
EL DESTIEMPO: Sufrimiento… Sí. El tuyo, de verlos correr contra tu corriente. El mío, de ser la corriente que los arrastra cuando pierden el rumbo. Un acertijo sin respuesta, ¿no crees?
EL TIEMPO: Quizás la respuesta no sea una solución, sino la aceptación del baile.
(EL DESTIEMPO mira a EL TIEMPO, una extraña quietud en sus ojos por un instante, antes de que su inquietud habitual regrese. La luz en el escenario parpadea y se estabiliza en un tono neutro.)
Nuevo Personaje: LA HORMIGA
LA HORMIGA: Una pequeña hormiga curiosa, que se mueve con diligencia a pesar de su tamaño. Su voz, cuando habla, es apenas un susurro agudo, casi imperceptible para los grandes.
(La conversación entre EL TIEMPO y EL DESTIEMPO continúa, con la reflexión sobre el vacío en el pedestal.)
EL TIEMPO: …Y ellos, en su búsqueda, en su constante equivocación y redescubrimiento, lo llenan y lo vacían, en un ciclo que tú y yo observamos, cada uno desde su propia perspectiva de sufrimiento.
EL DESTIEMPO: Sufrimiento… Sí. El tuyo, de verlos correr contra tu corriente. El mío, de ser la corriente que los arrastra cuando pierden el rumbo. Un acertijo sin respuesta, ¿no crees?
EL TIEMPO: Quizás la respuesta no sea una solución, sino la aceptación del baile.
(En ese momento, LA HORMIGA entra en el escenario, caminando con determinación sobre el suelo etéreo. Se detiene de repente, como si acabara de darse cuenta de la extrañeza del lugar. Mira a su alrededor con sus pequeñas antenas en movimiento, luego levanta la vista hacia las imponentes figuras de EL TIEMPO y EL DESTIEMPO.)
LA HORMIGA: (En un susurro apenas audible) ¿Pero… dónde estoy? Esto no se parece a ninguna grieta en el pavimento que haya visto antes.
(Da unos pasos inseguros, observando las luces cambiantes y los objetos dispersos.)
LA HORMIGA: (Para sí misma, aunque su voz podría ser percibida tenuemente por los otros dos) Demasiado… amplio. Y estas sombras… no siguen ningún sol que conozca.
(Finalmente, se atreve a dirigirse a las dos figuras gigantes que tiene delante.)
LA HORMIGA: (Con un tono de asombro y un poco de miedo) Disculpen… seres enormes… ¿podrían decirme dónde me encuentro? ¿Es… esto algún tipo de… hoja muy extraña?
EL DESTIEMPO: (Se inclina ligeramente, observando a la pequeña criatura con una curiosidad caótica) ¡Mira! ¡Una mota de ser! Perdida, ¿verdad? Como casi todos. ¿Y tú, pequeña, hacia dónde crees que ibas? ¿Siguiendo un rastro de azúcar olvidado?
EL TIEMPO: (También se inclina con una calma majestuosa, su voz suave pero resonante) Ella está en el Ahora, Destiempo. Un punto infinitesimal en la vasta extensión. Pero su pregunta es profunda. Dinos, pequeña, ¿qué te preocupa de tu camino?
LA HORMIGA: (Titubea, sintiéndose insignificante bajo sus miradas) Yo… yo iba con mi colonia. Llevábamos una migaja grande… bueno, para nosotros era grande. Y de repente… este lugar. No sé cómo llegué aquí. ¿Ahora… iré hacia… hacia dónde? ¿Hacia el lugar donde el tiempo sigue su curso… o hacia este sitio donde todo parece… desordenado? ¿Iré hacia El Tiempo… o hacia Destiempo?
EL DESTIEMPO: (Suelta una risita que suena a engranajes sueltos) ¡Qué dilema para una criatura tan diminuta! ¿Te preocupa perderte la precisión de la fila, la repetición constante de tus días? ¡Aquí, pequeña, podrías vivir mil vidas en un instante, o ninguna en mil años!
EL TIEMPO: (Con una mirada serena hacia la hormiga) Tu camino, pequeña, es el que tú elijas en cada instante. Mi fluir te llevará hacia adelante, un momento tras otro. Los desvíos de Destiempo pueden alterar la percepción de ese camino, hacerlo parecer más rápido o más lento, lleno de oportunidades perdidas o encontradas. Pero la elección de cada paso… esa siempre será tuya.
LA HORMIGA: (Parpadea sus antenas, tratando de comprender) ¿Entonces… aunque esté aquí… todavía puedo elegir hacia dónde ir? ¿Aunque este lugar parezca… fuera del tiempo normal?
EL TIEMPO: Incluso aquí, la esencia del tiempo persiste. Cada uno de tus movimientos, cada una de tus decisiones, te impulsa hacia un futuro, aunque ese futuro aquí parezca incierto.
EL DESTIEMPO: ¡No le hagas ilusiones de orden, Tiempo! Aquí, las decisiones son como hojas al viento, pueden llevarte a cualquier parte… o a ninguna. ¡Quizás te encuentres con la migaja perdida de otra era! ¡O tal vez te desvanezcas como un recuerdo!
LA HORMIGA: (Mira a uno y luego al otro, confundida pero con un brillo de determinación en sus pequeños ojos) Yo… yo quiero volver con mi colonia. Quiero seguir el camino… el que estábamos siguiendo. ¿Cómo vuelvo allí? ¿Tengo que ir… con El Tiempo?
EL TIEMPO: Sigue tu instinto, pequeña. Busca la continuidad, la sensación del paso constante. Esa será tu guía.
EL DESTIEMPO: ¡O quizás, pequeña aventurera, te atrevas a probar un atajo! ¡Un pequeño salto en el tejido de la realidad! ¡Quién sabe qué maravillas o qué desastres podrías encontrar!
(LA HORMIGA duda por un momento, luego mira en una dirección indeterminada y comienza a caminar con renovada determinación.)
LA HORMIGA: Creo que… creo que seguiré el camino que recuerdo. Gracias… seres enormes.
(La hormiga se aleja, perdiéndose de vista en algún rincón del escenario etéreo.)
EL TIEMPO: (Observa su partida con una leve sonrisa) Incluso la más pequeña de las criaturas busca la continuidad, el hilo de su propia historia.
EL DESTIEMPO: (Encogiéndose de hombros) O quizás solo le asustó mi caos. ¡Quién sabe lo que pasa por la mente de una hormiga! Pero admito que su pregunta… era curiosa. ¿Hacia dónde ir? Como si realmente tuvieran el control.
EL TIEMPO: El control es una ilusión, Destiempo. Pero la dirección, la intención… eso es lo que da forma a su breve paso por mi sendero.
(La escena retoma justo después de que la Hormiga se aleja, buscando su camino.)
EL TIEMPO: (Observa su partida con una leve sonrisa) Incluso la más pequeña de las criaturas busca la continuidad, el hilo de su propia historia.
EL DESTIEMPO: (Encogiéndose de hombros) O quizás solo le asustó mi caos. ¡Quién sabe lo que pasa por la mente de una hormiga! Pero admito que su pregunta… era curiosa. ¿Hacia dónde ir? Como si realmente tuvieran el control.
EL TIEMPO: El control es una ilusión, Destiempo. Pero la dirección, la intención… eso es lo que da forma a su breve paso por mi sendero.
(Una pausa. El Destiempo, inusualmente quieto, parece reflexionar sobre las palabras de la hormiga. Su mirada ya no tiene el brillo de irritación o burla de antes, sino una extraña melancolía.)
EL DESTIEMPO: “¿Hacia El Tiempo o hacia Destiempo?” Esas fueron sus palabras. Como si su pequeño camino pudiera dividirse en dos corrientes tan vastas como las nuestras. Ella solo quería seguir una migaja. Una simple migaja. Y nosotros aquí, debatiendo el peso del universo, los grandes dilemas de su especie… ¿Para qué?
EL TIEMPO: (Lo mira con una nueva comprensión en sus ojos, la primera señal de asombro real en su rostro sereno) Una migaja… Sí. La esencia de su existencia no está en los grandes ciclos o las vastas interrupciones, sino en la continuidad de lo minúsculo. En el siguiente paso, en el siguiente bocado, en el regreso a casa.
EL DESTIEMPO: (Con un suspiro que suena menos a exasperación y más a agotamiento) Nos hemos consumido en la paradoja, en el acertijo que ellos mismos nos arrojan. Y la pequeña hormiga… ella solo quiere ir. Ni siquiera “entender”, solo “ir”. Y eso, de algún modo, me resulta más… (Busca la palabra) …más claro. Más honesto.
EL TIEMPO: Es la naturaleza pura que hemos olvidado. La de avanzar. La de ser, simplemente.
(Ambos permanecen en silencio, mirando el punto por donde la Hormiga desapareció. La atmósfera del escenario comienza a cambiar. Las luces, antes cambiantes y caóticas, se suavizan y se vuelven más coherentes. Los fragmentos de espejos distorsionados empiezan a reflejar una imagen más nítida, aunque aún misteriosa.)
EL TIEMPO: (Su voz ahora es más suave, casi con un matiz de descubrimiento) Quizás la pregunta no era sobre “dónde” está ella, sino sobre “cómo” se mueve. No sobre “hacia quién” va, sino sobre la voluntad de ir.
EL DESTIEMPO: (Una extraña quietud lo envuelve. Deja caer los engranajes rotos de su mano, y el tintineo no suena a desorden, sino a una liberación) Y en esa voluntad de ir, en ese impulso primario, mi caos y tu orden… no son tan opuestos. Son solo formas diferentes de impulso.
(En ese instante, una pequeña sombra reaparece al borde del escenario. Es LA HORMIGA, que ha regresado, no caminando sobre el suelo, sino escalando algo invisible. Llega hasta el borde de lo que parece ser una grieta apenas perceptible en el centro del escenario, donde antes estaba el pedestal. La grieta es oscura y profunda, pero parece prometer un camino.)
LA HORMIGA: (Su voz es un hilo, pero sorprendentemente clara en el silencio) Disculpen, seres enormes… Lo siento, no pude encontrar el camino de vuelta. Pero encontré… esto. Es una grieta. Me parece que es un atajo. ¿Ustedes… saben dónde lleva? Me parece que si la sigo, tal vez pueda llegar a mi colonia.
(La hormiga, sin esperar respuesta, comienza a descender por el borde de la grieta, pero antes de desaparecer, se detiene y mira hacia arriba, hacia El Tiempo y El Destiempo.)
LA HORMIGA: (Con una fuerza inesperada) Es muy oscura. Y no quiero ir sola. ¿Podrían… venir conmigo? Son muy grandes, pero tal vez si me siguen, la grieta se agrande. Yo los puedo cargar… aunque sea con la idea. Cargar su peso… sobre mi lomo pequeño, para encontrar el camino.
(El Tiempo y El Destiempo se miran mutuamente. Hay una chispa de asombro en los ojos de ambos, algo que nunca antes habían compartido. La propuesta de la hormiga, tan audaz y simple, ha desarmado su eterna contienda.)
EL TIEMPO: (Extiende una mano que se encoge y se adapta al tamaño de la hormiga, ofreciéndola. No es una mano para tocar, sino para ofrecer un camino) ¿Cargar nuestro peso? Una carga que siempre hemos creído llevar solos.
EL DESTIEMPO: (Su caos se ha desvanecido, reemplazado por una especie de asombro infantil. Ofrece su mano fragmentada de la misma manera) ¿Un atajo? ¿Juntos? Es el único acertijo que nunca consideramos resolver.
(La Hormiga, con una resolución admirable, sube simbólicamente por el “brazo” de El Tiempo, y luego por el de El Destiempo, hasta que parece estar “cargando” el punto donde ambos se encuentran. Su pequeño cuerpo se convierte en el epicentro de la unión.)
LA HORMIGA: (Con un último y diminuto esfuerzo, se asoma a la grieta y los “lleva” hacia ella) Aquí, por aquí… Es unos caminos… juntos.
(Lentamente, la Hormiga, cargando la esencia de El Tiempo y El Destiempo en una especie de comunión espiritual, comienza a descender por la grieta. El escenario se oscurece rápidamente a su alrededor, la luz restante se concentra en el punto de la grieta. El eco de la voz de la Hormiga, por primera vez clara y sin interrupciones, resuena mientras desaparecen.)
LA HORMIGA: (Voz en off, mientras todo se vuelve negro) El camino… es… el que se hace.
(Oscuridad total.)
Teatro Dramaturgia, una acertada proyección, que nos invita a reflexionar sobre nuestro paso por la vida, con filosofía aplicada a la realidad.El tiempo y el destiempo personajes que siempre nos acompañarán en nuestro diario vivir, la hormiga que nos representa.con nuestra historia de vida, vamos recorriendo un camino trazado por el tiempo, en el que se forman grietas por decisiones equivocadas, los conflictos ordinarios ocasionados por el destiempo, nos provocan confusión por falta de oportunidades, no queremos seguir por ese camino porque ya sabemos lo que vamos a encontrar y nos provoca temor, la esperanza nos presenta soluciones admirables , cómo aceptar el reto de proyectarnos y seguir otto camino. Mantener una motivación estable que nos impulse a seguir,aunque la grieta es oscura y profunda, parece prometer un camino
donde invertiría mi tiempo , dándole un sentido a la vida, que hace algún tiempo, el destiempo me hizo pasar inadvertidos. El camino es…..el que se hace. Gracias por invitarnos a reflexionar. Saludos
Francis.
El tiempo con su figura serena y sus movimientos lentos y deliberados siempre estará ahí con su reloj de arena, nosotros como hormiga nos movemos en el,con demasiado esfuerzo, provocando una gran turbulencia en nuestras acciones, que van formando grietas y en nuestro paso por la vida,ya no queremos seguir por ahí,el destiempo se hace presente indicándonos que nuestro proceso de vida quedó fuera de tiempo y que no es el adecuado. Tu mente inquieta siempre te estará diciendo adonde voy?. Que haré?Siempre existe otra ruta en el tiempo,guiada por el Universo. Será una guia que te indicara otro camino tu tienes la decision, recuerda que lo que es se quedará y te acompañará. Siempre seguirás siendo Tú,si agradeces lo que eres y lo qué haces. Hermosa Reflexión. Gracias FRANCiS.