TENTADOS POR DESEQUILIBRIO CONTAGIOSO
Por Francis Berti
EN EL ARTE, COMO EN LA GUERRA O EN LA VIDA, TODO LO QUE NO AYUDA, ESTORBA. (LUIS FRANCO)
Los seres humanos en general son una fuente muy particular en la que podemos recabar acciones como ecos de su pasado genético, como de su evolución que reflejan pequeñas chispas de alerta hacia la luz o el ocaso. Un tema negro, y digo un tema porque de uno por vez, dada la variedad de contrapuestos y encimados que se recaban en ese intento. Si bien lo enriquecen llegar a conclusiones determinantes es imposible, solo alcanzo un panorama muy cerca de la definición, pero nunca de la certeza. Porque no la manifiestan. Pero conocer ni reconocer es aquí cuando todo se encuentra un poco más claro, no en el alcance de unos puntos, sino en la conciencia. Es decir, cuando los mecanismos que vienen obtendrían efectos efectivos en el sentido de generar una conciencia que vea y juzgue con lo que uno hace y no el otro. Y por un lado, la conciencia enseña también. La pérdida de tiempo en conversaciones absurdas en una profecía que no tenía nada que ver con la realidad, entonces lo podemos cuestionar, pero la conciencia es la esencia de un hábito. Y a lo largo del camino, el hábito es un monje perdido en su propio laberinto de fe en cualquier espejito de colores en nombre de de quienes te mantienen con correa y te sacan a pasear y tu creyéndote libre. Pero sin que todo les importe una mierda. Solo que permanezcas alli y repitiéndote que eres lo mejor. Pero, por el otro lado, existe el hecho de que uno siente que debe y es otra cosa para ser. Y que debe hacer una cosa otro cosa, la cosa en sí y otra en la que se sienta única feliz y que todos los demás sepan su origen y de cuanta paz sería aún más preciosa que la distancia de la soga y el collar. Ya no me engancho cuando uno tiene que esperar a que el otro te reconozca, y no le importa que no te creas. Cuando no se quiere. Lo que hace que uno sienta que la cosa está completa y que sólo queda su satisfacción cuando su vida sea de sí misma y de sí mismo. De hecho hay muchos que tienen muchos años de relación de collar y soga y a lo mejor todavía no lo reconocen, sólo que tienen siempre unas ambiciones disimiles que jamás se darán por dar cuenta en la puta realidad, planteando el juego eterno de amucharse con la mayor cantidad de adoquines a nivel mundial.
Tentados por desequilibrio contagioso.Este desequilibrio es transmitido por los sistemas sociales,que te hacen creer que eres exitoso,prospero,que has logrado tu estatus de realización y de vida.Muchos individuos toman una actitud concreta como una forma de pensamiento fijo e incapaz de ir más alláTodos tenemos un patrón genético desarrollado que nos permite abstraer las propiedades comunes y planear un futuro en términos ideatorios y lograr mejores logros de realización personal,salir,ser y proyectarse de forma distinta y no amucharse con la mayor cantidad de adoquines a nivel mundial.