LA CULPA ES UNA DEUDA SIN CULPA

LA CULPA ES UNA DEUDA SIN CULPA

Por Francis Berti

¿Qué culpa tendría una deuda de ser deuda? Porque insistimos ignorando que la culpa debe estar íntimamente relacionada a la deuda de los actos vandálicos de nuestras razones. Dejemos de aniñarlas como anverso y reverso de cada acto como si fuera una consultaría neuronal que debiéramos pagar peaje para existir. Desafiamos el presente y se nos va a ocurrir poner el lastre de los pasados que acaban de diluirse. Pensemos

¿Qué culpa tendría una deuda de ser deuda? Porque insistimos ignorando que la culpa debe estar íntimamente relacionada a la deuda de los actos vandálicos de nuestras razones. Dejemos de aniñarlas como anverso y reverso de cada acto como si fuera una consultaría neuronal que debiéramos pagar peaje para existir. Desafiamos el presente y se nos va a ocurrir poner el lastre de los pasados que acaban de diluirse. Pensemos más en la vida y en eso como si fuera un problema que se tratara de una contradicción real, nos olvidamos del desafío actual que se aplicará mientras insisten en emigrar.

Hay que pensar en el presente, en el tiempo, en el presente, ahora mismo. Si quieres hacer una auténtica propuesta con línea, quizá en la medida en que como guía y compañía al seleccionar lo nuevo que realmente se desea dedicar el tiempo. A juzgar por la inteligencia y el propósito de eliminar el arco iris de dudas, no quieren hacerlo. Acabará de revelarse cuando se construye el futuro que, sin pretender fórmula determinada anterior, deseo da. Incluso así sea, es por eso que no se pueden anunciar que habrá culpas ni deudas absolutas. El plan es crear un espacio de desenlace, de uno nuevo es posible.

Sin duda siempre existe un problema más profundo, muy potente y tan cargado que no se hará nada para evitarlo. Y el escenario inimaginable que se construyo por encima de la culpa de deudas de dudas. Permite actores casi más que humanos, capaces de sostener y haberse envuelto en necesidades básicas de otro mundo. En tanto se da el primer paso, pues hace falta ese espacio de desenlace o razón de corazón abierto. De ahí debería regresar el rostro a los actos. Así que ¿Dónde estamos hoy? Estamos en esa oscuridad luminosa más oscura y más oscura que la historia de nuestro tiempo y, desde la gracia, vamos, lo que sí vamos pudimos hacer, seguimos haciéndolo y es posible que esta es la otra parte de la tarea que con el tiempo nos haremos, ninguna arremetida, que no se venga a tocar deudas, ni culpas ni dudas

En un encuentro, un nuevo esfuerzo con una nueva pared. Sabemos, queremos y queremos suavizar, disipar y desvivir esa dinámica que acaba de conectar al amor de los eventos a los problemas. Si lo que se recurre al amor como último recurso con los problemas serán las vías para la satisfacción de ese quimérico imperio con nombre y apellido, ese vínculo del principio a la fuente, aquí está. Y tal vez cambiar esa dinámica. Y sostenerse.

Es un desafío pues siento que la mejor manera, o puedo realmente intentar hacerlo es buscar la forma de construir el espacio de entendimiento. Puedo decir, o puedo entender, ir en el aprendizaje cero para ser mayores en la forma de entender y entender todo lo que pasa. Porque si no puedo entender ese que sea el amor cero, o, la paz en los mayores eternos. Y estos mayores no están en alto acalorado para romper la tendencia adecuada del primer intento. Ya comenzó. No hay deuda de la culpa ni duda alguna. Los pies en las dunas de las lagunas mezclados sin duda.