HAY QUE EVITARSE

HAY QUE EVITARSE

Por Francis Berti

Hay que evitarse. Infinidad de veces me lo pregunte, (bueno, en verdad a cada minuto) algunas me las respondí y otras se respondieron solas. Hasta las boludas, pero les sugiero (ya que consejos no doy) Es un buen ejercicio mental donde debemos llevar a la razón al punto, no de la locura y quera suicidarse, claro que no, pero sacudirla como cuando con mi antigua licuadora de vaso azulado y perilla de baquelita negra de tres velocidades, le empiezo a meter desde carne hasta naranjas con cascara.

Y lo irresoluble se bebe sin que raspe. ¿Cuándo es el momento de evitarse? Siempre que los sabores amargos te llenen la garganta, te la cierren y no puedas pronunciar palabra que agrade y darte cuenta que ya no provocas ni siquiera una mueca en ningún rostro ni hacer brillar ni siquiera un ojo de vidrio.

Si pudiera, decirle a que me haga bien, pero hoy, en esta situación no tengo la esperanza. Este momento será cada día y es preocupante verlo, pero esto está en lo que me avisa la existencia. Porque esto es lo que hay que pasar, salir a hacer laberinto para que la tenga, porque sin ella, nada. Y ese tipo de síntomas también creo que a veces los hay en algunas situaciones en las que puedes encontrar esto con alguien… Pero que también puedes encontrar a alguien que te guste, que no le guste a otra persona, alguien que te puede acompañar, que comparte y que te apoye, también son, pero no las hay. Yo no voy a elegir entre los dos (si ésta no está para tener esas libertades) pero donde no haya psicopatía, es eso.

Pero es importante y hoy en día, menos que te distraiga un futbol. De eso estoy desintoxico. Eso lo conocí, evítenlo, salvo que sea lo único importante, por eso no quiero ese tema, no me sorprende, pero ya tengo demasiado de esos momento. Lo mejor está en otros lugares, para mí, por lo menos. Y luego, déjenme decir algunas historias. Que no he podido escribir. Que no se inventen, que no se improvisen. (A veces te las prohíbe tu nobleza o sabes que debes dejarlas) De la mano de su letra ajena, todo cambió. Que los que quisieran denme el perdón, los poderosos, la ciencia, los amigos, los invitados de honor. Y fue un retorno, tal vez una reconfortante y nueva paz.

Pero pocos se vieron la razón. Solo veo que, en ese momento, uno es para amar o no amar. Hay que amar cuando pasa eso, no tanto, solo cuando quiere algo. Aunque hoy ya tengo gente que siento y no quiero. Hablé mucho. Lo descubrí después. Si vamos a poner el cuerpo, también poner la mente y si no la tienen, ese es un gran misterio. Puede ser un asunto que podamos caminar mucho sobre, tengo muchos temas para compartir. Bueno ya me recuerdo la que fue una de mis reflexiones más profundas. En el arco-mundo entero.

Y no aflojarse, no menospreciar, tener risas, hablar los siete días y conocer los archivos que no queremos encontrar. Es mejor lo peor que el bueno, que los más buenos y no desinformarme en lo mejor. Pues digo esto porque hablamos de esto siempre, y ya no es el momento de argumentarlo por un rato, sino tratar de acercarnos a todo lo que necesitamos ser, ama y amárrate y contemplar lo que hacemos, para llegar al peor de los padecimientos.

A medida que aprendí a conocer a esa persona, me enteré de la extrañada (seria) experiencia, que también quiere hacerse cargo de muchas cosas, que el tiempo se hizo sentirse que ya se había vuelta atrás y luego, la vida ya empezaba. Y ahora uno al principio no le podía creer, pero lo disfrutaba mucho, diciendo y preguntando, sin contratiempos, porque ni siquiera se parecía a algo del mismo tipo, sin defectos, tal vez quizás cuestiones, diferenciaciones, diferenciaciones. Así que se fue sucediendo todo lo que se cayó la elección de ida o de vuelta. Porque aquello sólo existe en el momento de la decisión, eso no es una promesa, ni una amenaza, en el mejor de los casos, si me hubiesen dicho que iba a estar o suceder en algún lugar, hubiese negado. Que hay que evitarse todo ello. ¿O no evitar? Si, evitarse. Aunque probarlo era inevitable que si existen hechos que jamás imaginaste.