DEJEMOS QUE NOS DIGAN

DEJEMOS QUE NOS DIGAN

 Por Francis Berti

 ¡Oye!, ¿Qué haces allí? ¿Fotografiando urbanidades? O son obscenidades que se te muestran completas, rojas, rotas, y entregadas a ser violadas…Dos recién llegados en un rayo Naranja, pescaste en vuelo. Se cayeron del principio y se fueron. He intentado sumergirme en tus imágenes ¿Y a que no sabes que paso? Si…me devoraron. Me masticaron…me engulleron. Y me vomitaron nuevo. Ya no soy el mismo…si lo soy…pero me traje bebido tus wiskis, tu perfume ámbar pegajoso y denso como leche y membrillo. Dos días golpeando puertas abiertas en busca de una manta. Vuelvo y espero una carta. ¿Qué quieres comer? Como silbando tu voz mi cabeza me pregunta. Envíame una imagen del postre…El final siempre es sabroso. Mientras tus cortes aumenten  y tu rodete no se planche, habrá una de oportunidades de charlones, de suavidades grotescas, de putÍsimas realidades que no pueden faltar. Para que los putos inicios se pongan en fila. Y se dejen acariciar. Y deja de limpiar, no acomodes más. Date una ducha. Hueles mal. Hueles a envidia. Hay mucha dando vuelta.. ¿Quieres bailar? Mi destino es empatar, encontrar la empatía y llevarla en mis bolsillos. El destino es empatar, es un juego de suma cero donde nadie gana y nadie pierde. El equilibro se agudiza. Si bien, en cuanto a mis palabras que arrojo muchas veces, con mucha fuerza y molestia que me producen las acciones que las siento en las voces. Me he movido en movimientos extraños, raro en el caminar. Respondiendo absurdamente con toda la intención de provocar, de enviar señales a las mentes que estuvieran abiertas. La pregunta aquí no es si me recuerde o responde. Era más una especie humana desconocida que una por conocer. Un ser capaz de acompañar siempre.