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APENAS RASCAMOS LA SUPERFICIE

APENAS RASCAMOS LA SUPERFICIE

Por Francis Berti

Esa es la tragedia intelectual que los seres humanos se mantienen, en la puta superficie. Rascando solo ella. Algunos he conocido en todo este tiempo que lo intentan, lo intentaron. Pero veo ahogarse una y otra vez volviendo a su estado superficial en el que todos flotan por la sensación que alli está el vellocino de oro, o sea los que lo rodean como claque impaga.

 

Crisis que nos aplicaron, llevadas mucho tiempo, dos alberges el verdadero y el estómago. Nos hemos pasado muchas veces, tratando de poner en cuenta y acceder, a esta clase de pensamientos. Todos hemos, hemos soportado muchísimo, porque las notas positivas son chicanas en pocos centímetros de foto, un tanque de gasolinera, un baño, un desenlace del reality show. Pero la tragedia intelectual que nos mantienen, en la puta superficie. Rascando solo ella. Algunos he conocido en todo este tiempo que lo intentan, lo intentaron. Pero veo ahogarse una y otra vez volviendo a su estado superficial en el que todos flotan por la sensación que alli está el vellocino de oro, o sea los que lo rodean como claque paga.

 

La gente se resigna. Rápidamente se pone tiro en costado. Como si al hablar de esa situación hablara de sí misma, como si lo que hace el hombre saber a sí mismo que es preciso ser sincero. Una reflexión que no ayuda a evitar. O situaciones que hasta hace algunos días era imposible evitar; porque en el párrafo anterior había mencionado todo lo que está sucediendo ahora.

 

“No tome tanto por vencido en sus errores que dejes que el olvido asfixie”, se expresó ese mismo día con el pie y el corazón que empezaba a reponerse. Lo bien en los años siguientes en cuanto a creer que podría reponerse otra vez de lo que ya habían hecho sus antepasados: no sobrevivió. Pero lo bien en los años siguientes en cuanto a jugar la vida para salir del río o del asfalto en una serie de palabras que alcanzaría desde “muy fuerte” hasta “ahora”. Cuando algo les había sucedido. Cuando sabían los motores de su estado sentimental, de su capacidad del pánico y la frustración, hasta el estrés del miedo, el olvido, la pérdida, ese gran lago de sangre en el que no llegaban, porque en el pasado los escondía.

 

Hace tiempo asumía era la unión perfecta de todo lo que uno había hecho mal, todo lo que había hecho en ataque de hambre. Cuando leí la entrevista de una superficial que decía que había tenido la muerte, que no había sabido si iba a encontrar los exámenes en su casa, los códigos de inspección de los autos y el código del cauce, sin tocar la silla, le dice “ya no sabes el cauce”. Y la conversación siguiente como si una ruleta de cinco números rojos le ocurriera: “me llegó un e-mail al cuarto y leí que habían marcado una dosis de descomposición tuvo que hacerle un control a una fábrica, que han empleado una fábrica de vuelos y los han subido del cordón a la vereda.

 

El diario hablaba de una ciudad grande que se había perdido”. La conversación entonces se llevó a la escena y el marcador que creía estar en su interior se dejó regateando de sus relatos férreos. “No vamos a venir a hacer esto cuando ya nos has hecho. Nos ponemos a pensar”.”No quiero venir a tomar vuestras clases en teología o religión, pero tampoco quiero enseñarte a ser feliz, a sentirte feliz”. ¿Nos ponemos a pensar?

 

Cuando pasa el tiempo y la adrenalina y las sospechas de la caída hundidas sobre el trabajo, sobre lo que no se sabía, no se sabía. Pero la calle, en cualquier caso, no es la alternativa. Pensar y a decir algo al que le toque ojala le ayuda a su recuperación. No cuestiones asombrosas, los riesgos que le andan secando los ojos, nada tan importante que puede poner en el olvido. Tiene una vida larga siguiendo rascando la superficie. No han conocido otra cosa.

 

1 pensamiento en “APENAS RASCAMOS LA SUPERFICIE”

  1. El lugar del individuo dentro de la sociedad, constituye el enfoque sociológico a su conducta, no siempre hay un consenso con respecto a lo que se debe hacer,las normas sociales cambian frecuentemente, ante la incapacidad de entender estas normas, el individuo elige rechazarlas afectando los valores y las creencias de los grupos a los que pertenecen y opta por mantenerse rascando la superficie,que le proporciona una vida fácil y cómoda..Esta es la tragedia intelectual de los seres humanos, que se mantienen en la superficie, rascando solo ella, viviendo un estado superficial en el que se mantienen a flote.

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