He empezado a considerar que los argentinos somos, inconscientemente, los primeros en teletransportarnos. Los avatares de décadas y décadas de incertidumbre y la proyección geométrica de la tecnología (ley de Moore), encontraron en este ser humano del sur-sur del continente Americano, su viajante predilecto. El habitante de este país va dejando de lado quien preside el gobierno, no le interesa, prefiere aumentar su capacidad de conocimientos virtuales para evadir cualquier sesgo de confinamiento intelectual y físico que unos cuantos despechados por el poder quieran aplicarle.
Para algunos con un precario conocimiento de redes vive de you-tube. Los más avezados, la mayoría jóvenes a-televisivos, cobran sus regalías en dólares en cuentas off-shore. Invisibles terratenientes del ciberespacio con billeteras virtuales en criptomonedas. Y cada vez son más.
Ya lo menciono Vitalik Buterin, Ceo y fundador de la cripto moneda Etherium, al referirse en su visita a la Argentina. –No salgo de mi asombro, los argentinos son quienes más saben y más están movilizándose con las criptomonedas en el mundo-. ¿Es casual esto? No, no les. La genética del sobreviviente, mas la pandemia que acelero por lo menos siete años el avance tecnológico inundaron las perspectivas de millones de jóvenes que se encontraron con la teletrasportancion sin moverse de su dormitorio y solo salir a gastar el producido por su conocimiento.
Mientras la politik, se devana los sesos en discursos y publicidades que nadie ve ni escucha. La sociedad argentina se adelanta años luz, y aun más el PBI del estado sociedad es mucho más alto que el del estado político. Los argentinos nos sostenemos sin estado, o por lo menos dejan que se entretengan. En algún punto del la historio tiempo, esta sociedad avanzada se hará cargo. Solo es cuestión de tiempo y que el espacio se emulsione.