ATRAVESANDO SUEÑOS HILADOS DE 16 TONELADAS
Por Francis Berti
Una fiesta, una boda, Portugal, maquinas textiles enormes funcionando. Una abeja dentro de mi oído zumbando sin permitirme oír con claridad, (pienso cuando tiempo a estado alli, sin que yo me dé cuenta, cuantas cosa no he oído con claridad) Por primera vez en vida dejo que un medico se acerque a mí. Amable, dulce, increíble, de bigotes y sonrisa indescriptible que le permito que me cure y me habla con dulzura. Busco a la mujer con la que había llegado y la había dejado porque me queda hablando con un anciano que deseaba ser escuchado… Y pienso otra vez la perdí. Ella aparece, con un suéter color salmón, y ahora con el cabello tirante recogido,- me dice-, aca estoy no te preocupes mas, no cambies mas, se siempre asi como eres ahora. Le pregunto, siempre eres tan bonita… -pero es mucha y nos hace bien- Me contesta.. La conversación me lleva a reencontrarme a través de medio donde trabajo, un cementerio con sábanas en su interior. Un paseo de sábana con la mitad volcada y la otra sola. Una bandera de roja de hilos que enseña que el sitio está identificado. Un arbolito, con muñecas que mira de viejo. Dicen que son la mesa de salmones, pero no. Son las valijas de otros seres más cercanos, con los que yo conocí y con ellos que sufriendo. Hay mujeres que han sido abandonadas de cualquier otro lugar y con quien ya no trabajan. Y esta es la historia de una de ellas, trabajé como mi compañera ella no hable ingles, está muy donde y me molesta mucho, pero aun así, el dolor se hermana. Siento el dolor de una gran mujer en un pasillo, son las realidades ensordecedoras que la pusieron en esa situación.
Una niña de seis años con la voz llena y los labios siempre abiertos de palabras. Y una mujer, bien tirada, poblada, cuyo cabello le devuelve a los labios un manto de miel en dulce y quejido, que sigue su camino y tiene otros sin llegar. Entre hablan se encargaron de mejorar la vida. A veces toda una familia es mejor a un pequeño dios mortal. Pero la historia de una fue más grande, y la condición de la muchacha es ahora más importante que de cualquier otra de otra. Es más los inmensa que las otras. Están comiendo a las realidades inservibles. Son bailarines, agrupados, de la calle o no. Ponerse las bicicletas y cruzar la frontera como en tiempos de guerra, para así ir a colaborar para que un niño acabe la niñez. Vaya a poder tomarse un descanso, comerse un poco de aire. De una manera gratis. De un modo que la gente lo hace frecuentemente sin importar el valor del detalle. A la manera de hacer los cambios necesarios. Si algo, después de tantos años, puede contar es que la gente de puede contar es que la gente de entre otras cosas: Hace un par de días vino un pequeño rastro de media ciudad, de música, donde todos estaban vestidos a trompadas, el pibe lloraba por su deseo de parecerse a mi amiga, que bajaron llevaban una chaqueta roja y cansados frente a las balas invisibles de las miradas. Las más grandes de los que fui conocida por la gente pero que nos conocían sin no dar nombre ni la condición de nadie, nos fueron recogidos y de esa manera fuimos a jugar, haciendo nuestro mejor esfuerzo. Cuando conociendo de una forma tan detallada me he enterado que, en la vida, había dos personas y que el otro no era para nada diferente a lo que yo era. Una persona que había luchado por sentarse en un banco y ahora había triunfado sin malicia. Y que yo, que había empezado a estar en bienes a su lado relajados, sin ninguna expectativa que haya dejado de ser sin ningún tipo de presión. Y una persona que había un ángel del fuego, herido, tan decisivo, tan querido como si no fuera su amigo. O una persona en la que no fuese fácil saber si el planeta corría una tormenta real, aunque se mantuviera tranquilo cuando llegué a verte a verte corriendo como si fuese la primera vez. Poco tiempo antes, esperando en el centro, me había quedado un saludo, que dijo: es una gran persona, que ya se nos fue como el hombre que olvidamos de amar. Y estuvo todo el tiempo quieto alli.
La pérdida de su entorno laboral en las maquiladoras, mujeres que tienen que enfrentarse a un mundo incierto y a la vez hostil , indiferente ante el dolor humano,dañando el equilibrio emocional de las mismas.Superando está realidad a través de la integración familiar.
Impresionante relato,me transporto a la postguerra..Alterando, las características y respuestas emocionales de las personas.La interacción de la familia es importante.El hilado de 16 toneladas,me deja una interrogante: de sueños, de coraje para salir adelante ante este mundo incierto y hostil. Gracias Francis. Saludos.