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BOTON SOLITARIO ENCONTRANDO UN OJAL. POESIA EXTENDIDA

BOTON SOLITARIO ENCONTRANDO UN OJAL. POESIA EXTENDIDA

 

Por Francis Berti

 

Te miran los cristales Cuando los limpias. Te miran los azulejos de lejos. Te mira el agua de los pisos cuando los inundas. Todos solo miran. ¿Por qué solo te dejas mirar? Cuando podrías iluminar. Si iluminas verán sus sombras, sus arrastres cortos y alargados solos. pero nunca emancipados. ¿Para qué iluminas entonces? Ilumina buscando la misma luz que obnubile la misma que te ciegue. Y en esa amalgama volar siendo una sola, inmensa y eterna permanente y tierna. Suave y tibia intensa y desgarbada. Desabrochada. Y que el último botón decida si el ojal se humedece dejándolo pasar.

 

Te miran los cristales Cuando los limpias. Te miran los azulejos de lejos. Te mira el agua de los pisos cuando los inundas. Todos solo miran. ¿Porque solo te dejas mirar? Cuando podrías iluminar. Si iluminas verán sus sombras, sus arrastres cortos y alargados solos. pero nunca emancipados. ¿Para qué iluminas entonces? Ilumina buscando la misma luz que obnubile la misma que te ciegue. Y en esa amalgama volar siendo una sola, inmensa y eterna permanente y tierna. Suave y tibia intensa y desgarbada. Desabrochada. Y que el último botón decida si el ojal se humedece dejándolo pasar.

 Quizás consiga así. Quizás el ojal desaparezca. Se abre a una posibilidad vacía. No escondí el ojo y elige el riesgo. Vamos más allá, no mientras tú duermas, solo voy con tu palabra y tú con tus razones. Sin pensar y sin que me asumen, he dicho aquí, a nadie que pueda leer los olores de la misma balsita que tú solitario lo usas. El ojal, ver, es un camino parecido a vos y a tu cuerpo; sin ninguna duda es un refugio, un refugio por poco ocupado, y vos y los demás duermen en él.

Este ojal parece ser el refugio deseado en este mundo en el que perdieron vidas y en el que todos los días sienten algo en el fondo de su cuerpo, una suerte de; parece ser el refugio que debes encontrar; y él alguna vez consiguiente te tocará un minuto un poco bajo el techo. Te cierres y ves el último tan cerca y lejano al mismo tiempo. Ya que está mucho más interior, ahí sin comprobarlo, no te percatas. El ojal, que el nacer se está robando de la piel. No es mucho dolor. Pero no se puede quedar solo, en un segundo. Si vas, será muy en un instante cuando te enteras de que no es un mundo encantador o grandioso. El ojal es un mundo que ya no la puedes perder.

Se suelta, se suelta; te suelta. Pero desde entonces siempre cambiará. El pilar con los ojos. El bajón con los ojos. En el fondo desgastado, dejado en el monte, sobre viento. Sin pensar y sin pensar el ojal por sí solo. Si no hicieras eso el mundo sería una pesadilla que te cobraría de todo. A partir de ahora deberías preguntarte si la partida se manejaba correctamente. En otro lado no sobreviráis, porque ahí sobrevives. Al otro lado vive lo que es hacer el tejido humano en el lugar en el que vives.

Considerar que el mundo es tan peligroso o tan riesgoso no e tan así. Pues en ese ojo que te sobrevivió podrás creer esa alegría tan inesperada, sin pensar en que lo que ya pasó está siguiendo la voz de todos los que ya estuvieron. La voz de la voz de los ojos deshecha de sus formas porque están en el fondo y han sobrevivido. Sí, el corazón que ya no reina, el ánimo que ya no es el de amor, es  lo desconocido. Los ojos de uno solo, suelen darse por sí solo para siempre. Pero no lo es siempre.

Uno puede aprender esos cambios, esos cambios que se generan con el tiempo. Cuando ojos se sienten, que apenas llegan, pues son demasiado duro para los ojos. Esto es lo que también es una forma de transmitir. Cuando uno mira al otro, sonemos como si estuviéramos mirando a una, una pandilla, una cocinera, una mujer, o un hombre sin perder de vista el ojal a encontrar que lo están mirando.

Tal vez, el más silencioso, si nos miramos a la distancia, podemos ver que lo estamos mirando, nos vemos dando un paso, un cabello, nos vemos dando un gesto. Son la verdadera existencia de cada línea que ya estuvo y estará marcada. El cuándo es irrelevante el camino sí.

5 pensamientos en “BOTON SOLITARIO ENCONTRANDO UN OJAL. POESIA EXTENDIDA”

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  2. Rescata tu reflejo que se lleno de densidad, afectando tu vida y tus relaciones con los demás. Las experiencias vitales que quedaron en el olvido pueden reactivarse, potencializarse, reorganizar los recuerdos existentes,estos no se olvidan, siguen disponibles para cuando se modifiquen los estados afectivos que indujeron a la represión. Recupera tu luz,si iluminas verán sus sombras, sus arrastres cortos y alargados solos. Ilumina, que esa misma luz que obnubilaste, ahora hará que te ciegues.Recuperarás tu verdadero ser, tu esencia y encontrarás el ojal,el refugio deseado en este mundo que no es encantador ni grandioso, el ojal es un mundo que ya no lo puedes perder.

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