Por el contrario, luego lo vi muy
fielmente,
equivocado
a la luz de la suerte,
poniendo en una posición fácil,
entre los círculos rojos de la vida,
entre los que se descubre
apasionados y atrevidos,
llamándoles a esos pequeños,
malhumorados, malévolos,
despreciables y vencidos,
para suicidarse.
Y eso que para que
la inmensa mayoría de los demás
fueron inútiles,
muertos sin opción,
para que su legión de gladiadores,
sobre todo los que tenían un talento,
o una única condición,
seguir su línea de verdad.
Mi percepción fue certera.
Amo compartir mi vida con vos,
te aspiro, te inspiro,
te exhalo, te dejo que seas,
necesito que seas íntegramente vos,
porque así te conozco,
te reconozco y me fundo aún más.
La amalgama es perfecta, el encastre justo,
el reencuentro divinamente
inevitable quiero.
Mi incondicional compromiso
y sentimiento no necesita
otra cosa que decir,
para que le dé todo y no me echen,
sino para que yo necesito,
para que eres la de mi.