Los años vienen solos, lo importante es no estar solos. Pero podemos estar solos, ¿en verdad podemos? Se ha escrito demasiado sobre esto en particular, de la soledad, de las soledades colectivas, de acompañarse sin estar. De estar solo acompañado. Pero en definitiva los años vienen, se presentan, se apoltronan en nuestros sillones y ni siquiera nos permiten levantarnos.
Están alli, están aquí, cada año llega uno nuevo, con más fuerza de choque a imponernos nuevas restricciones. ¿Pero quiénes son en realidad? ¿Porque les permitimos entrar? Muchas veces llegan acompañados de jóvenes años que sin querer los dejan entrar. Enormes, llenos de décadas tras otra nos invaden. La vida empieza a la intemperie cuando todos nos perdemos en esa batalla de soledad, cuando hay que abrirse, cuando la pérdida de los recursos es a su vez una regla del destino.
No es menor que sean llevados por nosotros, los que hacemos nuestras cosas los que los respetamos, para ello no nos tragamos la mano por lo que nos meten, sino por lo que damos y las condiciones que.
Los años no son un revolver en nuestro bolsillo, sino un tiroteo que nos aqueja y lleva a nuestra mente, a nuestro corazón, a nuestro proceso de crecimiento, de aceptar de complementar el cumplimiento en algún aspecto de nuestra vida.
Y esto no se ha modificado ni se va a modificar por eso hace falta saber que todas esas desventuras, que nos hacen sentir como bollos en nuestro desierto. Pero también aprecian el tiempo que tengo, no solo es irrelevante que los años aprecien el tiempo, es una burla. ¿Cómo se puede dar un buen rato a esta vida tan feliz por ello?
La gloria de la vida no se cae sobre la función, es imprescindible no dejar de ser humano y sentir vínculos con todo el mundo. La vida no es un trabajo. No es un sacrificio. Es una corrección de tiempo. Eso es lo que nos hace felices. Por ello, no será duro para tener algún beneficio a la hora de terminarlo. Y eso en general es lo que vamos a defender en todos los sentidos. Y eso es lo que se siente bien. No se esfuerza por nada, lo que se va a satisfacer siempre será mucho más grande.
Y que siempre le queda claro a todos, los años vienen solos, somos nosotros quienes por una extraña coincidencia con la muerte los dejamos entrar y los festejamos. Desmaquillemos los años que ya entraron y asi los por entrar verán la realidad.