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EL DIA QUE PERDIO LA RAZON

EL DIA QUE PERDIO LA RAZON

Por Francis Berti Y un día perdió….si si, entre las cuerdas de los escenarios más diversos y coloridos del entrelazado de amores cuidados y descuidados, de amores sobrios y bebidos del buen beber por la causalidades recibidas como regalos despojados de dedicatorias y llenos solo de ramilletes de besos como mariposas a liberar……La razón fue vencida por el corazón. No sucede muy a menudo pero cuando sucede los millones de espectadores y apostadores compulsivos esperan desesperados cobrar sus ganancias, de solo un espectáculo…Algunos pocos muy pocos…salen del estadio regocijados de sentir que la vida siempre ofrece el espectáculo que los corazones deseen. Y no es por desdicha y enojo a la razón, No, no es eso. Es como esos films donde solo esperas hasta el final a que triunfe la bondad aunque sea el villano quien la aporte, y que las cicatrices son solo el esfuerzo de tanta ternura. Por la puerta trasera, pesada de hierro de color verde musgo, que nunca se supo si el musgo era verdadero, algunas veiyas sabias decían que la humedad de los derrotados que el musgo devoraba rápido para quitarles el dolor. Salieron lentamente. Dos protagonistas de tan maravilloso espectáculo finalizado. Con sus sombreros anchos y sus delgados abrigos, uno casi cargando al otro. Conversando se detuvieron. Con las manos temblorosas de tantos golpes intercambiados por suerte. Uno le encendió un cigarrillo retorcido, casi malhumo-rado, quizás por ser casi el último de un atado mal apretado por nudillos tan entumecidos como suaves al posarse en un rostro que lo reconoce herido. Echo una bocanada de niebla para ocultar sus rostros deformados de golpes y balbuceando el Corazón le dijo; ¿Querida Razón quieres decir algo? – Si Corazón déjame hablar, necesito hablar…quizás sin razón…déjame decir esto: Y la Razón comenzó diciendo: El interés, eso sí, y de momento. Más benéfico y generoso, la seguridad de esta prodigiosa boxeadura, como los espectaculares espectadores como árboles mezclados con los límites. Caminando sin desesperarse desesperado por el lado que se cree significativo a la hora de optar al cuento elegante de quiebre o devastador de tristeza a raíz de la ausencia Y a título anuncio lo importante, es un llamado al compromiso de escribir un cuento muy poético en todos los escenarios y procedimientos del nuestro… que, una vez escrito, es casi imposible de disfrutar porque la experiencia es la consumación como la menstruación es el punto rojo de la creación. Y no es cierto que en escritores les guste escribir de ideas abrumadoras. Es más, haremos como una película quien nos sacó de nuestro cuerpo una idea y nos involucró con los restos de esa idea, animando siempre el cerebro a revisar, reaccionar y recrear sus acciones para que nos conmuevan y no más tristeza. Así, a veces, la encuesta no es el resultado final. Cuando estamos en una especie de viaje en medio de la playa y hay un par de camionetas inconscientes, en medio de esa liberación, con quienes cuentan cosas que no se pueden contar… que todos sabemos, de una forma, lo demás…Quienes no perdieron tanto al amar tanto… Vamo mi amigo Razón, yo te cargo hoy, eres mi hermano, vivimos en la misma casa, bebemos el mismo whisky, usamos el mismo perfume, un tenedor y un plato, es más que suficiente…La razón explayo…Que espectáculo dimos hoy…El corazón riéndose…Y si, un día debías perder…pero te quiero…siempre te quiero a mi lado…porque evitas que me colapse…Los faroles nocturnos los fueron desdibujando… es hora de descansar… ¿quizás unas vacaciones…?

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