TEATRO EN UN SOLO ACTO (OBRA N° 11)
Por Francis Berti
TITULO
Diálogo en la Orilla
ESCENARIO: Una playa solitaria al atardecer. Las olas rompen con un susurro constante que parece llevarse las palabras. En la arena húmeda, cerca de la línea donde el mar acaricia la tierra, yacen dos fragmentos. Uno es una pieza curva y brillante, de un color naranja pálido y textura rugosa, perteneciente a algún fruto ya consumido.
PERSONAJES
LA CÁSCARA. El otro es un filamento casi transparente, ligero y quebradizo, que el viento parece a punto de llevarse. Su origen es un misterio.
LA CASCARILLA. Ambos están cerca, pero sin tocarse.
(El sonido de las olas domina la escena. La Cáscara rueda un poco con el vaivén del agua, luego se detiene).
LA CÁSCARA: (Con una voz ronca, como si el mar le hubiera robado el brillo). ¿Otro…? ¿Más? ¿O el mismo que ya… fue?
LA CASCARILLA: (Su voz es un hilo apenas audible, como el roce de un ala de insecto). No sé si soy… el de antes. O el después. Vengo… de la nada. ¿O de todo?
LA CÁSCARA: De algo. Fuiste algo. Grande. Redondo. Lleno. Ahora… soy la huella. El vacío que… queda. ¿Y tú?
LA CASCARILLA: Yo… nunca fui. Siempre el límite. El borde de lo que pudo ser. O lo que no se atrevió. Fui… la espera. Siempre.
LA CÁSCARA: La espera de… ¿qué? ¿Ser otra vez? ¿O ser… nada más? Me siento como la piel de un sueño. Desechada.
LA CASCARILLA: Los sueños… ¿tienen piel? Yo solo tengo la delgada membrana del no-ser. ¿A qué esperas tú? ¿Qué venga la mano que te tiró? ¿O la boca que te ignoró?
LA CÁSCARA: Espero… no esperar. Espero que la ola… me devuelva el centro. La forma. El sentido de por qué fui. ¿Y tú? ¿Tu origen no te llama?
LA CASCARILLA: Mi origen es… el eco de un desprendimiento. No llama. Solo… murmura. Murmura que soy el límite. La frontera invisible entre lo que se desvanece y lo que aún no llega. ¿No te confunde… ser tan… fragmento?
LA CÁSCARA: Me confunde… ser tan presente y tan pasado a la vez. No fui semilla. Fui envoltorio. ¿Y ahora? ¿Soy solo la historia de lo que ya no está? O… ¿el presagio de lo que… viene con el mar?
La incertidumbre del futuro
LA CASCARILLA: El mar… trae y lleva. ¿Nos llevará? ¿O nos… dejará aquí? Convertidos en arena. En polvo de lo que fuimos. La memoria de una… brisa.
LA CÁSCARA: No quiero ser arena. Quiero ser… un mensaje. Que alguien encuentre esta curva. Y se pregunte… ¿qué fue esto? ¿Qué contuvo? Un enigma. Un vestigio.
LA CASCARILLA: Los enigmas… se disuelven. Como yo. ¿Quién buscaría… la historia de un descarte? Solo somos… el margen. La orilla del olvido. Temo que la noche… nos borre. Sin rastro.
LA CÁSCARA: La noche… solo es otra forma de ceguera. Mañana… el sol. ¿Y si el sol nos… reseca? Nos vuelve quebradizos. Como tú. Quizás ya somos… el mismo destino. Solo que no lo sabemos.
LA CASCARILLA: Pero yo ya soy quebradizo. Desde… siempre. ¿Y si el sol… nos eleva? Nos hace… viento. Y volvemos a ser… parte de algo. Sin forma. Sin recuerdo. ¿No es eso… una forma de renacer? Aunque sea sin saberlo.
LA CÁSCARA: Renacer… sin saberlo. Ser el viento. Me gustaría… ser la promesa de la lluvia. Que el mar nos lleve. A un lugar donde la forma no importe. Solo… la deriva. Que no haya más preguntas. Solo… el ir.
La Gran Conjunción
(De repente, una ráfaga de viento inusualmente fuerte barre la playa. Con ella, no solo arena, sino cientos, miles de pequeños fragmentos casi transparentes, como la Cascarilla. Son LAS CASCARILLAS. Flotan, danzan, se arremolinan alrededor de La Cascarilla solitaria y de La Cáscara. El aire se llena de un murmullo apenas perceptible, como un coro de pequeñas voces).
LA CASCARILLA: (Su voz, antes apenas un hilo, ahora parece vibrar con una extraña energía). ¡Ellas! Han llegado… Son… como yo. Pero muchas. ¡Muchas! ¿Por qué… vienen a mí?
LA CÁSCARA: (Observa, perpleja, cómo las Cascarillas giran a su alrededor. Hay un miedo reverencial en su voz). No vienen a ti. Vienen… a nosotros. Están… ¿buscando?
(Las Cascarillas, impulsadas por el viento y una fuerza invisible, comienzan a unirse. Se adhieren a La Cascarilla solitaria, dándole cuerpo, volumen. Y luego, con un movimiento hipnótico, empiezan a envolver a La Cáscara. Cada pequeña
fibra, cada filamento translúcido, se pega a la superficie rugosa, cubriendo los bordes, rellenando los vacíos, uniéndose a la forma existente).
LA CASCARILLA: (Su voz se funde con el murmullo del coro. Ya no es una voz individual, sino parte de algo más grande). No buscan. Construyen. No reconstruyen lo que fuiste. Reconstruyen… lo que seremos. Esto… es el renacer sin saberlo.
(La Cáscara, que antes era un fragmento, comienza a transformarse. Las Cascarillas se entrelazan con sus propias fibras, creando una nueva textura, una nueva forma. Ya no es la cáscara de un fruto, ni la simple cascarilla. Es algo nuevo, orgánico, delicado y fuerte a la vez. Una forma que no pertenece ni al fruto ni al viento, sino a una convergencia misteriosa. Es un ser etéreo, con una silueta que sugiere un capullo, una crisálida. El proceso es lento, pero inexorable. El atardecer tiñe de púrpura y oro la escena, mientras la forma mutante brilla con una luz interna).
LA CÁSCARA/LA CASCARILLA (LA NUEVA FORMA): (Una única voz, resonante y serena, que emerge de la forma recién creada. Es la voz de lo que está naciendo, de lo que ya es). No hay preguntas. No hay esperas. Solo… el ser. La suma de los fragmentos. El destino que se teje… sin un origen. Solo el ahora. Que es todo.
(La nueva forma se queda inmóvil en la arena, brillando levemente bajo las últimas luces del día, mientras las olas siguen rompiendo, ahora con un sonido que parece una canción de cuna. El viento amaina. El telón cae lentamente)
El susurro de las olas que en su vaivén sustituyen a las palabras.La cáscara testigo fiel de la vida que lleva impresa en su cubierta exterior, protegiendo a la expresión de la naturaleza a través de los árboles y sus frutos.No menos importante la cascarilla, esa cubierta delgada y quebradiza, que sirvió de protección a los granos de los cereales. En su conjunción las dos forman parte importante para el desarrollo de la vida.Esa gran aportacion tan importante que protegen tu energía más ferozmente que cualquier otra cosa.
Agradecer a la naturaleza por esa gran conjunción que dan vida,como fruto de esfuerzo y perseverancia. Muy interesante esta obra en solo acto. Ya la No. 11. Gracias FRANCiS.
Gran reflexión en tu obra. Esos personajes la cáscara y la cascarilla.La corteza que emana desde el interior, de nuestro ser, nos cubre extetiormente, de nosotros depende que sea resistente o
quebradiza.El balance nos permite equilibrar nuestras emociones y aprovechar cada momento para disfrutar la Vida , en su forma más pura en ese instante en que todo es nuevo.Nuestra cubierta se hace delgada y quebradiza y se va desprendiendo y al final el mar de nuestra vida , en un
Movimiento suave, nos deposita en la arena,como una nueva forma brillando levemente bajo las últimas luces del día, con el susurro de una canción de cuna, producido por las olas. Será un
Nuevo Comoenzo?.
Es la escena de cuando la utopía deja de serlo y transforma la puta realidad en eso que siempre anhelamo, una especie de lugar donde los sonidos, aromas, materias, sabores y sentido de ser en algo fácil, equilibrado y bello.
* seguramente volveremos a necesitar otro nueva utopía para seguir yendo …