LA EXPANSION SE ENCUENTRA (POESIA DESNUDA)

LA EXPANSIÓN SE ENCUENTRA (POESIA DESNUDA)

Por Francis Berti

En el encuentro de aquel día, nos encontramos la conversación de roces, un diálogo tejido, como hilos de seda que se entrelazaban en la memoria. Las horas transcurrían delgadas, casi imperceptibles, mientras nos mirábamos y nos reflejábamos en las sepias  que el aire representaba. Cada imagen era un roce sin heridas, un testimonio tangible. Eran imágenes palpables de nosotros en nosotros mismos, un reflejo de nuestras almas desnudas. El abrazo fue inevitable, una fuerza que nos atrajo como imanes. Sentí el inicio de ese abrazo, el roce de sus brazos sobre mi piel, la calidez de su cuerpo junto al mío. Y luego, ya no supe más nada. Todo se desvaneció en la intensidad del momento, en la vorágine de emociones que nos envolvía. Las temperaturas corporales se nivelaron, se unificaron, como si dos soles se hubieran unido para calentar la tierra helada. Solo en algún sector de nuestro continente, la línea roja mercurial se elevó sobre la media, un símbolo del fuego que ardía en nuestros corazones. Y mientras el abrazo se fundía sin palabras, le susurré: “Avísame cuando te humedezcas, solo entonces bajaré a beber”. Era una invitación a la intimidad, un deseo de saciar la sed que nos consumía. “Ya es hora que bajes”, me dijo ella en respuesta. Y así, me deslicé por sus escalerillas sin escalones, como si descendiera a un oasis en el desierto. Retiré las alfombras que, una sobre otra, cubrían el camino,  despejare aun mas el camino….ya despejado.