Ir al contenido

LAS ORACIONES ENUNCIATIVAS

Siempre me han perturbado la oraciones enunciativas como “la luz esta al final del túnel” o “la patria es el otro” conduciéndonos por una camino de desbordante ética la cual desconocemos y solo pretende una guía filosófica para el ser humano. Pero con todo lo que no sabemos, ¿qué más podemos hacer? me gustaría preguntar, y es que al fin del día es nuestro único método de expresión. Por otro lado, esta situación del desconocimiento nos lleva a pensar en las intermitencias, los silencios y las repeticiones como formas de manifestarse cuando no tenemos nada importante que decir.

Por ejemplo: cuando salgamos con amigos y se nota como el sentido común empieza a fallar, surge la necesidad del silencio entre quienes comparten un plato de arroz frito o un café. Este tipo de situaciones suele suceder cuando somos conscientes de la impotencia frente a la realidad negativa que vivimos. Es aquí cuando vemos que aparecen los silencios intercalados por risas nerviosas por parte de todos. Y no hay nada terrible en ello pues pensamos que tal vez sea necesario escucharnos más entre nosotros mínimamente, perdiendo el tiempo leyendo gente sin talento ni personalidad propia contribuyendo con información innecesaria. Si este texto, como me dijo un amigo, es “el nuevo catecismo” no sé si encajaría en el interior del túnel o al final. Pero esto es lo que quise mostrar y pensar.

SEGUNDA PARTE

Siempre me han perturbado las oraciones enunciativas como “la luz esta al final del túnel” o “la patria es el otro” conduciéndonos por un camino desbordante, generalmente sin comienzo ni final iba a decir, pero si se me permite la expresión “sin dirección” porque es el tipo de mensaje que no nos puede conducir a ningún lugar sino más bien al infinito. En la poesía de la humanidad siempre se ha ensalzado el poder de las palabras para atravesar el muro del silencio, pero si bien es cierto que podemos utilizarlas, también lo es que no podemos confiar en ellas. La oración “la luz esta al final del túnel” una vez mas no nos puede conducir a ningún lugar, y mucho menos al destino cuando nuestra religión o fe no nos guían por este camino. Todas las religiones son muy importantes en nuestra vida porque sin ellas todo sería un caos, pero como dijo Rousseau: ¿Qué mejor Dios que aquel que se encuentra dentro de ti? y yo agrego “si sabes reconocerlo” y sólo los verdaderamente conectados a su interior van a conseguirlo.

TERCERA PARTE

Siempre me han perturbado las oraciones enunciativas como “la luz esta al final del túnel” o “la patria es el otro” conduciéndonos por un camino desbordante, generalmente sin comienzo ni final iba a decir, pero si se me permite la expresión “sin dirección” porque es el tipo de mensaje que no nos puede conducir a ningún lugar sino más bien al infinito. El discurso de un estado de bienestar en el cual el hombre vive con auto-suficiencia y soledad, es una utopía que ha sido desmentida por la realidad. Por ello, me gustaría decir que la luz no está al final del túnel sino más bien en el comienzo de un camino: el camino de la libertad. La libertad, ¿se puede definir?… Aquí vengo a colaborar con otro concepto, “liberación”: El ser humano tiene como meta su propia liberación , no solo física sino mas bien espiritualmente; es decir, existe una voluntad para salir del encierro en donde se encuentra (materia). Pues sin duda alguna si nos atenemos a su origen: proviene de fuera del u orbe terrestre, ¿acaso no podrá volver allá?, lo cual significa regresarse y reintegrarse. Es entonces cuando logrará el verdadero fin último. Algo muy interesante respecto al hombre es que actualmente éste vive rodeados por todo tipo de tecnologías perfeccionadas: computadoras, teléfonos celulares, aviones, etc., sin embargo estas tecnologías son solo instrumentos que sirven para facilitarnos las cosas o para protegernos contra los acontecimientos adversos. Son herramientas que nos ayudan a cumplir nuestras tareas diarias pero nunca podrán llenar aquella parte incondicional dentro nuestro corazón.

CUARTA PARTE

Siempre me han perturbado la oraciones enunciativas como “la luz esta al final del túnel” o “la patria es el otro” simplemente conduciéndonos por una camino desbordante en ética la cual desconocemos y solo pretende una guía filosófica para el ser humano. Pero con todo lo que no sabemos, no hay nada que me apena más que la ignorancia de la propia condición social y cultural. En una ciudad con estructura, donde las zonas se van rellenando de gente y los niños dejan sus casas para buscar su futuro en el asfalto, ¿Qué es tu responsabilidad? ¿Cómo entender todo esto? ¿Dónde encontrar tu lugar en este mundo? En una zona donde hasta hace poco tiempo las familias vivían abrigadas, ahora la relación con la medida de aquello que consideramos abrigo es más flexible.

Las madres ya no son lo que fueron. Los hijos ya nacen sin saber cómo se llaman sus padres y los matrimonios crecen porque en el pasado todo era subestimado. La mirada de la sociedad ha cambiado y esto solo se da porque ellos quieren vivir mejor. ¿Pero qué tiene que ver este tipo de deseo con el resto? No sólo es el deseo de vivir mejor, sino que los valores han cambiado en su totalidad. El amor ha perdido su sentido al igual que las relaciones entre personas. El grupo social más vulnerable: “los niños”, están siendo comidos por esta terrible burbuja económica que nos rodea; Se siente como una manzana gigante roja abrazando toda la isla; Un área contaminada forzando cada vez más a sus habitantes a buscarse un lugar para sobrevivir dentro de ella misma: “La otra isla” . Una Isla dividida entre dos mundos.

Siempre me ha perturbado las oraciones enunciativas como “la luz al final del túnel” o “la patria es el otro” simplemente conduciéndonos por un camino desbordante en ética la cual desconocemos y solo pretende una guía filosófica para el ser humano.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *