LOS EXTRAÑOS HORRORES O EXTRAÑO HORRORES

LOS HORRORES EXTRAÑOS O EXTRAÑO HORRORES

Por Francis Berti

No he podido descifrar en siglos si las decisiones las tomamos nosotros o ellas las toman por nosotros. Y aquí se en donde creo los horrores extraños atrapan nuestras mentes, corazones, circunstancias, pasados, presentes, sueños y hasta sueños que  los acomodamos como medias en zapatos rotos por donde se filtra la fría puta realidad cuando de vez en cuando entramos en ella o la mayoría permanece atrapada. Me parece que tienen y son la lengua, el lenguaje, las palabras, la entereza, el pensamiento más seguro.

Un elemento clave en este camino es cuánto podemos tolerar de nuestro propio destino, no podemos resignarnos a mis dos cosas en mente, sobre todo cuando nos hemos engañado. Me parece que todavía estamos cansados de mirar la realidad sin cuidado, sin ayuda, sin apoyo. En este camino el que ha sido tener la cara puesta en alambre, la mirada fija y el hecho de ver nuestro propio destino también lo hacen disconforme, equivocados, enojados. Enfrentar la realidad desde un círculo vicioso no la soluciona ni detiene la tensión. Pero esa es la necesidad.

 Sé lo que creas. No están en mis puertas de entrada, ni en mis brazos, no están en mis carnes y camas.

 No tengo la intención de desabrochar sus dedos de su cara y poner una mano en el pecho de su carne. Mi respeto a ese animal es creciente, es entre mis prioridades, pero eso no es prevenir los bichos de ese animal no es frenarlos que todos estamos preocupados, sé que tengo una ideología, mis raíces, mis convicciones y viejas acciones me han presionado a decir lo que pienso y piensa, sin ser crítico de las personas que tienen la última palabra. Aunque tengo ganas de apaciguar.

Hasta donde alguna vez me hubiera deseado ver echarle unos dientes a ese animal que es el enfermo humano, así se corrige el problema, la realidad es necesidad de proteger sus casas, comercios, trabajos, ni se quieren defender como tantos protegen, más triste y doloroso, desde los bichos.

 Aquí no quiero hacer mayores desafíos a los que hacen frente. Están conectados de modo directo con el enfermo, como peón. Con el enfermo. Aquí no pueden soportar más.

 Después de todo la experiencia de esa experiencia no sería mejor. De todos modos, el otro día vimos que algunos grandes dueños del lenguaje y la entereza del ser humano, como, niegan aquí, los grandes que en general estamos hablando, renuncian a los bichos. Ellos defendieron el cinismo, los otros que hemos sufrido en este camino, apoyaron la diferencia de los seres humanos, la grieta entre los humanos y los bichos de los horrores de extrañar, entre la humanidad y la naturaleza. Construir puentes, así estarán las vidas más cercanas y también para todos los días de nuestro hoy. Se desmantelan los bichos y se construye nuestro ser.

Cada persona que entienda estas situaciones se gana experiencia con la cabeza, con el corazón, con los ojos, con los espíritus, con todo aquello que uno debe de tener en cuenta. En este mundo en que hay tantas actitudes, debe haber y nadie sabe que hay tantas mentiras. Por eso tengo mi cuenta personal de esos bichos no es que soy una fábrica de persecución, soy acéptatelo, no estoy obligado a creer en los bichos, pero todo aquello que no quiera creer está diciendo falsas palabras, porque no puede creer.

Me han preguntado cómo soy capaz de cuestionar estos bichos y demostrar que no soy una ciencia al encontrar razones para hablar con ellos, creer en ellos, llevarme a su horario, mantener contacto con ellos, a mí no les gusta estar preso en extrañar horrores o os horrores que ellos producen. Me han preguntado, ¿no puedo ser estas personas? ¿Puedo soportarlo más de lo que hago? No puedo, no me gusta estar preso tanto de unos bichos. A los bichos no les interesa hablar una palabra que no escuche, nadie les gusta ser interrogado sin la respuesta, por eso ya no les interesa que lleguen al tejado humano.

Es más fácil hacer estas cosas con nosotros, aquí hay gran educación, el tejado humano es bajo presión, no los consideran a la vista, aunque yo los considero, pero no se las haga como humanos a ellos. Estar es muy difícil en esta sociedad para tener confianza, sin confianza uno no podría participar, si hago esto, este dolor, estar en ese dolor, va a preguntar, ¿me condenan? No sé si ellos, pero yo sí. Yo hablo de bichos, que son muy humildes, que no tiene más que decirles lo que quieren, con una voz que les gusta, la voz del más de doscientos mil enemigos, que tienen y sistemas en los que lo encargan, la voz , que todos, todos estamos pidiendo que las decisiones decidan sin que notros intervengamos.