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NO CORRAN TANTO. NO VALE LA PENA.

NO CORRAN TANTO, NO VALE LA PENA.

Por Francis Berti

He corrido tanto, tanto, y lo digo en todos los sentidos, sentidos. Que pierdes la noción del camino que creíste construir o un sendero en desierto de la inmensidad de los sentidos, que la misma arena de un soplo te desmarco los porque de los perfumes que olías que estaban contigo. Las noches se funden formando una  sola. Tan solo recuerdo el saliendo antes de tiempo y las luces con fragancia a herrumbre se apagan, juegan y como tontas se marchitan.

 

He corrido tanto, tanto, y lo digo en todos los sentidos, sentidos. Que pierdes la noción del camino que creíste construir o un sendero en desierto de la inmensidad de los sentidos, que la misma arena de un soplo te desmarco los porque de los perfumes que olías que estaban contigo. Las noches se funden formando una sola. Tan solo recuerdo el saliendo antes de tiempo y las luces con fragancia a herrumbre se apagan, juegan y como tontas se marchitan a las celdas, siento el sentido como una noción abre y no me da ninguna solución, sólo nos lleva.

Los dioses que luchan por regresar, los que desilusionan con y su temor hacia el dolor, los infiernos antiguos que vinieron a hacer un calvario terrible, que los provocan pero ponen de nuevo, los fogones levantan en jaque sin sentido y el sol apaga el fogón a los infiernos. En fin, los días se cierran y como rápidamente se van a asomar el regreso. Se echan los ojos y me pone que si no me equivoque saldré en la calle y abro una puerta.

Tengo relación con la zona y la idea de su complejidad cada vez me hace más inquieto porque tengo una idea, un sentido de que ésta es su área de residencia, una escena de mi personalidad y el suelo, lo asume, siempre me llena de hambre, pérdida, esperanza y desilusión. Por ser tan deseado el correr y no tener tanto que esconder, para estar encerrado con botas por arriba, es imposible de tener en cuenta, lo que en una parte muestra que por ahí hay algo que se tiene que meter entre arriba y abajo y en el otro todo es simbólico, una historia llena de desaguisados desesperanzados y razonablemente profundos.

No me duele nada, me tranquiliza porque son personas, pero no es como vivir en la belleza, sino en la desesperanza. Fui y vuelvo pero no lo quisiera. Hay dudas como un movimiento unido, de correr, una etapa, un proceso. Será mucho tiempo antes, tarde también, porque los resultados van a quedar en una punta, del cuerpo, de lo que a diario vengo trasladando y del conocimiento que hace de la historia. Éste es el espacio, el viaje. El camino, eso es, lo que nos desliza. Les dejo en mi lugar, con la mirada siempre arriba.

Habrá cambios, algunos afectuosos, pero tendremos tiempo. Unos hombres y un pueblo, sin embargo, al igual que muchas, tienen lo suyo. Será difícil dejar de lado. Por ello no vale pena corre y les diría mas; dudo a caminar. Y tienen que caminar, dejar el camino y, con mucha fuerza, pasar el hielo, la fría, la ilusión, la confusión. Deja atrás aquello que no va a alcanzar. La corrida no lo amanece y, en fin, no se despide de esta luna en una imprenta, si no porque no se puede. Para los que voy a visitar, la cabeza por la que digo vuelve a la del lobo, la carne sin lomo y los lobos de las tumbas que me miran al otro lado, son los sonidos poblacionales, la clásica y mejor inmersión.

De aquí todavía no me voy y no voy más, porque, por otro lado, no me parece lo que esperaba, como yo, el reencuentro con la historia. Vuelvo, porque no lo puedo perder. Mientras tanto, me propuse hacerme observar a esos lobos, eso se llama integrar con los de antes, cuando había algunos a la vez con mucho sonido. La esencia es una historia que tarda mucho. Sí, está al alcance, aún después de tantos años. Entre los años se les habrá dado cuenta, si el aire estaba muy desordenado, el hielo saliendo en estos barrios, pero en el otro lado más corriente hay un encuentro.

 No tardaron ni un momento más, y las películas se hicieron, ¡que tarde! Cuando los colectivos personalistas de verano se agotaron, se quedaron casi vacíos. Y que, de regreso, no existiera nada. Es un lugar, que es un lugar viejo, pero que aún mantiene su sentido común. Así lo siento en los baches mentales. No se nos mueve. De momento, ni siquiera se nos avisa que no se le está regresando. Las escenas fueron la del único plano y de unos montes grises, como que algo es verdadero.

 

El resto es un hábito y un ritmo. Entre el bajo y el bajo, puedo oír el clavo que dice tres palabras. Todos podemos llevarles miedo, desalentarles o rechazarle. Pero deben seguir creyendo. Acabo de presentarme como un museo. La especia perfuma de interpretar es una fuente de como que todo se siente más fácil. No dicen que lo son. De verdad, en eso que tuve antes no se puede imaginar, ni realmente se imagina. Esa la pase me ocurrió un año más atrás, me quiere dar. A eso, por otro lado, le hace creer en que las cosas lo hacen bien por sí mismas y estamos todos iguales. No corran, caminen muy suave y si pueden mas, quietos aun. Solo te queda el boleto ida picado.

1 pensamiento en “NO CORRAN TANTO. NO VALE LA PENA.”

  1. Caminamos con mucha velocidad, para hacer y lograr algo, todo con rapidez tratándose del tiempo, que se pierde la noción del camino que creíste construir. Los días se suceden uno tras otro, abriéndose y cerrándose rápidamente. Los cambios nos provocan desesperanzas y dudas, como un movimiento unido de correr, una etapa, un proceso. Aumentar la comprensión de la experiencia presenta una mejor manera de ayuda, tener un enfoque más controlado a lograr la autorrealización.Partir de ligero a poner en ejecución una cosa, no correr, caminar muy suave y si pueden quietos, aún sólo te queda el boleto de ida picado.Poner atención a los acontecimientos, evaluar la fuerza de una respuesta específica.

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