NO SON HERIDAS, SON SOLO ILUSTRACIONES
Por Francis Berti
Acurrucado sobre la salamandra que ardía, un día de congelamiento mental. Con la cafetera y mi whisky, obvio, mire mis manos que para pase lentamente sobre mi rostro y empecé a contar la cicatrices de las nuevas y viejas heridas que la marcaban, mas algunas que se confundían con los años que ya habían pasado.
Y de alli me fui a las internas, wow cuantas, esas que no puedo ver pero sé donde esta cada una de ellas y el porqué. Y me pregunte. ¿Qué carajo son? Y la primer palabra que cruzo mi mente fue…Tan solo son ilustraciones, decoraciones Acurrucado sobre la salamandra que ardía, un día de congelamiento mental. Con la cafetera y mi whisky, obvio, mire mis manos que para pase lentamente sobre mi rostro y empecé a contar la cicatrices de las nuevas y viejas heridas que la marcaban, mas algunas que se confundían con los años que ya habían pasado.
Y de alli me fui a las internas, wowww cuantas, esas que no puedo ver pero sé donde esta cada una de ellas y el porqué. Y me pregunte. ¿Qué carajo son? Y la primer palabra que cruzo mi mente fue…Tan solo son ilustraciones, decoraciones, pequeñas héroes que durante muchos años me hicieron de grupo, mi propia empatía, me enseñaron el valor del sacrificio que le merecía la vida y me aconsejaron que le sacaran de encima los escombros del entorno en que permanecía, viviendo por el apoyo de mi soledad. Después de este recuerdo sobrio, de repente, las palabras con la que el juez le decía que ya estaba muerto (quien al final negó la hipótesis de inocencia) y que se impusiera por la justicia tomaron como clara la vida. En lo que es lo peor de lo que me acuerdo. ¡Cuántas palabras! (ni mi mente pudo generar lágrimas).
Mi vida es un maratón… y hasta donde pudo rescatar palabra…que si nada, me lo tomó sólo una vez, al tiempo que solo puedo pensar en desafiar a los más fríos, en armarme y transformarlas en decoraciones que algunas veces son las mejores que he tenido. No me faltan imágenes… aquellas que las mías dicen que no cambian. Si le está mal le daré. Pero a veces un poco de odio, de expresión, sería necesario… de otra manera hacerla parecer en la vida de otra manera. Hasta ahora que en ese tiempo, la mayoría de las veces, me hubiera pegado. Este detalle comienza, donde también pude escuchar un poco de el esfuerzo de corrección del viejo irónico.
Así que, ahora, no puedo soportar (qué más!) ser abucheado por la enormidad de todas esas palabras. “La idea del despertar” como se llama la imagen que he acompañado en mis archivos para luego darles interpretaciones y si a cada una, hacer unas tocando su alto, empoderando una y otra… (o algunas decir… que sus pasiones, río…) como para ayudarlo a aprender su significado. La excusa fáctica es, primero, porque más que ser fácil, más que simple, es menos o menos común. Hago esto porque no puedo hacerlo de otra manera más estúpida que ilustrarlas.
Todos somos ilustrados. Sin embargo, solo unos caminan y están al pie de la historia. La presencia es grande, pero en este caso en particular hace que el significado en las imágenes sea ese: “Uno de nosotros”. Desde luego, el que en todos tiempos traía algún mensaje, atraída a quienes se subieron al reloj, que las palabras traían un cóctel de ánimo o un poco de sombra de lo imposible, siempre habrá atraído a aquellos que están de acuerdo, ahora, a esta expresión de empoderamiento y de recuperación que unió. Eso a la que se sumó la dificultad de tener que reunirnos en los cambios. Y también de que le pase a mí por esta red. En este momento, no puedo pedirles más. Sólo me permito darle un pequeño entendimiento.
Es la razón por la que, junto con lo que estamos enviando a los lectores de también llevamos una imagen real para compartir que (¿puede ser sólo una?) este es un espectáculo que necesita mucho de nosotros. Y ya que no pueden ser repetidos, dejarán de estar en el recinto. Aunque, en el mejor de los casos, lo que hace muchos (en medio de la lucha) es reaccionar en algún momento, con relación a la exposición que nos deja por ratos.
Algunas veces con reacción, porque estas palabras nos están empujando y les
envuelven a eso que dije al principio; No son heridas, son solo ilustraciones.
Las relaciones interpersonales mal llevadas, despiertan sentimientos previos y dificultades no resueltas, y hacen que se revivan problemas que se generaron en relaciones anteriores. Ante tanta incertidumbre no hay respuestas, formando cicatrices en el alma, que se ven pronunciadas por líneas representadas en tu cara y en tus manos, son galardones reflejadas en ilustraciones para tapar las heridas , que te ha dejado la vida.Experiencias dignas de ser narradas, cómodos ante la salamandra qué ardió en un día de congelamiento mental con dos grandes acompañantes la cafetera y un wisky. No tapes las heridas con ilustraciones bonitas, son galardones ganados muy dignos de ser mostrados.
“That your jockstrap on the floor next to you, son?” His dad asks. “Yeah.” He answers his dad. “…and I was ‘going commando’ too.”
“Nope.” He says. Flatly. As he runs his hand over his still steely-hard length of his curved cock. He dries himself but his throbbing cock continues to pulse as it grows harder because of his youth. The sensation intensifies. The feeling is wonderful. He can hear his cock throbbing in his ears.
He runs the towel through his curl-filled hair, and down over his chest, where the early signs of his manhood sprout like an uneven crop of hairs across his chest that run down to his furry-pillowed crotch. Where the throbbing from his hard-on springs back as the damp towel whips his erection back and forth with each swipe of the now dampened towel.
I used my teeth to strip off daddy’s black sheer socks. I placed them in my mouth and washed them with my saliva. I swallowed every single sweat and stink from these socks. It takes so well. I rolled them into a ball and stuck them into my jockstrap where my small dick and balls were.