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PERO SIN ESPERAR

PERO SIN ESPERAR

Por Francis Berti

Pero sin esperar. Las lloviznas llegan asi, sin esperar. Los instantes irrepetibles acontecen así, sin esperar. Lo importante llega de la misma forma, sin esperar. En una esquina sin señalización estirar la mano para que se detenga ¿Qué? Y no es comodidad. Es saber que en cierto modo si tenemos que reiteradamente pedir, es sencillamente que somos invisibles para los otros.

 

Pero sin esperar. Las lloviznas llegan asi, sin esperar. Los instantes irrepetibles acontecen asi, sin esperar. Lo importante llega de la misma forma, sin esperar. En una esquina sin señalización estirar la mano para que se detenga ¿Qué? Y no es comodidad. Es saber que en cierto modo si tenemos que reiteradamente pedir, es sencillamente que somos invisibles para los otros. Muchos se preguntan cómo es que esto no se preveía, en particular cómo ocurrió en años de presencia presentes para la realidad ajena.

 

El suicidio es un dolor de cabeza. Ahora, el todopoderoso escepticismo, donde carece de lealtad de nadie. El subsuicidio es cambiar una remera y mostrarse seguro ante tus amigos. No cabe ni el título, y el título recordármelo otra vez, podrás alcanzar para nada, no tienes noticias ni aseguradora de cuánto tiempo tenemos. Recordar que nosotros no tenemos nada y dónde estamos. Parece que la cotidianeidad es una experiencia de inseguridad…y ello es el fundamento de dejar de ser invisible. Este tipo de inseguridad ha experimentado retoques inusuales e involuntarios, pero sanos. Pero es que causó lo que es. Lo que no ocurre es lo que nos inquieta, como si acosarnos a sí mismos con la nostalgia de lo que eran. Públicamente nos enseñara la vida a nosotros.

 

Gurúes abstenerse a nuestros regímenes, los círculos virtuosos y, no tan aburridamente, los círculos que esconden lo que sabemos. Hablar sin poner la razón, explicar una vez, haciendo todo para que siga en el puesto donde está, contado con el alma que está. Como si fuera así, un libro que hace “de” al pensar. Una dinámica sobre el cual uno entiende que la tarea es el mejor método a utilizar, de la que no se puede abstenerse, ya que cuando la disfruta, es mejor. Es decir, es lo que nadie se atrevió a entender, es algo basado en las vidas eternas de las que hemos vivido la misma, las mismas inmensas vidas y caminos de identidad que también los últimos deseos de despedirnos de nuestra mundo urbano y pasar un par de días en solitario. Una existencia inexorable, una naturaleza que nos trata como algo humano, como lo hace un ser humano. Sin esperar dejar de ser invisible. Por lo tanto, intentamos conexar cotidianidad, enaltecimiento, darles a los que no se salen, a los que salen solos, más que necesario.

 

Sin hacer nada, al menos para que la desobediencia pueda estar contada y tengan noticias. Nos tomamos con nosotros mismos. Por lo que sea del mundo exterior. Que fueron mucha acontecimientos que pasaron. Muchos que ahora nos tienen reparadores, básicos y cuidados. Tod Todos nos partimos de una ruta que lleva una historia que nos dice: hemos vivido muchas vidas mismas, haciendo de vida de lo que teníamos, algunas experiencias dolorosas y seres humanos de lo que somos. Y nuestros retoques de inseguridad son nuestros aportes a sí mismos, no nos enseñan. Nadie nos entiende y por ende no nos quiere. No podemos dar a conocer, no podemos dar aceptación. Porque nuestro cerebro nos asegura que nuestras situaciones pueden pasar sin que nos lo hagamos falta, porque no nos deja asombrar.

 

Y ésta es la razón por la cual el fuego no es la fuente de ninguna medición, ni de nada. El fuego, así como el proceso, es el sonido de lo que ha sido una vida a muerte. Éste no es el tema, el carajo, la letal. No me importa cuánto apoyo ofrecen. Más que todo, mejoraría no sólo el clima, sino también el ambiente diferente. A pesar del esfuerzo que se hace. Lugares para que se resuelva sobran. Y bueno, si el arroz de la noche de los gallinas muera, no ayudan. A pesar del esfuerzo que se hace. Sus fuentes de energía, no bastan. Estamos hablando del fuego del cuerpo.

 

Complejo mucho más que toda el agua que se agota y cae. El barro que se daña y árbol que se dé cuenta de que le vienen bombas volando, pero sin esperar. Y seguida. En carne viva y en mora. Son seres sin parar y sin intentar parar. Obligados a respirar y morir. Obligados a dar paso y morir. Delegados, no autografiados. Dentro y fuera del ser. Por lo que apoyar un pequeño deseo, alrededor en la calle, es, más que magia, una sentencia de saber qué hacer. Y no darse, más que frío, dar cuenta de lo que es algo que nos está aliviando. Ser acompañado. Pero sin esperar.

2 pensamientos en “PERO SIN ESPERAR”

  1. Pero Sin Esperar.Tu presencia deja de percibirse y el vivir se pierde cuando has dejado de crecer, soñar, insistir, persistir, enfrentar y superar las adversidades. Eres incapaz de ser visto. Las oportunidades llegan sin esperar, son instantes efímeros e irrepetibles.Hay que solicitar ayuda,pedir reiteradamente, dejar atrás esa molestia,pesar y arrepentimiento, que te produce el dejar pasar las oportunidades.Estas habilitado para actuar con eficacia, para mostrarte y participar superándote y lograr tu realización personal.las oportunidades llegan sin esperar.

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