POLITIK. “LA MUERTE TIENE CODIGOS, HADES Y CARONTE NO”

POLITIK. “LA MUERTE TIENE CÓDIGOS, HADES Y CARONTE NO”

 Por Francis Berti

 “La Filosofa norteamericana Martha Nussbaum en un reportaje, le preguntan porque le apasiona más mencionar la relevancia de la filosofía en tiempos de pandemia y cuarentena, ¿Por qué?; Porque la filosofía se plantea “esas preguntas que cualquiera que quiera vivir bien debiera plantearse:” ¿Qué es una buena vida? ¿Qué es la justicia hacia los demás? ¿Qué es una sociedad justa? ¿Cuáles son nuestras emociones y como pueden facilitar o impedir nuestros esfuerzos por ser buenos? En estas situación en la que se encuentra la humanidad volver al dialogo socrático seria una salida constructiva.”

 

A partir de esta introducción podremos apreciar con mayor nitidez la confucionalidad mediante y la realidad particular ceñida en aislamiento, conversando a la antigua usanza de conventillo del dialogo de ventana a ventana, mas gestual de manos que de cuerpo entero, la noticia vecinal del acontecimiento diario sin participación ni directa ni indirecta.

 

En este devenir de féretros cerrados, sin velas derretidas en el tiempo que merece una despedida. El anonimato del miedo seguramente generara con el transcurrir de los años infinitas dudas ¿Habrán desaparecido todos a causa de la pandemia? ¿Todos los que murieron, realmente estaban infectados? ¿Como en una guerra, tan solo una carta del Almirantazgo informando el deceso del caído en batalla defendiendo la libertad como un héroe?

 

Es probable que pasado muchas décadas antropólogos forenses se vuelquen sobre fosas sorprendiéndose y tratando de descifrar que sucedió alli.

 

En esta pandemia la muerte está desconcertada, su arte ha sido usurpado, no comprende. Hades y Caronte son los únicos que están haciendo fortunas y sin pagar comisión, y ni siquiera se preocupan por apurar el traslado, todos abonan el impuesto.

 

Los seres humanos vivimos en una sociedad conformada en las tradiciones. Una base que suele erigirse a partir de las distintas doctrinas religiosas de la antigüedad que han conseguido perdurar hasta nuestros días y que se han ido almacenando para el recuerdo en los más populares libros de historia. En este caso hablamos de la Mitología Griega y su afán por situar una moneda en cada ojo de sus muertos.

 

La ambición de los seres humanos por el dinero se remonta a épocas ancestrales. El dinero siempre ha sido pieza clave una sociedad dividida por las distintas clases sociales. Una práctica que incluso llegó a traspasar los ámbitos de la vida.

 

Según las escrituras mitológicas, los muertos debían llevar consigo tres monedas de plata para afrontar las circunstancias que pudieran darse en el más allá. Dos monedas en los ojos y una debajo de la lengua. Una previsión que se argumentaba en la creencia de que el dios Hades, amo y señor del Inframundo, había impuesto una especie de impuesto para traspasar las aguas del río Aqueronte. Una corriente llena de almas en pena que no pudieron pagar al barquero más conocido de la mitología griega: Caronte.

«Un soborno para el barquero»

La figura de Caronte muestra especial trascendencia en las costumbres griegas. Un personaje mitológico conocido como el «barquero del infierno», que suele describirse como un individuo sin carne y de aspecto sombrío que vaga por el Inframundo transportando a las ánimas que pagan el impuesto correspondiente.

Las monedas en los ojos y debajo de la lengua servían para recobrar el sentido después de morir, ya que si no se pagaba el pasaje estarías condenado a vagar durante 100 años por el Inframundo.

 

Hoy los Hades y los Caronte se replican y multiplican camuflados dentro de la información formada y deformada de retorica belleza negra. Como nos decía Martha Nussbaum ¿Qué es una sociedad justa?