POR LA CORTEZA INTERIOR (POESIA)
Por Francis Berti
Allí me encontraran, lugar donde todo es realmente real. Donde puedes cambiarte de los ropajes más estrafalarios, donde no existe el frio y solo dejo entrar el caluroso aplauso de algún latido perdido que cada tanto golpea la única puerta entreabierta que ese latido sabe cuántos golpes debe dar para que se abra. Yo no me ocupo de los picaportes, ellos tienen vida propia y sensibilidad supina. Eso me relaja aun mas, me permite mayor equilibrio y desequilibrio sin escupir hacia afuera, sin levantar la voz y sin ahogarla al mismo tiempo, y entre un zumbido y un murmullo constante me deshaga. Reparto mis interiores por metros, por kilómetros sin balancearme por mi corteza interior y junto a esos latidos que entraron sentados en primera fila, en silencio aumentan mis sonidos, encendiendo el ronroneo de miles de motorcitos de combustión interior que arranca una sonrisa en mueca constante, como si esa mueca reconoce quien cosquillea. Solo recuerdo que su firma indeleble de agua siempre es la misma. Indescifrable, sin idioma, sin traducción, porque ello sucede cuando allí me encuentran ocupándome de mis despreocupaciones, cortezas interiores que se suman y silban resoplando y llenando mis huecos de mi sonido que recuerdo que quien entro, apenas rosar.
Esa corteza interior que te atreves a mostrar y ser realmente tu, sin disfraces estereotipados, mi equilibrio y desequilibrio lo manejo ocupándome de mis preocupaciones, que van dando fuerza a mis cortezas internas. Mi ser interno aprovecha mi silencio que le permite abrir espacios que permanecerán abiertos,sin puertas ni picaportes, solo caminos que me inspiran con entusiasmo y pasión a realizar cambios nuevos en otra dirección. Las cortezas interiores que se suman y silban resoplando y llenando mis huecos de mi sonido que recuerdo que quien entró apenas rozar.Escuchar la sabiduría interna que me continuará guiando por el camino de la vida.