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POR UNA LLAVE ROIDA

Y por ello me he quedado solo dentro de mi galería existencial cuya llave roída me deja entrar en la cárcel de tu piel. Y la vida es una estancia de amor entre dos, entre dos, entre dos… ¡Pero está claro! dentro de ti, en tus muñecas de seda, en tus tobillos de cristal, en tus brazos de marfil, en tu pecho de roca, en tu abdomen de amanecer, en tus piernas de otoño, en tu cola de araña, en tu pelo de nieve, en tu vientre de sótano, en tu cabeza de cielo, en tus labios arenosos, en tus ojos de espejo, en tus manos de tierra, en tus pies de ángel, en tu garganta de acero, en tu sexo de abrazos, en tus dedos de sándalo…

Y por ello me he quedado, en lluvias de esperanza en una calle de bares con el único propósito de cruzarla y volver a tropezar con tu rostro en una calle de bares. Y el tiempo es una sala de espera en la que debo esperar a que llegues a través de una puerta que me dices que siempre estará abierta. Y el amor es una habitación en la que pasamos nuestra noche de bodas y no hay más que una cama en la que dormir, pero duermo acurrucado en una calle de bares porque no quiero que te alejes y el miedo a perderte es la que me impide dormir. Y un hijo es una bomba de relojería que tratamos de parar porque no queremos hacerle daño, pero el tiempo no nos lo permite porque se queda atrapado en el trazado que le imponemos.

Y una madre es una estrella que se apaga porque no tiene más que una estrella en el cielo que le dé luz, y una lluvia es una caja de zapatos en la que no nos queda otra que entre todos los que están en el suelo, y no queremos que nadie nos pise porque todos somos esos zapatos que luchan por no perderse unos a otros. Y el amor es una estatua de sal que se apaga. Porque las piedras encima de ella se convierten en escombros, y un niño es un niño que no puede hablar porque no tiene la lengua que le dé el valor, y una mujer es una mujer que no puede vivir de recuerdos porque se derrumba en cada conversación.

Y una lágrima es una cucharada de algo que se necesita para salvar a todos esos que la necesitan, y una mesa es una mesa que no se puede levantar, y una noche es una lámpara que se apaga porque Dios se duerme sin poder seguir iluminando las calles de bares. Y una sonrisa es una mujer que te besa y te cruza el cielo con una banda elástica en la que no puedes caer porque no hay como caer, y una risa es una risa que se ríe de todo.

Y una música es una música que no puede parar de sonar aunque alguien le tape los oídos, y una puerta es una puerta que se abre sola y te deja entrar a la habitación más profunda de tu vida, y una ventana es una ventana que no puede abrirse a un mundo que la necesita, y una ruta es una ruta que se pierde en la nada más oscura cuando una vez más no encuentra la salida, y una luz es una luz que ha apagado la última que ha quedado, y una sombra es una sombra que se pierde en el camino de una calle de bares.

Y la vida es una bicicleta que te deja caer y se ríe de ti, y la muerte es una muerte que se ríe a carcajadas mientras que las risas se ahogan en la risa de la muerte, y una muerte es una muerte que no puede morir porque no tiene la muerte que le dé el valor, y una cicatriz es una cicatriz que no puede cicatrizar porque no tiene la herida que le dé el valor. Y una sonrisa es una mujer que te besa y te cruza el cielo con una banda elástica en la que no puedes caer porque no hay como caer, y una risa es una risa que se ríe de todo.

Y una música es una música que no puede parar de sonar aunque alguien le tape los oídos, y una puerta es una puerta que se abre sola y te deja entrar a la habitación más profunda de tu vida, y una ventana es una ventana que no puede abrirse a un mundo que la necesita, y yo no soy más que todos los parroquianos sentados en los bares y los vasos no son más que todos los cristales descomponiendo la luces del descompuesto pensamiento…y todo por una llave roída que me deja abrir un lapso de tu privilegio preso.

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