SALVANDO LAS DISTANCIAS
Por Francis Berti
¿Qué es la distancia? La distancia es la medida que inventamos para no salvar a nadie. Para elegir recorridos roídos de nadie. Causa gracia poner esa palabra detrás de salvando. Siempre cometemos los horrores de confusión. O me salvas o te distancias. Imbéciles de bocanadas elocuentes para no decir nada. Y rostros aun más impertérritos asistiendo tanta estupidez.
La distancia es la medida que inventamos para no salvar a nadie. Para elegir recorridos roídos de nadies. Causa gracia poner esa palabra detrás de salvando. Siempre cometemos los horrores de confusión. O me salvas o te distancias. Imbéciles de bocanadas elocuentes para no decir nada. Y rostros aun más impertérritos asistiendo tanta estupidez. Ve y más si te quedas sin palabras, que no importa. Yo, até al pulso. Este será el análisis donde el huracán –nadie– se recuerda. Con sólo una mirada, un nombre, esa palabra cruzada que es que es: Soledad. Solo puede ser, solamente aunque termines con las palabras de sentimientos, aunque, la cosa se olvida.
Es imposible porque es algo nuevo, nacido de todo lo que no habías sentido y vivido o imaginado que existía. Y que no se es capaz de explicar. No hay nada que te represente. El nombre solamente recuerda la responsabilidad que dejas a todos los demás, sin quererlo, como no pueden entender la realidad. No es que las palabras hayan cambiado pero al nombre la realidad ahora, como una ola, rotondas, que se empiezan a emprender. Si sos capaz de mirar tus otros yo sobre el lado más duro. Y comprender los mismos. Este es el eslogan de Sol. Y tiene sentido. Porque ahí está la soledad. En la distancia. Así, son sólo deseos, aquellos de mi manera, ciertos sentimientos que ciertos prejuicios se creen justificados.
Los que tienen que aprender es actuar en sí, y en el lugar de generar consciencia, creer que eso sólo se hará sostenido de una palabra. Así el pasado también existe, y también la apuesta, la reacción, el hecho de haber cambiado y cambiar, no puede ser excluyente. De verdad, no conozco a nadie que no se convierta en un milagro. Aunque sea como aquella creación con rostros sólidos y de grandes dimensiones, que crea gente capaz de sorprender y atraer. No solamente con palabras y dichos. Porque no cambia una palabra por una acción. Siempre pueden estar haciéndolo los hombres. Las palabras no entran en la mente sin necesidad. Por lo tanto, sí, con un gesto, con algo fuerte de poder. Con cariño y gracia.
Pero sólo porque, salvando las distancias quien no cambia en su palabra, no cambia en su acción. En todo lo que hace, que tiene. Es como lo que sabe y es un músico de café. Que nos representa y reconstruye y se transforma en es otra esfera, otra emoción, otra expresión de la realidad que yo puedo no conocer o puedo porque voy a salir de la casa de la distancia. Por lo tanto, lo único que puedo hacer es guardarme esa mía, mi alma, mi mente. Una de las cosas que creo que más podemos hacer por mí misma, y aunque quizás seamos conscientes de que pareciera que no te permite vivir. No es verdad. Y es que mi mente me siente como un cuerpo. Todos los cuerpos.
Esto es otra esfera, otra emoción, otra expresión de la realidad que yo puedo no conocer porque no voy a salir de casa. Por lo tanto, lo único que puedo hacer es guardarme esa mía, mi alma, mi mente. Una de las cosas que creo que más podemos hacer por mí misma, aunque quizás sea consciente de que eso no te permite vivir. Y es que mi mente me siente como un cuerpo. ¿Todos tienen el mismo sentido? ¿Quién cambia el habla que la persona puede hacer? Si, decimos queremos, pero no, no eso no significa nada. Así que, hacer algo desconocido, si creemos, si lo hacemos. Consecuencias, vivir dentro de lo que si vas a pensar, vas a actuar porque la razón de hacerlo es realmente creer. Este es un buen empuje.
Este es un buen empuje para cambiar, de verdad. Poder cambiar lo que tienes es sólo intentarlo. Ese intento será clave, eso siempre es clave. Y este el mito de la libertad, en el que me parece que hay una gran cárcel invisible en donde la confusión de salvando las distancias se diluye, se une y nos permite respirar hondo en todas las hondonadas que se nos habrán. Y que le abramos a los tan cercanos distantes.
La distancia es intentar, es una sensación de no poder estar u a veces llega hasta consumir.
Ese espacio, intervalo de lugar y de tiempo, que media entre las cosas y sucesos, se llama distancia. Le damos una connotación diferente al usarla como pretexto para no ayudar a nadie, para vernos libres de los prejuicios e inconvenientes que nos pudieran afectar , constituyendo realidades ficticias con libertades fingidas, creando un silencio global que a menudo es una expresión de hostilidad, esto nos lleva a la soledad , que se ve reflejada en una carencia involuntaria de compañía. La distancia no solamente es física, incluso el propio tiempo distancia a las personas. La distancia es valentía, al hacer algo desconocido, vivir dentro de lo que vas a pensar y actuar, este es un verdadero empuje para cambiar de verdad. Las palabras no entran en la mente sin necesidad, solo salvamos las distancias. Quien no cambia en su palabra, no cambia en su acción, poder cambiar lo que tienes es solo intentarlo. La distancia hace más sentimental todo, pero lo hace más especial al quitar el resquicio de lo cotidiano.