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SOBRE EL DIA (IT WILL HAVE BEEN WORTH IT)

SOBRE EL DIA  (IT WILL HAVE BEEN WORTH IT)

Por Francis Berti

Sobre el día. Hay uno de esos días. Uno en ese destiempo que por las oscuras reacciones nosotros aferramos, dedicamos los más estrafalarios dibujos, disfraces de aquello que somos, que nos inmortalizamos por descuido santo. Nos dibujamos en nuestra imagen de figura simple, entrañable, sin palabras adheridas por la transcurrilidad de la suma abstracta y dura de lo suave de mí.

En ese día, la dedicación se siente en el aire, densa como un perfume. No es la de una vida entera, sino la de una simple caricia. La de un café que se sirve sin prisa. La de una mirada que se detiene por un segundo de más. Es un sentimiento condensado, una vida de empeño en el acto de estar presente. Y en ese mismo aliento, la pérdida se hace pequeña, se reduce. No es el adiós definitivo, sino el eco de una voz que ya no está, el hueco en el sillón que solía ocupar un cuerpo. Son los fantasmas de lo que fue, pero que en este día se vuelven suaves, se hacen llevaderos.

Y así, en un solo recorrido, el afecto se libera. Se desprende de la dedicación que lo construye y de la pérdida que lo define. En ese momento único, no somos un padre, un hijo, un amigo o un amante. Somos solo afecto. Una fuerza pura, sin nombre, sin roles, sin historia. Somos el calor de una mano que se sostiene, la risa que se comparte, la lágrima que se seca. Somos esa figura simple y entrañable, finalmente libre de las etiquetas que el tiempo le había impuesto.

Pero el sol se apaga, y con él, el día. La figura simple comienza a desdibujarse y el ruido del regreso se vuelve ensordecedor. Las palabras que se habían callado vuelven con un peso insoportable, la suma abstracta y dura de lo suave de mí. La dedicación se vuelve una lista de tareas por cumplir, la pérdida se transforma de nuevo en un vacío. El afecto se encapsula y se guarda. La transcurrilidad de lo cotidiano nos espera en la puerta, con su armadura de hierro y su paso firme.

El regreso es un acto doloroso. Es volver a ser la persona con todas las capas, con todas las etiquetas, con todos los errores. Es volver a entender que esa ligereza, esa pureza del afecto, es una excepción, no la regla. Y en el silencio de la noche, lo único que queda es la memoria de la ligereza. El recuerdo de ese día en el que fuimos solo afecto, y la esperanza de que, quizá, algún día, ese “destiempo” vuelva a suceder.

1 pensamiento en “SOBRE EL DIA (IT WILL HAVE BEEN WORTH IT)”

  1. Guadalupe Elvira Blancop

    Cuando nadie te ve, uno de esos días que disfrutas ser auténtico y se presentan los:Si se pudiera: Trasnsformar en recuerdos lo que sucedió ayer, lo que hubiera sido diferente.La sensibilidad por un momento ante una taza de café, una mirada de más de un segundo, lo logran , la realidad se hace presente y es volver a que el afecto se encapsula y se guarda, el regreso es un acto doloroso, pero guardamos la esperanza de que ese destiempo, vuelva a suceder.Gran realidad reflejada en esta publicación. Gracias FRANCiS.

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