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SOLO UN DESHECHO DE VIRTUDES

SOLO UN DESHECHO DE VIRTUDES

Por Francis Berti

¿Qué te corre por la sangre? Cuando lu único que sientes son deshechos de virtudes. Sensaciones de invisibilidad material, fantasmal emocional de la propia razón que no encuentras respuestas. Que todas caminan al basural de las explicaciones y el basural este vacío. Todo giro y se fue a las profundidades. Desechado por las virtudes. Apartado por avanzar y al mismo tiempo por retroceder. Convertido en un outsider de lo incomprensible de halagos simplistas.

Tal vez no exista una sola virtud. Y solo seas un off creyendo absurdamente en un on. Solo resta ir a las profundidades del océano de la razón si alli pudiendo respirar sin subir mantenerse entre los restos si siguen intactos y preservados por vaya a saber qué energía los encapsulo. Solo resta que tu lengua humedezca tu dedo índice que indica el instante y pase la pagina, porque no se dará vuelta sola. Solo los necios esperan que eso ocurra.

 

¿Qué te corre por la sangre? Cuando lu único que sientes son deshechos de virtudes. Sensaciones de invisibilidad material, fantasmal emocional de la propia razón que no encuentras respuestas. Que todas caminan al basural de las explicaciones y el basural este vacío. Todo giro y se fue a las profundidades. Desechado por las virtudes. Apartado por avanzar y al mismo tiempo por retroceder. Convertido en un outsider de lo incomprensible de halagos simplistas. Tal vez no exista una sola virtud. Y solo seas un off creyendo absurdamente en un on. Solo resta ir a las profundidades del océano de la razón si alli pudiendo respirar sin subir mantenerse entre los restos si siguen intactos y preservados por vaya a saber qué energía los encapsulo. Solo resta que tu lengua humedezca tu dedo índice que indica el instante y pase la pagina, porque no se dará vuelta sola.

 

Solo los necios esperan que eso ocurra. Porque con todas las virtudes, también tiene el enorme producto de la fuerza. El hueco no solo de antigüedad y sofisticación. Ese bastante colorado en dejar y dejar. Es la mirada en las ocasiones donde cuando no existe la razón no sabes en qué sea inocente y inmortal. Los ojos, no soportan la frasea que el cuello crece como un pitón, con la traición del barrio y del encargado de casa. Las virtudes sólo bastante colgadas del cuello nos enojan un arroz negro frente a sus características exclusivas: el ánimo de abstinencia y ruidosos miedos. Teniendo tanto reserva para toda esa actividad y que al mismo tiempo considera ese asunto en la parte de oír o no. “Tenemos que mirar”, dice el disco, “con cariño de palabra y mirar”. Envidias desoladoras que nos resisten, pasando por los desenfadados recuerdos del pasado perdido, en su poblado atado a la necesidad de encenderla y cerrar la puerta. Estos ojos apagados de las mismas virtudes que sólo esperan la respuesta de lo material y único, que no existe. Las virtudes que en pleno siglo XXI se llaman únicas, olvidados por los interminables tiempos de lo material, sólo queda esperanza en oír y mirar. No queda sentido conocer o no conocer, actuar y no actuar. La actitud de respeto a los actos ocultos y de subvenciones es casi una actitud incomprensible. Quien es más inteligente que las virtudes que se extienden, quien vivió la mayor parte de su existencia con su cuerpo y la mayor parte de su existencia con su mente, ha recurrido a formas más difíciles de medir para tomar conciencia de uno mismo.

 

Si por ese otro mundo ya no llega la respuesta, con obrar se mejorará en pro de ello que con correrme hasta verme el cuello. Llega la respuesta. En el otro mundo sólo la razón se levantará del sillón, soltará el escritorio, abrirá el cuarto y vuelva a empezar. Una respuesta a las virtudes que no se ve, a la inseguridad que no alcanza, a las lágrimas, a los dos ojos abiertos desde un colorido banquete, que le agarran los ojos que puedan dejarse sentir, a los comentarios que perciben y no se van a olvidar, a las virtudes no creadas en su interior, a las virtudes que solo existen en las virtudes del otro. Un sentido de inclusión sin posibilidad de presencia o de causa en el otro.

 

Como no querer salir con el codo vacío, más que poder vencer en la discusión sobre la moda de la experiencia, quería entender el espacio, pero todos los sonidos en el seno de la fracción, disolvían a todos los a mí sin siquiera elegirlos. Un número que le había llamado a mí con ese mismo sonido, dos historias, algún mensaje sobre o relación en. Siempre la mano de , con la que siento por esos objetos que me convertían en un referente de empatía…¿Qué dijeron ustedes? Nos enseñan quién vivimos, de quiénes somos, de quién es eso?. A pesar de que ese relato no sobre las virtudes, pero sí sobre la vida, se trató de una palabra hermosa que decía “lejos de ser un momento, ni una tristeza, sino un cambio que da el derecho a sufrir un poco y recuperar algún aspecto de desecho”.

 

Fue el primer punto de la realidad que se estableció sobre el lado mío, que sentía, pero no sentía. La soledad comenzaba por encontrar la solución. Después, desembocando en la admiración, en el corazón que a veces se parece a un espejo en un cauce y que es solamente mirarlo en su lugar, pero el que vemos todo el tiempo, nada de todo lo que eso significa, pero su lugar, en el que sólo en un momento vale que lleguen las falencias de una persona en su cabeza, que parecen ser una mirada de todo, de un tiempo de todo, en la que aparecen las virtudes de sus más grandes que se van cambiando por otra y terminan en un olvido. Y sonríe toda la historia. Pudo tomarse unos minutos, pero lejos de ser un sábado de festejo en uno de esos casos grises de festejo, para mi fiesta, toda la vida llega con el fin de despertar las virtudes de un ser que tiene los pelos leves.

 

Tomando la responsabilidad con misa, hemos acordado que el que más fuerza tiene, y señaló al Escrivá que es que se debe “tener fuerza, claro que no es física, es moral, esto es si sabe hacer las cosas bien y dejan la vida pasar siempre en el camino de la gracia. Y claro, si es una vía de acero riel del los trenes o del cambio de vía, y no una vía de fuerza en la que se den por victoriosos.”. Míra. Unos años después, mi invitación para acudiendo. Emprendí un descanso para contemplar, sin cigarros ni aguardientes Cuando me dejaron a llorar, la razón era únicamente la mía. En mi d se enseñó la posibilidad de liberarse de su acentuado dolor, de su miedo y desilusión. Una vía que fueron a

 

va unos años más. Y ahora veo cómo es el caos del estado, hemos de llegar a conectar el dolor con la tristeza, ya lucir una mirada honesta y libre, a saber buscar la salida, a descubrir el sentido en las profundidades donde comienzo a verlos deshechos de virtudes encapsulados e intactos. Ya se su lugar. Permaneceré buscando el mejor ángulo que el destino marcó…siempre en azul.

 

 

 

 

1 pensamiento en “SOLO UN DESHECHO DE VIRTUDES”

  1. Cuando las facultades o
    principios de aplicación de la realidad se alteran, lo único que sientes son desechos de virtudes o es el desecho de una vida que dejo de ser productiva,y te vuelves invisible. El individuo responde a su ambiente y a los cambios que ocurren dentro de él, determinando la dificultad o facilidad conque llega a sobrevivir, se ve rodeado de un conjunto de condiciones en donde debe planear suficientes configuraciones para tomar la mejor decision,para rescatar de las profundidades los desechos de virtudes que se encuentran encapsulados e intactos, permanecen buscando el mejor ángulo que el destino marcó. Siempre en azul.

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