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VIAJA LENTO EN EL APRESURAMIENTO AJENO

VIAJA LENTO EN EL APRESURAMIENTO AJENO

Por Francis Berti

Si, viaja lento en el apresuramiento ajeno a ti, que no aplique. Que te inmute en tu brillar lento a velocidad luz. Marco el marco de de mi propia filmación con la ralentización de imágenes. Tengo diez mil razones que puedo  lanzar arrojándolas a cada paso salpicando uniones de rostros que guardo y deshecho en la mano de las cartas de cualquier juego donde estén en juego los tréboles de la razón y una lagrimas de dragón. Viajo lento en el apresuramiento ajeno a mí. El escenario siempre estará montado fuera cual fuere el momento. No importa siempre es el mismo y diferente, ya lo conozco. Siempre diferente y el mismo por instantes repetitivos que no me perturban. Viajo lento en el apresuramiento ajeno.

 

Si, viaja lento en el apresuramiento ajeno a ti, que no aplique. Que te inmute en tu brillar lento a velocidad luz. Marco el marco de de mi propia filmación con la ralentización de imágenes. Tengo diez mil razones que puedo lanzar arrojándolas a cada paso salpicando uniones de rostros que guardo y deshecho en la mano de las cartas de cualquier juego donde esté en juego los tréboles de la razón y lagrimas de dragón. Viajo lento en el apresuramiento ajeno a mí. El escenario siempre estará montado fuera cual fuere el momento. No importa siempre es el mismo y diferente, ya lo conozco. Siempre diferente y el mismo por instantes repetitivos que no me perturban.

 

Viajo lento en el apresuramiento ajeno. Porque nada de lo que transcurre es recitado o memorado, siempre hay que aventurarme o reírse, pasar distancia. Si, viaja lento en el apresuramiento ajeno a mí, hasta esperar el momento en que me enamoro a puntos de tiempo separados por el presente y por el presente mismo. Ni van, sí van, en donde me siento y leemos y leídos y leídos. En la cama, en el tramo del extremo, en el bar, en la calle, en la mesa, en el pantano, en el balcón y todo el espacio que encanta poner todo, todo para todos lados, el sentimiento interior que es volverme impredecible.

 

Además, invito al aire, a la perfección, a los encantos presentes, a las imagen sin necesidad de anticipación, a la influencia del agua que no encuentro donde a mí me deseo, a la amplitud del aire, a la enseñanza que ya hizo esta pintura un montón de veces, a la señal de las lágrimas que se aplican de alguna manera otra y que no llega a la mística. Si, viaja lento en el apresuramiento ajeno a mí. De ahí como trabajo: buscar el momento que te da este, que pueda entrar en ese espacio de silencio que se queda fuera en el camino, en el caminar rutinario en ciertos lugares y en el caminar tranquilo en ciertos lugares.

 

Buscar el momento que nos enamora, que nos enseña, que nos enseña de a ratos, de ciertos momentos, de algunos conocidos y de algunos no conocidos, que nos lleven algunos conocimientos y otras lo buscan nosotros. Que nos lleven algo que lo necesita, que lo necesiten otros. Buscar el momento, buscar el hilo, buscar el arco para encender una luna o un planeta en una forma visual. Buscar el momento que te entre en ese espacio o en ese momento con esa música que sale de un universo diferente que existe y que vence en esos momentos, en esos momentos con esas palabras que hay muchas más, en esos momentos y donde hay un pasado que nace y es probablemente grandioso, pero aunque no se sabe, lo quiere todo el mundo, lo necesita todo el mundo.

 

Buscar el momento que entre en ese espacio y llegué al día que paso, al día en el que viajo todas las semanas que es un tiempo que nace y muere de alegría, de seguridad, de orgullo. Así se nos atrapado la alegría que es lo que yo mismo no tengo donde dar un paso y caminar tranquilo por cierta distancia y cerrarme la puerta, poner las zapatillas y irme sin ser el centro de la gente.

 

Se me va atrapada la música que  yo mismo tengo, de hacerlo mi afecto de cierro uno de los ojos, pero no entra para que esto sea una gran polémica, porque esto es unión, no se trata de una historia ni de algún género, ni de un nombre. Es tan solo viajar lento en el apresuramiento ajeno.

1 pensamiento en “VIAJA LENTO EN EL APRESURAMIENTO AJENO”

  1. Viaja lento en el apresuramiento ajeno.Muy bueno, remasterizar el pasado, ralentizar las imágenes que han estructurado la historia de nuestras vidas y nos conformaron como integrantes de este universo, en el cual podemos tener nuestro propio espacio con caminar lento pero seguro de que nuestra energía vibratoria deja una luz diferente,trasciende y se expande, la conexión es una parte esencial entre nuestro cuerpo y nuestra mente y nos hace conscientes de nuestras emociones y estados internos.Buscar el momento, buscar el arco para encender una luna o un
    Planeta en una forma visual , con esa música que sale de un universo diferente que existe y que vence en esos momentos indicándonos que hay un pasado que nace y que es realmente,que nos ayuda a trascender en nuestro presente. Gran tema. Gracias Francis. Saludos.

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