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VIENTOS DE GUERRA EN LOS BOLSILLOS

Hace tiempo que vienen guardando viento en los bolsillos, guardando todo tipo de vientos. Los vi huracanados, las brisas de verano, los remolinos de primavera y los asesinos de inviernos. Todos, no han dejado en años de recolectarlos. Y cuando digo todos, son todos. Los pacifistas del Tíbet, los ecologistas del Kalahari, los paseadores de perros de Puerto Madero y los pisadores de sus eses. Tengo los bolsillos llenos de viento. Huracanadas las bolsas de la tierra cuando se expresan. Los aires cambiados, los lámparas bloqueadas, el balcón un reducto para salir a respirar. Los vidrios que atajan los ríos. Una gran dosis de viento todo el tiempo.

Lamentablemente se enriquecen, pero tengo en los callejones del pensamiento subido al colectivo de la marea tecnológica una salida de verdad, que se escurre con más rapidez a ojos vista de la sociedad cansada de gritones y gritonas televisivas, repitiendo la inconsistencia de los payasos de turno del espectáculo político, sumándose ellos al mismo. Y ese viento que hace cambios a la vida diaria. Al parecer, me atrevo a decir que es como estar frente a un ritmo normal. Normalizado, un monótono ritmo de carne y hueso, que no cambia ni un poco. Pero en un instante sale que tiene un alto de tiempo, alto de intensidad, ¡Alto ! y los fabricantes y vendedores monopólicos de vientos comienzan a sentir que no asustan ya, que no son más que un aliento imperceptible entre la multitud.
Creen que la sociedad argentina se ahoga en su vaso de agua, nosotros somos su vaso de agua y ellos caerán con sus vientos de guerra guardados en sus bolsillos que se ocuparan de su propia tormenta.

Según la técnica de la Fisiología del Futuro, o sea, no se trata de acumulación de ruidos ni de vientos ni de tropas, y vientos y ruidos tienen una escala. En cambio, son tiempos de alto que te sorprenderá, y te golpea nivel del espejo, vuelos de fuente de fuerza y nivel de energía. Si un cuerpo hace un avance, el cuerpo no tiene tiempo, entonces, si hay un movimiento de ese momento, de ese tipo, es cuando es que este viento sí te golpea, como un golpe, como un golpe que te arranca en la cara, como un golpe que te saca de ese camino como hace años se viene repitiendo. Pero ya no.

Ha pasado mucho tiempo, con la tecnología que hemos hecho esto, con el aparato que hace todo y que da igual todo. Yo ya me planté mal en este centro e hice esto porque parece que se prepara para eso. Para viajar por vientos intensos, para viajar por vientos que nos da cierto desgaste, porque nos dan cierto stress, pero que son los primeros pasos. No hay porque sufrir su viento. Nosotros somos el nuevo viento

Dentro de los vientos más intensos, viven muchas madres, y muchas veces les das la razón: No quieren un hijo más, pero lo hacen. No quieren hacer amor, pero lo hacen. Lo hacen para poblar de nuevos vientos nuestras conciencias.

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