¿Qué es la magia entre dos seres humanos, mortales y frágiles? ¿Qué fuerza inexplicable los une en la inmensidad del universo, ante los rostros que se sienten amenazados, tan solo por un entendimiento minusválido ante la obnubilante presencia de lo hermoso de la magia? Tiene infinitas respuestas, como singularidades puedas hacerles surgir sin siquiera pensarlas. La magia, única y escasa, muy escasa, no solo en ella misma, sino en aquellos que pueden percibirla y ella a ellos. Se adoptan mutuamente y ya nunca más se desprende, los acompañara, los guiará, la cuidara y ellos a ella. Avatars indescifrables sin cuerpo que les acarician el alma eternamente.
SOL AZUL (SEGUNDA PARTE)
….Cuando la nave del Almirante Peter Van Orton Bash se perdió en las estrellas. Y fue solo un infinito punto rojo, en ese instante apareció, se materializo, se hizo visible junto a la nave Augustus, una diez veces más gran nave interestelar jamás vista. Se ilumino. Era un carguero de enseñanzas cósmicas con solo dos tripulantes. Eran dos androides de una IA desconocida, sus cuerpos humanoides eran perfectos…un hombre y una mujer. Estas dos maquinas eran los únicos y responsables de tripular esta inconmensurable belleza.
Junto a los dos androides ahora se encuentran la Comandante Bash y el Capitán Iberh. Hablaron con ellos, les explicaron. Los dos androides asintieron y sonrieron y les comunicaron que la tecnología estaba a su disposición y podían realizar todo lo que ellos quisieran. Iberh está perplejo. ¿Funcionara?- Ibehr, magia, mientras le regalaba una sonrisa. Tu no debes preocuparte es lo que debemos hacer. El plan era sencillo y audaz, como todo aquello que emprendía la comandante. Preparo al androide mujer, conecto su mente a la del robot y transfirió una copia total de toda ella y de su mente, transformándola en un clon perfecto ahora se llamaría A-Bash. Solo tardo unas horas en completarse y ajustarse. Copio hasta el rostro de la Comandante. Iberh no salía de su asombro.
La comandante Bash pidio a Iberh que la acompañara y se sentaran…preparo un café…Iberh no pronunciaba palabra. Bash le dijo; -Aca nos separamos capitán-…, Iberh no entendía. ¿Capitán me está escuchando? Si, si comandante. – Iberh, has sido único en este viaje, el único que podía hacerlo con la misma magia. Pero yo ahora necesito hacer otro viaje, uno muy diferente y no sé si nos volveremos a ver. Me tendrás de alguna manera en figura y mente del androide, hasta tiene mi misma voz. ¿Y usted que hará comandante?… Iberh…esta nave tiene uno de los hiper-teletransportadores mas avanzamos del universo… ¿ves el planeta azul junto al sol azul?, si, si. Iberh, ahí iré yo, ya tele trasporté a toda mi familia, ellos me esperan Iberh. Sé que tu lo entiendes…siempre lo supiste. Iberh se puse de pie, si comandante, la esperan. Si Iberh (nunca antes la comandante había repetido tantas veces el nombre del capitán, como una caricia interminable de despedida) ¿Qué hare con la Augustus comandante? No te preocupes, vendrá conmigo, me seguirá. Y mientras intentaba abrazarla la comandante se desmaterializo y desaparecería mágicamente… como lagrimas en la lluvia.
Habían pasado dieciséis años y miles de millones de kilómetros transcurrieron .El Capitán Iberh ya no tenía fuerzas, pero siempre, siempre y antes de su muerte y antes de transferirse al androide V toda su mente, y transformarse en V-Iberh solo deseaba una sola cosa. Volver a ver a Bash. Su piel, la pequeña verruga detrás de su oreja, las cicatrices, el perfume, los huesos y la mueca…mueca que el androide nunca pudo imitar de la Comandante Bash… Pero A-Bash le permitió sobrevivir. Tan solo deseaba una última vez, para mirarla a los ojos y saber que el viaje de mortales frágiles que hicieron…fue real… -Capitán Iberh; dijo A-Bash- estoy detectando una nave-. – Se acerca protegida por agujeros de gusanos