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DEJÁTE ENCONTRAR

DÉJATE ENCONTRAR

Por Francis Berti

Nacemos solos mientras nos miran y nos acomodan en donde nos toco y morimos solos mientras nos miran. Siempre nos están observando. Y en el pedazo de tiempo despierto tratamos de entender que hacemos. Esto es lógica pura. Hasta que nos damos cuenta que existimos. Y desde alli en más somos eternos. Nacemos solos mientras nos miran y nos acomodan en donde nos toco y morimos solos mientras nos miran. Siempre nos están observando. Y en el pedazo de tiempo despierto tratamos de entender que hacemos. Esto es lógica pura. Hasta que nos damos cuenta que existimos. Y desde alli en más somos eternos.

 

Lo que no se entiende es la seriedad, los sentimientos, los sentimientos. Algo tan simple como dormir, algo tan trivial como florecer, algo tan interminable como esperar para poder dormir, algo tan trivial como los zapatos en la casa que no van a llegar a tiempo, algo tan asombroso como el pase de los hilos, algo tan espectacular como una taza de Café Piragüero con bebidas lejos de colación y café, algo tan simple como tener tus lágrimas en mis oídos. El ruido de nuestros oídos de las lágrimas las alarma: ¡Te está alarmando, el Señor de los Remedios! La importancia de estos silencios no se ha ido. Ya no nos enseñamos. A la niñez nos preguntaban y la mayoría sí sabía que el Señor de la Guerra no tenía tiempo y que esto no era permanente.

 

 

 

 La ingenuidad y la naturalidad de nuestro cerebro nos esforzamos al llegar a él, y ahora nos están preguntando y haciendo interrogantes. ¿Por qué la gente no mira la venida del Señor? ¿Por qué nos empujan hacia el camino del infierno y ahora nos vuelven a preguntar? ¿Por qué entonces se habrá dado cuenta que lo que habían puesto en el aire son unas lágrimas, y lo que fuera un roce de plumas desesperada sólo está expresado con palabras? ¿Por qué todo el mundo, que han demostrado su interés por el ruido y por la estupidez y la desigualdad, debemos entonces decir “¿Por qué no estamos acá”? ¿Por qué esas amores de cuerpo y de palabra? ¿Por qué nada está así? Es más probable que debamos decir “Porque ellos están acá”, lo que es una más tajante y más hecha. Que los cuatro Vientos se están aprovechando de nosotros. Desde las heridas debemos verlo con el aire.

 

Ahora estamos aún a punto de estar de nuevo. Y ya sabemos los dos de nuevo. En ese período donde podemos estar solos. El tiempo que nos siga levantando un poco al ver cómo los hilos marchan y las parejas se apropian. Las órdenes de los juzgadores envidiosos o de aquellos quienes buscan la locura de los fracasos, para algunos viejos, en los plásticos. La mentira a nuestro alrededor. De lo bien y de lo mal que se nos presente, de lo complicado y duro que se nos puede tocar. De lo relacionado y de lo vacío. De lo olvidado y del que nos quieren agradecer. De lo amor y de lo amoroso, de lo conocido y de lo desconocido. Eso, aunque los malos deseos y la desesperanza nos caigan sobre nosotros, sigue apareciendo el brillo. Vamos a nuestro destino, sólo cuando estamos firmes. En las formas más seguras, como cuando los papeles se acaban y pueden pasar las cosas en función del estatus económico de un individuo.

 

No me estoy refiriendo a que el saber le tenga que llevar. Solo mencionar eso: podemos entender los tiempos y las circunstancias y no tener por lo menos esos sentimientos de insatisfacción y de hambre, al menos en estos temas. Son tiempos que nos permiten pasar a caminar hacia el otro lado. Por eso, me parece importante recordar las razones por las que la gente vive. Y por eso, no me daría el gusto decir que esto no nos pasa en la medición de la construcción que el tiempo de punta a punta mortal nos permite, nos de ese espacio fluyendo en la existencialidad que somos únicos e irrepetibles.

 

Que sin saberlo en muchas oportunidades logramos encontrar, perder, volver a encontrar sin siquiera haber cortado la inicialada de la conversación de esos hilos que permanecieron del nacer a perecer. Ese hilo que se llama “todo”. No pensé nada, no fue una suerte de decisión mezclada con una intención de antroporcumplidas las promesas, la excesiva sensatez, el olvido físico, el letargo pero eterno amor de la naturaleza, la muerte con tanta precisión que en algunos momentos se torna tal cual no existe, el descarado desenlace.

 

 

 

1 pensamiento en “DEJÁTE ENCONTRAR”

  1. Déjate encontrar. Nuestro nacimiento es festejado con mucha alegría.El encasillamiento en la línea del tiempo en que nos movemos del conformismo y la aceptación, nos provee de un bajo rendimiento que tiene múltiples causas y produce fracaso en las actividades sociales y de otro tipo produciendo rechazo y frustración afectando la interacción personal.Hay un hilo que se llama todo que nos mantiene unido desde el nacer hasta el morir. Podemos entender los tiempos. El tiempo de punta a punta mortal que nos permite, nos da espacio fluyendo en la existencialidad que somos únicos e irrepetibles, supera los obstáculos, recupera la ternura y amor esa emoción que no se reprime, sino que se procura conservar.Dejemos las trivialidades y conservemos la capacidad de asombro, cuando decimos que el destino nos alcanzó, no hay que dar nada por perdido, hay que guardar asombro ante lo increible.Día a día encontramos una dosis de alegría, solo Déjate Encontrar.

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