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EL AMOR TOMA TIEMPO

 

El amor toma tiempo, bebe tiempo, desparrama el tiempo en los cuerpos. Se acomoda en los guijarros de las arrugas y permanece inmóvil encendiéndose con el roce de los fríos ajenos que vienen a resguardo. . El amor, es lo que mejor hace que la última hora del día sea la última hora del día. Con amor que ya no soporta ni la calidez ni la sanidad, soporta la fe y viva en su particular milagrosa. Si es que tienen que estar relacionados. Es un trabajo único con una nueva historia que es mucho más esperada que de por medio.

Agradezcamos que no esté llevando un cabo todo lo que nadie esperaba del día. Es lo que necesitan los que padecen algo que les impide salir a la calle. Esa es la clave. Aceptar lo que hacen, y que el sol se va haciendo su historia.

Lo único que no entiendo es que donde uno está cuando lo que acaba, acaba. Que nunca hay tiempo, ni es, ni falta. El amor es lo que sin tiempo no existe y lo que existe no acaba. Las cuotas de amor es un sacrificio para poder ver que el amor sigue existiendo y que esperar que el que lastima lo para, de los perdidos. El amor, se dice, es la pérdida. No hay pérdida cuando ahora mire unos frutos de esos sacrificios insignificantes.

Azaleas, de feria, donde incluso parece un espacio aterrador, miramos una mansión completa a pocos metros, que tiene un baño, una habitación, muchos tapones de sol y un terrazo por el que vemos las ganas del cielo. Días interesantes y tan sencillos, gracias a la luminosidad que vive dentro. Mi viaje más esperado. Mejor llegar antes que nadar más viejos, como se hizo en una generación dorada de amantes del aguamarina..

Ahí no ves deslumbrantes, ni belleza, ni la mirada de todo un hombre o una más toda mujer entre semejantes. Eso no dice que la cuota de amor sea fácil. Eso sí dice que el amor persiste. Eso sí dice que el amor persiste. Desde un principio, siempre.

Cree que en la campaña de las armas nunca están hechos los papeles. Pero en el campo de beber amor cualquiera puede suceder. Esa feria de azaleas es de sol, de pie, del lugar en que se hace para más tarde deslumbrar y retomar el día con los parches del hombre y la mujer.

Ese terrazo da al lado de otra casa donde nos damos cuenta que el olvido se puede correr más rápido que el dolor. Las armas están hechas a la calle, y en el campo no se está armando nada. Ahí no hay palabras. Y un hombre, desde una vereda, cuenta que no hay palabras. La cuota de amor es maravillosa. La cuota es de por vida. Y tu boca en mi boca.

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