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LA SOLUCIÓN POLÍTICA PODRÍA ESTAR EN ESTE DISCURSO DE 1949

LA SOLUCIÓN POLÍTICA PODRÍA ESTAR EN ESTE DISCURSO DE 1949

Y NO ES IMPOSIBLE, ES NECESARIO. ES HORA QUE LA POLÍTICA SE VISTA DE POLÍTICA Y DEJE LOS DISFRACES.

Por Francis Berti

 

Esta ponencia fue expresada en el Primer Congreso Internacional de Filosofía en Argentina y América en la provincia de Mendoza en el año 1949, por el entonces Presidente Juan Domingo Perón. Solo transcribiré el índice sumario que consta de veintidós puntos. Solo el índice refleja un pensamiento claro y preciso de los valores en la construcción de una sociedad justa. El desarrollo de cada punto lo dejo a la curiosidad de aquellos lectores ávidos por encontrar estructuras solidas para pasos superadores entre tanta mediocridad.

Solo a titulo de ejemplo y antes del índice sumario les dejo unas líneas del desarrollo del punto Uno de dicho sumario. Créanme no tiene desperdicio. (Aunque siempre hay desperdiciados y desperdigados que creen saberlas todas).

 

PUNTO I. El hombre y la sociedad se enfrentan con la más profunda crisis de valores que registra su evolución.

 

“Preclaros cerebros han intentado advertir al mundo del peligro que supone que el hecho no haya tenido un prólogo ni una preparación; de que no se haya adaptado previamente el espíritu humano a lo que había de sobrevenir. El hombre puede desafiar cualquier contingencia, cualquier mudanza, favorable o adversa, si se halla armado de una verdad sólida para toda la vida. Pero si ésta no le ha sido descubierta al compás de los avances materiales, es de temer que no consiga establecer la debida relación entre su yo, medida de todas las cosas, y el mundo circundante, objeto de cambios fundamentales.

 

En tal coyuntura la filosofía recupera el claro sentido de sus orígenes. Como misión pedagógica halla su nobleza en la síntesis de la verdad, y su proyección consiste en un «iluminar», en un llevar al campo visible formas y objetos antes inadvertidos; y, sobre todo, relaciones. Relaciones directas del hombre con su principio, con sus fines, con sus semejantes y con sus realidades mediatas. De los elevados espacios donde las razones últimas resplandecen, procede la norma que articula al cuerpo social y corrige sus desviaciones”.

 

Índice sumario

 

  1. El hombre y la sociedad se enfrentan con la más profunda crisis de valores que registra su evolución
  2. El hombre puede desafiar cualquier mudanza si se halla armado de una sólida verdad

III. Si la crisis medieval condujo al Renacimiento, la de hoy, con el hombre más libre y la conciencia más capaz, puede llevar a un renacer más esplendoroso

  1. La preocupación teológica
  2. La formación del espíritu americano y las bases de la evolución ideológica universal
  3. El reconocimiento de las esencias de la persona humana como base de la dignificación y del bienestar del hombre

VII. La realización perfecta de la vida

VIII. Los valores morales han de compensar las euforias de las luchas y las conquistas y oponer un muro infranqueable al desorden

  1. El amor entre los hombres habría conseguido mejores frutos en menos tiempo del que ha costado a la humanidad la siembra del rencor
  2. El grado ético alcanzado por un pueblo imprime rumbo al progreso, crea el orden y asegura el uso feliz de la libertad
  3. El sentido último de la ética consiste en la corrección del egoísmo

XII. La humanidad y el yo. Las inquietudes de la masa

XIII. Superación de la lucha de clases por la colaboración social y la dignificación humana

XIV. Revisión de las jerarquías

  1. Espíritu y materia: dos polos de la filosofía

XVI. Cuerpo y alma: el «cosmos» del «hombre»

XVII. ¿La felicidad que el hombre anhela pertenecerá al reino de lo material o lograrán las aspiraciones anímicas del hombre el camino de perfección?

XVIII. El hombre como portador de valores máximos y célula del «bien general»

XIX. Hay que devolver al hombre la fe en su misión

  1. La comunidad organizada, sentido de la norma

XXI. La terrible anulación del hombre por el Estado y el problema del pensamiento democrático del futuro

XXII. Sentido de proporción. Anhelo de armonía. Necesidad de equilibrio.

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