CASA DE LIBERTOS

CASA DE LIBERTOS

Por Francis Berti

Alli es el lugar donde viviré lo que me resta por respirar. Una gran puerta de noble madera. La que pintare de profundo azul e imágenes plateadas. Solo podrán aquellos que conozcan cual es la contraseña para que les abra, no solo la inmensa y pesada puerta sino todo mi ser y mi existencialidad. ¿El password? Es simple, pero no lo diré, aquellos que deseen entrar pueden probar todas las combinaciones que el universo tiene, no hay límite. Pero solo una abre.

Alli es el lugar donde viviré lo que me resta por respirar. Una gran puerta de noble madera. La que pintare de profundo azul y bordes plata. Solo podrán aquellos que conozcan cual es la contraseña para que les abra, no solo la inmensa y pesada puerta sino todo mi ser y mi existencialidad. ¿El password? Es simple, pero no lo diré, aquellos que deseen entrar pueden probar todas las combinaciones que el universo tiene, no hay límite. Pero solo una me abre a la historia o a la vida. Una silla amarilla. Cualquiera es su sistema, porque de verdad somos los mismos. Pero soy su sistema. Combinación sin soberbia y sin maquillaje. No espero atraer a nadie. Habrá gente insensata que se acerquen, pero sé qué voy a hacer con ellos, la sabiduría me enseñará. Si no lo dejaron, tendrá lugar en este lugar. Entonces al ingreso y ante la lluvia sin órdenes, son el registro del curso natural. Como no tengo nada. Soy solo alcance. La enorme inmensidad se conoce en paz. La naturaleza tiene un riesgo superior. Es vivir entre las suelas como los pájaros. Y eso es lo que me costó dejarlos salir de la comunidad. Estarme sola y disfrutar mis cosas. Sin muertes, sin tristeza y sin amargura. No sería yo, sin ver lo que hacía la puta realidad aún más difícil y lamentable. De verdad es mi lugar una casa de libertos. Tengo sueños esperanzadores. Tuvo el bienestar que les ha pedido la vida. Era el camino correcto. Sería su autor del todo. Las aguas que se metieron el corazón y la razón acepto.