CONFUSIONES EN 1990

CONFUSIONES EN 1990

Por Francis Berti

Es cuando uno ahora comienza a sentir la diferencia, terrible diferencia entre quedarse encerrado adentro y quedarse encerrado afuera. Pues he quedado encerrado afuera. Y allí residen las incertidumbres que le empiezan a llenar las  espaldas, de caminos que siempre van hacia adelante pero sin mirar hacia adelante y lo mas trágico que tampoco hacia atrás, la delgada línea entre el pasado que no se ve y no se aprendió, el futuro al que no se anima a llegar y el presente diluido en eso, el presente del no hacer, el pasado de no hacer y el futuro, el futuro que seguramente no va existir. Encerrado afuera es terrible, porque no hay nada para salir, no hay nada que romper para salir, no hay nada para elegir, no se ve y allí la ceguera más profunda viendo que no se puede caminar. Que no se puede, que no se quiere, que no, que no y aferrado al viento y atado a una rama que se mece como si estuviera en movimiento. Y nada, solo mareos de nada, ni siquiera eso. Y  el cuerpo y la razón le insisten a uno invente algo, que se invente algo, ni siquiera que se reconstruya, no, solo invéntate algo o invéntate alguien para creerte que sos, que te ven, que te mueves, que estas, acá, allá, y habla, habla cualquier cosa, no importa, el mundo te pide que existas y tu le haces caso, y uno comienza a tomar las formas más extrañas, las apariencias mas exóticas, y hasta los comentarios parecen acertados, la sabiduría parece sabiduría ¿y te agrada? No importa, ¿les agradas a los demás? No importa, ¿te has ganado el mundo? No importa, ¿has amado de verdad? No importa, ¿has crecido? Ah bueno en tiempo, si, pero tampoco importa, te has metido en los bolsillos todos los silencios oportunos, los hechos oportunos, las caricias oportunas, los momentos oportunos y así sin mostrar nada real, la razón y el corazón y si claro, poco importa, estas en el centro de lo no obvio, en un rincón escondido, no por favor, bueno de vez en cuando hay que tomar un poco de sol, pero la esquina es mas cómoda, en realidad eso también poco importa, solo hay que alimentar el vacio que dejo que creaste entre la razón y el corazón, y allí estas todas la horas que puedes atento, servicial, delicado y dedicado, no hablas, no te mueves, tranquilízate, pero tu las has cuidado, las has atendido, pero a la espera de una mejor, de una que valga la pena, pena.  Brilla la transparencia de la nada, bueno  importa, que mas, podría alterar la paz de que una nueva, atrapada que lucha para que vayas  la calmes, la toques, la arropes, pero esta no es igual a las otras, no es igual, hay que extremar los cuidados, algo paso, mucho importa, pero la razón y tu corazón dejaron de jugar, por eso te van permitir, sigues estando fuera y libre.