DEJA QUE EL TIEMPO TE CORRIJA

DEJA QUE EL TIEMPO TE CORRIJA

Por Francis Berti

En cuanto libero mis manos sobre el teclado negro de letras blancas como un piano, me desbordo. Se vuelca como en recipiente que llenas y tus ojos se cierran abiertos sin mira las oraciones destemporales que sobre un pizarrón negro las nieva en las manos que sin observar ya se lo escribieron y unas tras otras , tras borrador en borrador se perfectamente cuál es la próxima. Asa me corrige el tiempo, me aumenta el desborde mojando en secas gotas que se esparcen.

En cuanto libero mis manos sobre el teclado negro de letras blancas como un piano, me desbordo. Se vuelca como en recipiente que llenas y tus ojos se cierran abiertos sin mira las oraciones destemporales que sobre un pizarrón negro las nieva en las manos que sin observar ya se lo escribieron y unas tras otras , tras borrador en borrador se perfectamente cuál es la próxima. Asa me corrige el tiempo, me aumenta el desborde mojando en secas gotas que se esparcen. Es suficiente un intermitente discurso donde se deja ver el vacío perfecto de los que también no las pueden creer. Yo soy totalmente inocente. No mis personajes. Son monstruos. No lo sé.

Es necesario, no sea una noción, es necesario entender cuáles son las costumbres a veces espantosas de hombres con tal de quedar en poder con el tiempo y sin heridas, desear será el elemento necesario para mantenerse desbordado. Tampoco se puede poner de acuerdo con la evolución hasta el punto de simplemente considerarme un hombre ausente, los próximos acontecimientos muestran que cada vez más los astros del macabro protagonismo del ser han decidido salir de todo aquello que quieren resucitar.

En estos días, me preparo para ser levantado y llevar al día también así, mientras soñar tengo y tengo por ahí que los demás no me conocen, me enteran si tengo algún guiñó que siga en el asfalto o me verán con la cara abierta y claras a quien me hace más la brecha. La obra, al fin de cuentas, tiene que hacerlo. Por eso me gusta vernos en las calles con la cabeza larga y pasó a paso cerrando la brecha entre nosotros.

La medianoche entre el oeste y el sur se ha vuelto intenso y así, recomiendo yo que hagan sus cosas en silencio y sin oponentes ni revueltas en esta lucha, en esta pugna que ni somos iguales a nadie, todos, como siempre, yo también, sin demonios, sin miedos ni humildad, con todo y sin absolutamente nada, solo soñar con recibir la raya adecuada y paso a paso desde el infierno hasta la alegría. Solo lo voy a decir como pueda. Lo que sí hablaré es de aferrarse a la raíz del adecuado lugar en la vida de nuestro ser humano, que las consecuencias de nosotros no están a la vista de nadie ni nos importan demasiado.

Además, porque entendemos que para todos, en este sentido y en esta misma postura, estamos en lo último. Son varios los trazos que sirven. Porque aunque nos parezcan crueles los temas en cuestión, los expertos creen que es así por la realidad que existe, por lo cual ellos mismos en medio de la revolución de géneros, en medio de la lucha contra el mono a mérito y el cual les confesaron que ya ya he mojado mi cigarro de la nieve de las tizas que continúan, sabiendo que se cual es la próxima corrección que hará, me raya. Pero inmutablemente desbordado dejare que la última frase la escriba sobre mis ojos cerradamente abiertos sin sangre y con lluvia.