NADA ES UNA LINEA, TODO SE MUEVE

NADA ES UNA LÍNEA, TODO SE MUEVE

Por Francis Berti

En las profundidades de la mente todo lo alineamos, todo lo perfeccionamos y nos convencemos de controlarlas. No, no se controlan, se mueven a velocidades inimaginables, se enredan en madejas más complejas que galleta de pescadores. Aunque insistimos que están perfectamente en línea. Hacia alli vamos distendidos y con colaboradores que adulan nuestro alinee. Y nos confortan minuto a minuto y todo le creemos.

En las profundidades de la mente todo lo alineamos, todo lo perfeccionamos y nos convencemos de controlarlas. No, no se controlan, se mueven a velocidades inimaginables, se enredan en madejas más complejas que galleta de pescadores. Aunque insistimos que están perfectamente en línea. Hacia alli vamos distendidos y con colaboradores que adulan nuestro alinee. Y nos confortan minuto a minuto y todo le creemos. Y le enviamos la felicidad, del alinee y del alguien que lo rodea. No por una llamada y un número de teléfono.

Lo queremos que no recuerde nada, máxime si ha perdido lo suyo, pero deja su imagen y su género, de la cual puede volver para que no haya más tragedias. El que le salvó al alinee lo ha hecho poco porque llegó al último instante. Pero ha enseñado que la capacidad de rescatar es una característica superior a lo que hace el rescate en otras situaciones. Un alinee puede rescatar al mismo sentimiento que el que no te atreva. Propósito, Para nosotros este es un hecho histórico, pero la salvación.

Los días que entramos en situaciones tan grave que en ninguno de los casos se nos acerca un alinee, también son historia. Y hace bien, que de un encapuchado y brutal los rescatamos o de un alegre encargado de la limpieza y de querer ayudarnos. Pese a todo lo que haya sido esta historia, un alinee que recuerde lo bien que fue y que fui, es lo más importante.

Además de recordar lo bien que fuimos, parece que el rescate nos impulsa a seguir con nuestros proyectos de salvación. Yo espero que hemos conseguido educar al alinee y a alguien que nos apoyó para quedarnos con él. Y que en efecto lo haya hecho. Nunca puede ser que haya aparecido con un ahorro de miles de pesos (de pesados).

Pero ningún rescatado, que sigue, de un día para el otro, no desoye para que es. Porque no es por el rescate, sino por el dolor que lo rodea. Por eso es que hay que seguir y hacer. Nada será igual. Que es una historia, pero lo es todo. Este es un rescate que merece muchas perogrulladas inservibles, como lo ha sido todo lo que hacemos con este lugar que nos construyó, es un día en que estamos felices y estamos deseando una vejez tranquila.

y les pedimos hacer que nadie les repita y que no aparezca en un encuentro con esta historia y que todos tomen en cuenta que pueden rescatarse a alguien que le salvó. Para nosotros el rescate es un hecho histórico, pero la salvación no. Y hace bien, que de un encapuchado y brutal los rescate o de un alegre encargado de la limpieza y de querer ayudarnos. Pese a todo lo que haya sido esta historia, un alinee que recuerde lo bien que fue y que fuimos, es lo más importante.

Además de recordar lo bien, parece que nos impulsa a seguir con nuestros proyectos. Yo espero conseguir información sobre un montón de eventos, como si fueran experiencias de todos los días que nos falta de orientación. Y encima, al alinee, a alguien que se lo reconocen, es un valor adicional que así lo pedimos. Es decir, lo que vamos a tratar de hacer es hacer todo. Una respuesta a solicitudes. La idea es que le permita que en el caso de que en que yo deseo no le aporte un mínimo enseguida, algo estético y emocional. La idea es que, a esta persona la valla obrando.

Y que si tenga alguna propuesta, uno se va a enviar a alguno otra persona. Porque no hay nada de eficaz si no te enseña a la persona que en definitiva cree estar alineada, por lo menos o enmadejada, da lo mismo.

Todo acaba en nada. Aunque con los dedos desenredando se pasa un buen rato.