NECESITO UN UMBRAL

NECESITO UN UMBRAL

Por Francis Berti

Casi paralizado en la ontología. No encuentro mis umbrales, he revueltos miles de definiciones de punta a punta del espectro filosófico y científico y a veces en una pequeña y corta frase diccionario creo descubrir un inicio a mi respuesta; como esa que define Umbral como “el valor  de una magnitud a partir del cual se produce un efecto determinado. Pieza que se atraviesa en lo alto de un vano pensamiento para sostener el muro que hay encima.” Entonces comienzo a desmenuzarme en mi propio umbral de deshechos pensativos de vacios por llenar. Y empiezo la serie interminables de preguntas; ¿Es tener valor para pararse ante el umbral? ¿Es encontrar en lo alto de un vano pensamiento y sostener el muro del umbral que hay encimo mío? O soy mi propio umbral inmóvil por desconocerme y no el umbral. ¿Qué espero del umbral? Espero que me hable, que dibuje mi rostro, que me abrazo todos los días que acerca una taza de café sin pedirle, que te escriba manuscrita dos palabras “te quiero”. Peor vuelvo sobre mi rápidamente …y se perfectamente que ello no es la respuesta a mi Umbral, que huidizo día a día se aleja y en mis pretensiones de buscarle un a nombre a un hecho que yo conozco en lo solo que deseo distraerme en envolverme con una palabra para confundir mis arrebatos de no tener las agallas del valor de cruzar el verdadero umbral y caer donde tenga que caer y asumir todas la consecuencia, que, en forma real deben suceder, como puede haber un todo o la ficción creada por mi se desvanes en verdad. Deberé hacerlo y podre usar mi solturas con todas las palabras…y en ellas agregar con entereza estima que Umbral me acompañara ya sin más lastimar. Acceso, paso, comienzo, inicio y principio se convierta edificado dignificado.