NO APOYES LA MANO EN MI ESPALDA…ABRAZAME (POESIS)
Por Francis Berti
En esos días melancólicos y taciturnos, al mejor estilo de Ray Bradbury en su libro “Remedio para Melancólicos”, no escribo por obligación escribo por necesidad de expresar mis propios aconteceres, mis propios huecos de faltantes en la alacena de las emociones que no se compran, no se alquilan y no se regalan y si crees que en los burdeles encontraras…sí, pero no son de tu talle. ¿Se buscan? Tampoco se buscan, solo se encuentran y a veces cuando los tienes no los cuidas y se van, desaparecen y ya no vuelven. No reniego de los afectos digitales, porque muchos de ellos son reales que me mantienen esperanzado y seguro que el faltante de mi estantería vacía de ellos un día se llenara. Y si por esas casualidades tuviera la oportunidad de ficción que un androide a mi lado tuviera, solo le pediría al fabricante que le programara una función…Que me abrazara, cuando me despierto, cuando llego o me voy. Los abrazos queribles con tibieza quien los tenga, por favor cuídenlo, disfrútenlo, retribúyanlo todos los días de su vida. Se los dice alguien que hace años que solo desea encontrarlo. Es mi único fin, no tengo más porque vivir. Y no pongas tu mano en mi espalda…Abrázame…tan solo por ello existir habrá valido la pena vivir.
Renacer te ha dado fuerza, eres valiente has superado situaciones que sentías que no podías más, la vida no solo te ha tocado la espalda, te ha envuelto en un abrazo sublime, único, lleno de tanta fortaleza, que su tibieza se siente en tu prodigiosa creatividad que te acompaña y ahora con más intensidad, abrazos que envuelven el alma con su tibieza. Hermosa poesía.