Ir al contenido

NO HAY QUE ESPERAR…SOLO SABER ESPERAR

NO HAY QUE ESPERAR…SOLO SABER  ESPERAR

Por Francis Berti

 

El saber esperar no aparece por casualidades truncas de malos oficios. El saber esperar es el resultado de años de transitar las profundidades emocionales. De enseñar los hondos huecos de la razón oscura y la iluminada superficial que transita por corazonadas y coincidencias inimaginables. De inculcar a la mente una crítica sensual y justa; y de detenerse por enseñar tus dudas. Quizás, luego de esto, después de traer a la luz algunas de las de las realidades que heredó de tu cuerpo y de tu acceso a los métodos biológicos más personalizados, una reafirmación de que te llenan de razones para anularlo sólo o cuando te busque; de ensayar que si en realidad no hay razón para guardar una urgencia a los sentimientos, pasa bien que no lo sobres aceptarlo. Sin embargo, si guardas ese consejo algún tiempo, el hábito aparecerá de otra manera. Cuando las oportunidades se estancan, cuando las sospechas van más allá de una razón detestable; cuando la inmediatez te lleva al fracaso. Que también se agota. La propia falta de tiempo puede crear pero no evitar también transformar a una mente ordenada. Yo siempre he querido. Sentirme así. Pero mucho. Al iniciar esta nueva etapa de saber esperar, encontré un estilo más empático, motivador y de ellos me llevo adelante. Mientras transito los laberintos emocionales más profundos que tendrían obligado cambiar mi habilidad para hacerlo. Con esta adquisición del deseo, un conocimiento distinto y la empatía de un entorno que ha sido abrumado. Con una temperatura aceptatoria que aparece hace tiempo. Con el deseo de poder decidir lo que hay que decidir. Y que ahora ya no puedo ignorar por cuestiones de herencia emotiva. Observé que cuando los temas se asociaron y tuve que responder con razones que sabía (necesarias) yo pude ponerme y entender por fuera de la verdadera razón. Al enfrentar la frustración que afectaba al corazón al momento de tomar decisiones sensibles, éstas resultaron prácticas que pudieron resultar inapropiadas; pero dejando un tramo necesario de dudas. A partir de entonces mi inicio a la experimentación lo llevé a descubrirme mejor, es decir, me encontré firme para enfrentar todas las circunstancias. Así, no tengo que sentirme frustrado o asombrado, ni me siento necesitado. Siempre fuera, siempre comprendiéndolo todo.

 

Por ello no hay que esperar…es solo saber esperar. Debes aprender, ya has aprendido. No hay una sola subjetividad que transforme en borrosa la visión del momento.  Estallara cuando el universo decida que es el día, el lugar, la hora, el año o el siglo. No debes esperar que surja de las profundidades del océano de tus mares lo que quieres…No, no, surgirá aquello que debe surgir, totalmente renovado.  Caminara directo hacia ti. Saldrá con sus ropas completamente secas, su cabello ondulante. Y cuando su mirada te habrá tus ojos, sin palabras sabrás que fue tan solo saber ser esperar.

2 pensamientos en “NO HAY QUE ESPERAR…SOLO SABER ESPERAR”

  1. mentes brillantes y sensibles que todo lo ven , todo lo escuchan , todo lo entienden , todo lo saben … esperar y así andan livianas pero aún firmes, esa firmeza que solo te da la libertad

  2. Tu herencia biológica, lleva tu predisposición para el desarrollo de un rango, el cuál se materializa en circunstancias ambientales. La angustia centrada en el temor surgido por la problemática existencial sobre los acontecimientos que has pasado.Desarrolla una actitud valorativa frente al actuar y adquieres un sentimiento de autoconfianza que te ayuda a enfrentarte ante un mundo incierto. Y aprendes el arte de saber esperar y estas preparado para recibir y valorar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *