NO PARTAN LAS EMOCIONES

NO PARTAN LAS EMOCIONES

Por Francis Berti

Las emociones, de cualquier índole que fueren, nos hacen humanos en movimientos de interrelaciones. Y aquí comienza el camino cósmico con ellas recorriendo la sangre, sangre de ida ya que de vuelta por cada una de nuestras relaciones en forzados o fortuitos encuentros que nos acompañan o se enjuagan o destruyen. De nuestra racional vida. En muchas oportunidades recapacito en dejarlas, que se derritan y se escurran, se deslicen a la evaporación y haciendan en pequeñísimas nubes que de vez en cuando tapen o dejen algún rayo de luz.

Las emociones, de cualquier índole que fueren, nos hacen humanos en movimientos de interrelaciones. Y aquí comienza el camino cósmico con ellas recorriendo la sangre, sangre de ida ya que de vuelta por cada una de nuestras relaciones en forzados o fortuitos encuentros que nos acompañan o se enjuagan o destruyen. De nuestra racional vida. En muchas oportunidades recapacito en dejarlas, que se derritan y se escurran, se deslicen a la evaporación y haciendan en pequeñísimas nubes que de vez en cuando tapen o dejen algún rayo de luz.

Y cuando asumimos la virtud de ese corazón se nos regresa a la música que queda. Dejo claro que el sonido cuestionado, el sonido bueno, las palabras que revisan y en suma al ser del son, los dibujos que emocionan con alguna frase de ilusión, los poses, los brindados en vasos de cristal que reflejan la revelación del miedo o la soledad, y de todo el momento de dolor, que no por eso lo disuaden, sino que hacen que nos desprendan las conexiones, las relaciones que nos han puesto en los sentimientos que nos emocionan y los espacios compartidos.

El ruido sigue la línea térmica que se asocia con las inusuales vivencias en nuestra historia. La dicción de estos cuestionamientos y el odio, en el que no es cierto nada, ni siquiera alguna de las alternativas es eso de “no tenerte en mente” o de “no quererte en este nuevo relato”. La inconformidad que nos mantiene demasiados presentes, en el aire y la sangre, incluye y atormenta y con el mismo tiempo da y hay para cambiarla, durante toda la vida. La inmortalidad nos invita a seguir siendo incómodos y no solo como observadores sino también como experimentadores en otras áreas de los pensamientos, los cuerpos, la visión, los pensamientos diferentes. La diferencia de los estereotipos  alimenta las actitudes de “ni el otro sea mío, sólo uno, y cada uno”, y con esa libertad las distintas respuestas desconocidas, hasta en la distancia, agotan y destruyen el espacio que tiene nuestra mente.

Y por eso somos humanos no llegamos a un ser, sino una estructura social. Y la diferencia de la sociedad con las barreras y la raíz, las peligrosidades que viven nuestras necesidades, nos salva, nos hace pisar y comenzar a elevar el camino. El lenguaje y el sentido de la expresión o la vocación en la vida nos secundan y construyen lo que tenemos en la mente. Cada vez nos comprendemos mejor, la naturaleza ciertamente nos muestra   lo que existe, la naturaleza es estar frente a la realidad, por otra parte, es sin dudas es un desafío. Para nosotros el éxito está dando la posibilidad de investigar, investigar con frecuencia, y a lo largo del tiempo tener cosas que dan sensaciones desagradables, deseos de suicidio, entre otros sentimientos.

Nos enfrentamos a problemas y desafíos más difíciles que nuestra capacidad de construir un futuro que permita conectarnos con el mundo entero. Si  necesitamos la vida por un solo dia, la vida nos entrega mucho más que eso. Este es un capítulo de  vida como de cualquier persona. La vida, desde los tiempos de gracia, nos está dando la oportunidad de vivir lo que tenemos y la certeza de que somos ser únicos. Porque nadie puede volverse un pionero nuevo, uno aprende de aquellos que han hecho para nosotros lo que necesitamos, y ponemos a la par otras cosas, otros fenómenos, otros eventos, otros actos en nuestra vida.

Hemos tenido la oportunidad de experimentar y a veces, pues un que nos dio, nos hizo un e un primero. Aunque nos han ocurrido enormes alegrías al ver que la forma de vivir es real, una inesperada esperanzada por realizar un gesto. Y esto es lo que más lo inculco: la alegría de hacer, crecer y ser, como lo hicimos. Y por eso es también que trato de generar, un poblado de orgullo que representa el todo.  Y pizca de miserere que representa en una cuota de santidad. Por eso tenemos que generar la cultura de construcción  justa que nos corresponde, la construcción de una condición dejando de lado las barreras cultura-rosa y las inequidades, una sociedad  en la que no se vuelva abstraída, ni abandonada, ni pierda en piedras, ni se elimine lo que es la fuente de todos los logros.

Y algo que me hace preguntar: ¿Cuál es el destino? Por qué los procesos de la sostenibilidad, no son tan aislados, y es la posibilidad del pensar en este momento en los pensamientos más ricos y fuertes. Es para nosotros, más allá de que tengamos derecho de serlo. Tengo el privilegio de creer, porque no sé si lo hemos dicho o notado mucho en estos años, que la vida se da para que se les ocurra romper las emociones.