
POLITICA AGENTINA
LA GUARANGUERIA POLITICA ARGENTINA
Por Francis Berti
Me he tomado unos días para analizar estos acontecimientos…
La frase “La guaranguería política llevada a diestra por el gobierno oficialista” y el concepto de que el electorado respondió con “absoluta sinceridad” a las “gestiones tan procastas” son un punto de partida muy potente para explorar los eventos del 7 de septiembre de 2025.
La guaranguería política llevada a diestra por el gobierno oficialista en las elecciones políticas y nacionalizando la elección provincial, arrojó por la borda todo lo mal que había tirado las consecuencias de tu tratado de gestiones tan procastas contra los ciudadanos que le contestaron con absoluta sinceridad.
El aire de la mañana del 8 de septiembre no era el mismo. El día después de la debacle. La jactancia de la campaña oficialista, con sus actos abarrotados de gente de a pie y sus discursos grandilocuentes, se había evaporado. Los rostros de los analistas en la televisión, antes tan serenos y llenos de certezas, ahora se veían confundidos. Las encuestas, los pronósticos, los gritos de victoria anticipada: todo se había convertido en un eco vacío, una muestra más de esa guaranguería que tanto se había pregonado.
El resultado, que nadie había querido ver, era una bofetada a la cara. No fue una derrota por poco, ni un revés estratégico. Fue una respuesta sincera. El pueblo, ese mismo que el oficialismo había creído dominar con migajas y promesas huecas, había hablado. Había usado su voto como un espejo, reflejando la imagen de una gestión que, en su desdén, había olvidado a quién servía. Las calles, que se habían llenado de banderas y cánticos, ahora se sentían vacías. El silencio de la victoria ajena era más ensordecedor que cualquier derrota. La gente había votado en silencio, en la intimidad de sus hogares, y había desmantelado la narrativa oficial.
Las consecuencias sociales
Mientras el gobierno oficialista se atrincheraba en su búnker de soberbia, negándose a aceptar el veredicto de las urnas, la sociedad experimentaba una transformación silenciosa. La guaranguería del poder, antes tan omnipresente, se sentía ahora como un ruido de fondo que la gente había aprendido a ignorar. Lo que antes era obediencia, ahora se tornaba en una especie de ironía colectiva. La gente dejó de protestar y comenzó a sonreír con complicidad, una sonrisa que el gobierno no podía entender. La plaza pública se llenó, no de manifestantes, sino de ciudadanos que llevaban sus propias historias, sus propias agendas, y se negaban a participar en el teatro vacío del poder.
Los vecinos que antes se enfrentaban por ideologías ahora se encontraban en el parque, no para discutir, sino para hablar de la vida, de lo real. La derrota del gobierno no les había traído la victoria de un bando, sino la libertad de ser ellos mismos. La gente había recuperado el espacio público que la política les había arrebatado. Se habían dado cuenta de que el verdadero poder no reside en el palacio de gobierno, sino en el simple acto de vivir
Que gran artículo subiste: La Guarangueria Política Argentina.Análisis y reflexión muy profunda, me permitiste entrar en el contexto de la política de tu gran país: Argentina., te lo agradezco de corazón.