No hay un Oskar Schindler que nos rescate, o un Pio XII. Heridos sin batalla convencional. Asi, como tropas de reserva, saltando, caminando, encerrados. Ordenes confusas y contradictorias, sin siquiera ojear a Sun Tzu. Uniformadas ideológicamente pero desbandadas intelectualmente. Alineadas y alienadas. Tengo la extraña sensación que nos encaminamos a una guerra invisible de 100 años. A alguien le ha gustado este tablero de ajedrez mundial, un ajedrez de miles de millones de piezas de un solo color, desplazándose del encierro a la libertad condicional, con tan solo una nueva mutación del arma devastadora de ancianos, y económica al resto. ¿Daño Colateral? No. Daño lateral, porque nos quitan los márgenes, nos alambran el tablero.
Varios trasnochados nunca pensaron que existía una formula tan sencilla de crear un gobierno mundial sin ser votados. Nunca sabremos quienes son. Con que sencilla ecuación los millones de habitantes de este planeta modificamos nuestras costumbres idiosincráticas para alinearlas al unísono en una sola; La Nueva Variante. Variante que no sabemos bien que es, pero una tras otra parecieran ya, que van a hacer interminables. La guerra de los 100 años un día termino. La batalla de Verdun también. Esas guerras y esas batallas, sin sentido alguno, “como cuando al final de la batalla de Waterloo el edecan se acerco a Wellington y con satisfacción le dijo; – Que gran victoria general- ¿Victoria, victoria?, mientras observaba desde lo alto de la colina los millares de muertos sobre el campo de batalla, él dijo; -Esto no es una victoria- Esto es una tragedia”. Y asi y todo terminan. Y vuelven a comenzar.
Esta es la cara oculta de la libre inmigración que dicen los políticos y progres, que es el descenso del desempleo. Aunque haya una terca minoría que no se deje engañar por la propaganda, y lo vea como un insulto a la inteligencia. En verdad solo buscan volver a recuperar la mano de obra barata y sin derechos, a una población que desaparece lentamente. Y aunque nadie se fije en los ciudadanos que se van, también hay otros que no reciben a los que llegan.
Ésos que todavía no han leído la foto del tablero les dará una idea aproximada de cómo se juega. Y esto nos lleva más o menos al final de este texto, tan solo hay que ponerlo en contexto y ya hemos terminado. Primero tenemos que reconocerle al tablero el mérito de haber aventurado seriamente una posibilidad comúnmente descartada por los expertos del mundillo. La posibilidad es clara para todos: si el asesino con los zapatos sucios y la carnicería bien elaborada fuera… ¿cómo no? Un anciano obeso y confinado a su cama. ¿Por qué no? Pues porque sería una paradoja de la vida, una aberración del destino, un ultraje al buen sentido común Esto ya es mucho más que posible. Y más hecho realidad en este tablero de ajedrez mundial.
Somos muchos, miles, mil de millones y asi como al unísono nos re direccionan, del mismo modo, y al mismo tiempo…pateemos el tablero.