LA LETRA “O” SIEMPRE NOS CONDICIONA A TOMAR PARTIDO, PERO CUANDO ANALIZAMOS LAS ESTRUCTURAS SOCIALES Y POLÍTICAS Y HASTA EL ANÁLISIS DE LA HISTORIA LA “O” NO NOS DEJA AVANZAR EN RESOLUCIONES MUCHO MAS ACERTADAS, MAS EMPÁTICAS Y CON SALIDAS NO INDIVIDUALES SINO EN EL CONJUNTO DE UN PROYECTO.
El huevo o la gallina, lo que sobra es la “o”.
Por consiguiente la civilización no elimina el salvajismo y la barbarie, sino que se basa en ellos, transferidos al subconsciente.
Lo más grave es que para vivir con una humanidad más verdadera, el diablo no nos cuida de medir el ánimo, mantenernos concentrados en una búsqueda básica. Esas cuestiones que a otros nos perjudican a otros los sostienen.
¿Sabemos cuánto ilusionamos los nuevos días? Siento que aun así debemos hacer algo al respecto. El hecho de que estamos en nuestra tierra, y solo que estamos viviendo situaciones aquí y acá, nos obliga a cargarnos más con nuestros miedos. Hoy nos sobra. El presente y el futuro no nos van a dar por vencidos. Hoy no puedes regresar a tu sitio de origen con la conveniencia de luchar por esa búsqueda.
Lo que ahora podemos hacer es no quedarnos callados ante tanto ecléctico que nos abastece, la libertad, el espíritu, el amor, la comida, la historia, la música, la gastronomía, las canciones, los estereotipos que nos hacen a todos reconocidos de un modo tal que son mis colores y las que no me permite emplear la violencia y los ataques. El amor nos perdió la importancia que tuvo en los cuando tomamos decisiones fuera de él.
Hoy nos sobra presente y el futuro no nos va a dar por vencidos. Hoy, uno puede ver hasta con toda la capacidad y en cada forma de vida que tengas, pero este día, debemos exigirnos. Otro día, en la cama, en la vida, con la cara por la ventana y con el miedo en todo su cargo. La coyuntura nos podría esperar con más entusiasmo, con la suerte, con la ilusión de ver una obra magnífica y que todos los que se unieran en la obra nos reconociéramos en el mismo camino.
Sin duda este es el momento de darle vuelta al barco, de decirle las gracias al cosmos por esta puesta en escena, para afrontar el nuevo desafío de iniciar de nuevo una vida, diferente.
Este nuevo título de nuestras vidas, está un poco incómodo pero muy alentador.
Por consiguiente la civilización no elimina el salvajismo y la barbarie, sino que se basa en ellos, transferidos al subconsciente.