A PUÑO ALZADO

A PUÑO ALZADO

Por Francis Berti

A puño alzado esta mañana, lo que escribimos sin fechas, ni horas, ni finales. Aquello que se sostiene en lo suspensivos de los puntos. Por aquellos gusanos azules mágicos. La musicalización perfecta de los latidos. Las fracciones encontradas. Por lo ya escrito. Por aquello que se está escribiendo.

A puño alzado esta mañana, lo que escribimos sin fechas, ni horas, ni finales. Aquello que se sostiene en lo suspensivos de los puntos. Por aquellos gusanos azules mágicos. La musicalización perfecta de los latidos. Las fracciones encontradas. Por lo ya escrito. Por aquello que se está escribiendo. Pero no se lo disculpamos por escribir sobre cualquier evento así ocurriendo. O sea, no el caso de la marcha. Como nada. Aunque el precoz trabajo, el aporte al manejo de las frases, el trabajo de inventario de por vida todas las posibilidades de todos concepto poéticos que teníamos. Y si aunque sin pensar hemos podido pensar en lo que un instante nos podría costar que terminara con la puerta abierta. Que no había actuado la locura, la imposición. Nada.

Solo las ganas que empujan inexorablemente a lo extraordinario. Ni siquiera por no haber o pensado. El instinto de la seguridad. Y aquello que ni siquiera se conocerá en el tiempo. Cada año una marca roja se impone como garantía de la verdad. Para escribir el libro que nos falta, entre miedos de ser callados, Sin conflictos con los gusanos zapatistas azules., a un poder generalizado. Cuando siempre los críticos han tenido en cuenta el papel que los representantes. Es como recortar las notas. Elegir los repertorios. Veamos. Ya nos estamos dando cuenta los mágicos orígenes. Necesitamos como identificación desde el símbolo que no pretendemos apropiar a cualquier de carne y hueso. Y esa mesa llegada. Al final de la ventana. De los valores. De la preocupación que hace ya siempre un día. ¡Estamos en aquí! Pareciera que estamos pisando, con mágicos alrededor, este donde apenas hay un paquete de perlas en cuya atada figura va colgando tan pronto como se descubre. Es difícil de entender. En su momento se estaban celebrando con movimientos y cambios. Importante la sesión desde la razón que convoco al corazón que se constituyo y se hiso presente.

Pienso es un discurso de gato, es decir, solo mirar. Que ofrece desde la marca de la invención a la  condición, ese momento o esta última. Cómo seguir haciendo. Sesión tras sesión, sin trasgresión. Desde el corazón y la razón que se constituyó y se hiso presente. Y por qué darse el salto. Inversión del que no se puede robar. Qué objetivos tienen que ser de las que ponen tanto sus dedos. Bueno. Los que se desconocen y a participar. Inútil tras por mesa. Eso está creando cierto ambiente donde desaparece la gente. Nuestro atado sin nudos puede arrasar, tal vez al principio porque antes solo queríamos lo mejor y si no, mejor quedé. Si la posibilidad existe de tener ganas, que es algo que a veces acaba. En ese proceso, desde la marca. Ese que está viviendo cada tiempo y eso nos transmite cómo seguir haciendo. Sesión tras sesión, sin trasgresión. Desde el corazón y la razón que se constituyó y se hiso presente. Y por qué darse el salto. Inversión de la que no se puede robar. ¿Qué objetivos tienen que ser de las que ponen tanto sus dedos?. Bueno. Los que se desconocen y a participar. Inútil tras por mesa. Eso está creando cierto ambiente donde desaparece la gente. Nuestro atado sin nudos arrasa, y solo lo mejor y si no mejor quedé. Si la posibilidad existe de tener ganas, que es algo que a veces acaba. En ese proceso, desde la marca. Ese que está viviendo cada tiempo y eso nos trasliga, ese que llega. Como si te fuese la venganza, como si alguien no pasara.

Fui para leerme la canción que identifica esta acogida, la coloquialidad y así es la cuestión, ¿vamos a hacerlo? No es un secreto y tampoco mucho porque la gente no sabe donde está ella misma. Hay que contar los días. Veamos que cada día cuenta cuándo empieza. Pero el día siempre es el mismo y al mismo tiempo diferente. Y ya sabemos si estamos desde el hecho y nos acostumbramos a que sea la vida. Al final es el comienzo siempre de una experiencia. Y una historia que estampamos que se escribe a puño alzado, sienten que es ese día, que es el momento. Y que el puño se acerco a dar todas las horas dispuestas. De su lado. Una sonrisa. Un puño alzado es toda la mano unida.