MOISÉS CONDUJO AL PUEBLO JUDÍO, ESCLAVO DE LOS EGIPCIOS, DURANTE CUARENTA AÑOS POR EL DESIERTO HACIA LA TIERRA PROMETIDA. LOS CONDUJO EN UNA SOLA DIRECCIÓN, SIN CAMBIAR DE RUMBO, CON UNA PREMISA CLARA EN BUSCA DE SU DESTINO.
Tomemos los últimos cuarenta años de los argentinos, podríamos tomar más tiempo de nuestra historia pero con cuarenta años es ma que suficiente para este ensayo. Para esta disgregación intelectual en la que voy a incursionar. Punto de partida para este derrotero el desierto del Kalahari, África. Hasta alli voy a transportar a todos los argentinos. Sin demasiado esfuerzo, ya que los argentos con tal de pasear con la polítick no preguntan a donde.
Llegamos. Aca estamos, en medio de la nada, bajo nuestros pies solo arena. Los argentinos siempre muy organizados se miraron y rápidamente sacaron a relucir sus cucardas. Políticos, sindicalistas, empresarios, sumos sacerdotes, banqueros, periodistas, comerciantes y por supuestos nosotros, la mayoría invisible, los comunardos people´s. Tomaron las riendas los cucarderos, a lo que ellos llamaros “el camino del bienestar general”. Ahora: ¿Qué camino? ¿Hacia dónde? Como siempre eso poco importaba, lo importante era conducir la masa sin cantera (como diría Silvio Rodríguez).
Rápidamente se armaron los partidos políticos y los referentes de turno. Mientras el pueblo se seguía muriendo de calor, que calor!, bueno, estamos en el Kalahari, repetían los voceros oficiales de cada grupo en disputa por el poder, mientras repartían a módicos precios botellitas de agua. El poder de la nada, mientras solo arena en las orejas. Gano las elecciones el partido de los Camellos. Estamos jorobados, rumiaba la contra.
El nuevo gobierno de Los Camellos fijo rumbo. Vamos al Norte ese es el camino para salir de este desierto, de estas penurias donde nos trajeron los otros. ¿Qué otros? Los primeros cuatro años el horizonte era siempre el mismo, arena y más arena. Pero ya había pasado el tiempo reglamentario, debíamos volver a elegir.
En esta oportunidad gano el partido de Los Turbantes. Más turbantes que nunca. Este nuevo gobierno planteo que el nuevo rumbo seria hacia el Oeste. Cuatro años más sin horizonte .Arena y más arena.
Nuevas elecciones, nueva esperanza y alegría en el pueblo transpirado. Las elecciones fueron muy cerradas. Triunfo la tercera opción, el partido de Las Palmeras. Ya el nombre del partido había provocado mucha esperanza; palmeras, oasis, aguas. Ya llevábamos ocho años sin sombra. Se fijo el nuevo rumbo para los argentinos: vamos hacia el Sur.
Los Camellinos y los Turbantinos, ya comenzaron con las críticas furiosas. Que no hay rumbo, que Los Palmeras no tienen idea de cómo gobernar. Lo de siempre. El circo de la mediocridad y las prebendas. Cuatro años hacia el sur. Solo arena y más arena.
Para las nuevas elecciones se creó un frente político se unieron Camellos y Turbantes y nació el Frente de Caturba. Ganaron las elecciones por amplia mayoría. ¿Qué hicieron? Lo de siempre. Volvieron, y volvieron a cambiar el rumbo; al grito de vamos hacia el Este. Nos preparamos a comer arena y mas arena.
Luego el frente Caturba se rompió y los Turbantinos se unieron a los Palmerinos y asi nace el frente Paturba. Ahora tenemos el frente Caturba que siguió manteniendo el nombre porque había un grupo radicalizado de los Turbantinos que no adhirieron a Paturba.
Tratare de no perderme yo en este berenjenal de partidos políticos e ideologías tan frágiles como espejisimas convicciones direccionales. Ganan los Paturba, ¿y cuál es el nuevo rumbo? Como no podía ser de otra manera: ¡Vamos al Norte! ¿Cómo al Norte? ¿Otra vez?, y si, ¡el pueblo los voto!
Girando y girando cada cuatro años siempre en el mismo desierto, eso sí, adquirimos un conocimiento sobre silicio, que ni les cuento, es la envidia del resto del paneta. Está claro que no somos el pueblo elegido. O quizás, si, elegido para dar vueltas una y otra vez, sin sortija, claro. ¿Y si empezamos a elegir?…pero antes saquemos de las orejas tanta arena que nos han ido acumulando y esmerilado algunos conceptos.
Nos acercamos al tema, a saber cuál es el tema, por uno mismo, y por uno mismo. Por uno mismo. Primero con los conceptos y que no llegue lo que tenga que llegar. Porque en las cadenas nos damos cuenta que en ese precario empleo de trabajo, nos hace falta mil veces más, y luego cuando a uno le damos el ajuste… “desaparece” porque no hace falta y se queda fuera y eso es lo que tiene que ver con el inminente y circunstancial momento que estamos viviendo.