ENCALLÁNDOME
Por Francis Berti
Sentir como se acerca. Siempre he escrito yo el punto final. Ahora el caerá en mi, del amontonamiento de años me escucho tratando de descifrar, los empiezo a clasificar
¿Cómo lo haré? ¿Por color? ¿Por emoción?¿Por angustia, felicidad, o destrucción. Ya las tengo vistos y vueltos a mirar. Cada suceso, tan nítido, tan presente. Y no puedo equivocar el camino que tomare si los dioses me vuelven a dar, la oportunidad de lucidez que se está desvaneciendo.
Sentir como se acerca. Siempre he escrito yo el punto final. Ahora el caerá en mi, del amontonamiento de años me escucho tratando de descifrar, los empiezo a clasificar
¿Cómo lo haré? ¿Por color? ¿Por emoción?¿Por angustia, felicidad, o destrucción. Ya las tengo vistos y vueltos a mirar. Cada suceso, tan nítido, tan presente. Y no puedo equivocar el camino que tomare si los dioses me vuelven a dar, la oportunidad de lucidez que se está desvaneciendo y solo puedo dar a alguien la bienvenida a una nueva línea. No, no tengo emoción por la tercera. Así es. Sentir como se acerca.
Siempre he escrito yo el punto final. Ahora el caerá en mi, del amontonamiento de años me escucho tratando de descifrar, los empiezo a clasificar, si está, no solo entrar al mundo, si está aventurado y, sobre todo, si está conmigo. Si el sueño de la tercera nos conduce a la estrella empieza, mejor aún. A dar vueltas sobre la pieza final, los días de verano ya están cumplidos y ahora, pensar en las otras, de afuera, de recostarme un poco más en los límites de mi realidad. No me aferro en ellos. En el asunto más importante. Mucho hablar.
Ahora que todos hemos vivido en la masa del accidente, en el cercano esquema de las cosas de la pérdida, del el caos y la naranja. Es seguro que ahora cambia. La estancia. La razón. No sobreviviré, por ende la guerra, de escribir será mas y mas incongruente. Todavía puedo expresárselos, todavía seguiré acariciando tendones de lo que siente caminar cerca.
Sacarle algún deleitoso musical de sonidos, aunque ya nos puede decir su nombre, Poco ya importa el olvido del olvido, de lo que fuimos muy sucediendo sólo unos antes. Dejar algo de voz a todos los que han sufrido un pequeño paso y han sido la herencia de la lucha que fue, pero no queremos avanzar de ningún modo sobre aquellos que no sabían nada de nada, conseguidos en medio de las cuestiones que sabemos han caído en los mejores. Hoy son pocos los de ellos, hoy quienes somos nos conocimos en algún revoltijo extraviado y lo sabemos muy bien. ¿Lo sabré muy bien?
Eso es lo que decidimos, lo esperamos, lo leímos, lo vemos, cada uno a su punto y no queremos el mirar la caja de brujas de los años que nos quedamos detrás de un techo aislado, desilusionados de nosotros mismos y del espectro colectivo. Lo siento, un poco de amor con este texto para ya nada más llegar a ese punto. Descanso en él. No se trata de una trampa, sino de un pedazo de tiempo que sólo le puede sacar y lo saque, al mismo tiempo, de una trampa que, también, perdura en la parte interior, llegándola a la costa a terminar encallando. Sin dejar de recordar en la vivencia vacía ya, que el modo fue cosmológicamente azul.
Sin tiempo que pensé en las dudas del nuevo ciclo de provocaciones. Dejé en claro que, a los profetas y las estrellas del campo, a jugar a las magias mágicas. Esa alma, estado, que se desprende de todas estas tantas, los mismos de tantas otras especies: la órbita, para la que parece aún pequeño del presente. En algunos sentidos un espectro simple, en otro, de tal magnitud que es imposible no descubrir. Del espectro de la vivencia a la desvanesencia.
Las vivencias se van acumulando con el pasar de los años, convirtiéndose en experiencias difíciles de manejar y manifestar,hacen que el individuo se enfrente a cambios significativos como respuestas a las emociones diversas que van desde la destruccion,angustia, Stress, felicidad,siente que su vida no puede seguir adelante y con tanto peso se queda atorado en la arena y encalla como una embarcación, experiencias que al expresarlas y transmitirlas,proporcionan una segunda oportunidad y revive la lucidez desvanecida,quedando detrás los años que dieron lugar a pasar del espectro de la vivencia a la supervivencia.La respuesta de una reacción afectiva impide que aún no se ponga el punto final.