ESPERANDO LAS NOCHES NEGRAS
ESCRITO EN JAZZ GRAMMAR (estilo literario, puro)
Por Francis Berti
En la dimensionalidad del tercer ladrillo vive la hormiga. Hoy ha venido a visitarme desvestida de negro fiesta, saludando a todo momento entro por su puerta y se quedo toda la noche negra. En las noches negras transmutando del lugar de los demás miro a los otros y en el reflejo de esos miles de ojos que no es un calidoscopio inventado, no en la esclavizarte conciencia de la verdad única el centro de mi cosmopolita estructura desarmada y zaparrastrosa fidelidad.
Se sostiene por infinitos vértices abstractos en extrema ausencia de voces y sonidos que conducen luz. ¿Qué Luz? Cada foquillo se fue apagando, estallo como lluvia de finísimos cristales que se clavaron sin siquiera sentirlos, creando tatuajes rojos en hilos de sangre que dibujan no se qué. Y se secan rápidamente. Mi rojo y el negro de la hormiga se destacan en la noche negra. Derruidos mis manos se oxidan del alcohol. La maleza no ahuyentara lo obvio. Pues tengan la certeza que nada quedara a mitad del camino. ¿Lo dejaras allí? Claro que no, esperare a cruzar el rio como frontera mental, mientras la noche negra no desaparezca.
La hormiga negra desvestida de negro sigue allí. Yo sigo allí. Todo se emborracha. Todo se fuma esfumando la noche más oscura que tengas. Y sin darme cuenta me encuentro respondiendo preguntas que sin sentido alguno vienen de cada rinconcito del espacio vacio que entre rojos y negros se observan, solo se observan. Pero contesto con mi voz ya acuosa y grave de gravedad, diría sin gravedad, sin suelo, consuelo que siempre encuentro en la cama ahora está allí.
Sé que el cuarto está lleno de desconocidos que alguna vez vi pero sus rostros no ayudan, se enceraron por el tiempo de olvido y no voy a encenderlos. Ya es más que suficiente, nunca es suficiente, eso lo aprendí en las escuelas de los días soleados y no aplica en las noches más oscuras. Ellas son otra nada muchas nadas por nacer que deseo sin mover ni cerrando la puerta del ladrillo por donde entro. Quedara abierta desapareciendo y dejare que ese sonido no retumbe en la inmensidad de la noche más oscura.
Las botellas se suman solas, se huelen solas, se beben solas y me desenroscan mi cabeza y dejan que un bichito de sol les pegue y rebote en los colores de tatuajes que ahora puedo leerlos, ya es hora de comenzar a garabatearlos y traducirlos al idioma hormiga que sigue allí y no sé ira.
Esperando las noches negras.En las que se hace presente la desaprobación anticuada de expresar las emociones, el lenguaje se amplia a la posición en la que nos situamos, antes de hablar aprendemos a exteriorizar las inquietudes internas del cuerpo, la emoción expresada por el rostro nos acompaña evidenciando y manifestando lo que sentimos y decimos, van acompañando a las palabras, que fluyen hacia el rostro en un proceso de señales variables,transmutando, no en la esclavizante conciencia de la verdad única, el centro de mi cosmopolita estructura dormida. Interésate, gracias Francis.