Ir al contenido

LAS EXCUSAS SON PERSONALÍSIMAS. LIBRES Y FUERA SIN EXSISTIR

LAS EXCUSAS SON PERSONALÍSIMAS. LIBRES Y FUERA SIN EXISTIR

Por Francis Berti

He terminado de aprender, después de tantos siglos, que las excusas no existen. Son acontecimientos tan personalísimos de cada uno, situaciones de tal valor que solo un necio receptor puede usarla en cualquier dialogo. La perspectiva del exponente debiera tomarse con la mayor calidez y silencio profundo. Y la mayoría las carga con respuestas sin fundamentos cuando debiera cuando debiere absorber su burbuja del instante, de su momento sagrado y respetárselo.

 

He terminado de aprender que las excusas no existen. Son acontecimientos tan personalísimos de cada uno, situaciones de tal valor que solo un necio puede usarla en cualquier dialogo. La perspectiva del exponente debiera tomarse con la mayor calidez y silencio profundo. Y la mayoría las carga con respuestas sin fundamentos cuando debiera cuando debiere absorber su burbuja del instante, de su momento sagrado y respetárselo con humanidad grandeza en otro momento de inferioridad.

 

Nuestra conversación es absolutamente necesaria, como los silencios, hoy y siempre. He descubierto que todos somos accesible a los mismos métodos, escenarios y necesidades. Si hay un día en que usted diera las mismas disculpas a un pastor de ovejas, como, en una caja negra, con una excusa tan simple y tonta como esta; -Que el alba tenía pensado que las vacas habían quedado pensando, el término, entonces me digo: por favor, esto es real, no existen las escusas. Sería un miserable. Cuando tiene que estar la tibieza humana entre la gente, que puede dejar dormir en sí y por si. Cuando tiene que escuchar, que nada se esconde, en cómo solíamos simplemente cerrar el orto y escuchar. Cuando tiene que expresarse en algunas consecuencias, cuando tiene que pasar por un momento poco mínimo. Cuando tiene que dar un paso hacia adelante o hacia arriba, pues no existen, dejar solo vivas las palabras del hablante, en un momento o de una quebrada.

 

De acuerdo a los hábitos y pensamientos de cada persona, el otro no tiene, en cambio, un escaso rango de tiempo para la absoluta soledad. Dado que hace cinco minutos se nota que se toman el camino, mientras la gente comienza a saltarse en el salón. Como si el hostigamiento de la minoría debiera ser ajustado de alguna manera a las costumbres de esta sociedad. Una actitud que quedó impune cuando crece la atracción la apariencia.

 

La mayoría está deseando exponerse, sin importar el costo, a los desagradables errores de esta sociedad. Se sentirán en dificultades, y aunque deban creer lo imposible, sin esfuerzo ni con un halo de ojos en las manos, pueden pensar que ello ya no es necesario. El acceso a cualquier mecanismo que les permita acceder a la dignidad excesiva de lo humano es un sinnúmero.

El conflicto no tiene existencia si no que solamente se usa como práctica. Una inversión de enorme recursos, para un objetivo cada vez más conocido: las personas y la vida. Entre las dificultades, la mayoría se consuela con una tira de excusas inexistentes.

 

 

De esas que nunca podrán decirnos nada. Escuchar de manera inmediata, la nota de perdida, sin pretender debatirlo. Despertar en un tiempo absoluto de risa o poca, o correr de un lado a otro de la mesa reparar de manera sana. Cuando la situación se reduce a la línea de lo dejado anteriormente, cada vez es más importante entonces entender bien lo que se va a sentir. Si se trata de una palabra, si se trata de un significado, no sólo es recomendable que lo diga, sino también, que lo haga.

 

La supuesta responsabilidad no le supone ningún inconveniente. En su naturaleza, son no mejores que cualquier cosa que haya y que se haya hecho antes de tener derecho a creerse. Simplemente lo menos que tienen que hacer. La moral y los pensamientos no son necesarios. La vida es libertad y hay que sentirse tranquilo. Cada vez no tienen tanto tiempo ni espacio, por lo que, como finalizaron con una eufemística y pueden tener su momento para decir: ya no.

 

Cuando se toman el tiempo para olvidar lo ocurrido, desaconsejando. De una manera dura, caracterizada por una reflexión interminable, quienes tratan de explicar que todo es normal, es necesario dejar sus conocimientos viejos. No obstante, la dignidad, tal como se define, no requiere de ciencia ni conocimientos. Cuando se pone en duda la palabra dignidad, simplemente hace falta discurrir sin responder.. Todo termina siendo bien, mientras sigue igualando la receta que siempre ha sido tarea desde los cincuenta o centenaria.

 

Desconectar de lo nuestro. De una manera eficaz, a reconocer lo que hay que reconocer. Entre el empoderamiento y la paz, Tan personalísima es la excusa que nunca existió, solo en el imaginario de quien no escucha en silencio.

 

 

 

1 pensamiento en “LAS EXCUSAS SON PERSONALÍSIMAS. LIBRES Y FUERA SIN EXSISTIR”

  1. Usamos la excusa como respuesta sin fundamento, para exponer o alejar causas o razones, para salir libres de culpas que se nos imputan. Se pone en duda la palabra dignidad, desvirtuamos la percepción de la realidad y la adoptamos como guía de conducta para ayudarnos a lograr una autorrealización. Las excusas son personalísimas de cada uno. Libres, fuera,sin existir.Alteran la consistencia y la continuidad, la facultad principal del hombre,que es la conciencia de sí mismo, como persona distinta que existe dentro de un continuo, pasado,presente y futuro y que planea su propio destino en el sentido de la autodeterminación.Reconocer y desconectar nuestro ego del empoderamiento.Tan personalísima la excusa que nunca existió,pero hay quien no escucha en silencio que la verdad abre caminos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *