Ir al contenido

LOS CARIÑOS PERDIDOS (POEM) FORGOTTEN AFFECTIONS

LOS CARIÑOS PERDIDOS (POEM) FORGOTTEN AFFECTIONS

Por Francis Berti

Los cariños perdidos, esos de mujeres y hombres que se me agolpan, en esta bajeza de mi vida y que la llamo bajeza con la mejor de las intenciones de respeto hacia cado uno de ellos que en las esquinas, en los arrebatos de encuentros fortuitos me llaman por las calles, desde las ventanillas de autos viejos y mal olientes al grito de mi nombre y rostros que no descubro, pero sus alegrías refuerzan mis cariños perdidos. No reparé en todos ellos, me olvidé lo que en ellos hice, en lo que ellos mis tonterías les llenaron el acierto. Y ahora deambulando por mis laberintos sus gritos me descubren y pintan de colores innombrables la gama que define lo que no puedo nombrar. Y me reconocen por lo que no sé qué les aporté a ellos. Es bellísimo en la bajeza de mi vida terminar rodeado de los cariños perdidos.

La Verdad es que mi memoria es una esponja agujereada. Retiene el miedo y la duda, pero deja escurrir los actos de gracia. ¿Qué tontería fue aquella que, para ellos, se convirtió en acierto? ¿Una palabra dicha sin pensar? ¿Un café pagado en el momento exacto? ¿Un minuto de escucha sin juicio? Para mí, son vacíos; para ellos, pilares de su recuerdo.

Me di cuenta de que mi verdadera vida no estaba en lo que yo registraba, sino en el archivo eterno que ellos custodiaban. Yo era un libro escrito por manos ajenas. Ellos me contaban, a gritos, quién era yo realmente, y esa versión era infinitamente más generosa y luminosa que la que yo me había narrado a mí mismo.

Y fue entonces cuando dejé de luchar por recordar. Dejé de buscar el hecho preciso. Acepté la disonancia: mi bajeza era una visión solitaria, y mi grandeza era una construcción colectiva. Comprendí que la generosidad no es un acto, es una ausencia de intención en el momento de dar. Lo que yo les di no tenía nombre porque no buscaba reciprocidad, no buscaba ni siquiera ser recordado. Era un regalo puro, y por eso, se hizo eterno.

Ahora, cuando un rostro desconocido se ilumina y grita mi nombre desde una esquina olvidada, ya no busco la fecha ni el lugar. Solo sonrío. Porque en el eco de su alegría, entiendo mi destino. Mi legado no es mi propia memoria, sino la suma de todos esos cariños perdidos que, al encontrarme, pintan de colores innombrables la única verdad que importa: existí, y ese existir fue, sin yo saberlo, fundamental para otros. Y en esa deuda eterna de gratitud que nunca podré saldar, encontré la única plenitud posible

1 pensamiento en “LOS CARIÑOS PERDIDOS (POEM) FORGOTTEN AFFECTIONS”

  1. Guadalupe Elvira Blancop

    En una de tus publicaciones, titulada :”Necesito Un Umbral”, pues ya encontraste ese umbral,” el valor de una magnitud a partir del cual se produce un efecto determinado”Esa puerta de entrada que te permite encontrar respuestas ante tantas preguntas: El Reconocimiento”ante lo que das, sin buscar reciprocidad, la has encontrado ante la suma de esos cariños perdidos, mostrándote como única verdad que tu existir, ha sido fundamental para otros y encontrar en la gratitud la unica plenitud posible. Saludos FRANCiS.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *