MUCHO TIEMPO, POCOS. MUCHOS, POCO TIEMPO.

MUCHO TIEMPO, POCOS. MUCHOS, POCO TIEMPO.

Por Francis Berti

Si hay algo que en los variopintos trabajos por los que he transitado me marco en lo emocional de todas las relaciones fueren cual fueren, sucedió cuando estuve involucrado con las relaciones internacionales, embajadores, agregados comerciales, cónsules, en fin, el mundo de la diplomacia…El Arte de la diplomacia, sí, todo un arte, les podría decir quienes considero son los mejores, pero no vine a escribir sobre eso, sino aquello que ese Arte me marco emocional y descubriendo con el pasar del tiempo porque sigo aplicando a mi vida diaria esos principios de emoción. Y ahora vayamos al punto. Cuando comencé y debía concurrir a fiestas en la embajadas, las invitaciones además del clásico R.S.V.P  “Répondez S’il Vous Plait” Venia impreso el horario de duración de la fiesta que en ninguna superaba las dos horas, (no había sobremesa) y comenzaban a horario y cuando se cumplía el tiempo te invitaban a retirarte. Ahora, todo era diferente cuando la reunión era una reunión en privado con el embajador o cónsul en la embajada. En ese momento y obvio depende de la importancia del tema, el tiempo parecía no transcurrir, la conversación no tenia limite y siempre no querías terminar. Comprenderán porque de lo emocional que produjo hasta en la relación de mi mente y mi corazón en mis diálogos interiores y como esparcirlos con el resto de los mortales. Fue tal, que ya hoy en cualquier reunión de cualquier tipo, mis dos horas estan en mi biorritmo automatizadas y como autómata me voy…Aunque si la reunión es como exagerando de tres personas les puedo asegurar que me tienen que echar. Les hice semejante introducción en ritmo de fundamento porque llegue a la conclusión en mi vida que una conversación de no más de tres, y tres es mucho, es disfrutables, enriquecedoras, cálidas de una caricia enamoradiza. Reuniones de muchos, poco tiempo, después de las dos horas les puedo asegurar que las conversaciones caminan a lo trivial y tribal, y terminan hablando de electrodomésticos. No porque este mal. Sino que el poco tiempo que yo entregue sea de tal valor humano como de quien lo reciba. Yo lo llamo desaparecerse en los diálogos de fluir en ir.